Los fusilamientos del 89 en Cuba

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"Tú eres mi hermano, compañero Ochoa. Te has sacrificado por la Revolución, por la Patria. Tienes todo mi respeto y admiración. Pero la Revolución y la Patria una vez más requiere de tus servicios. Que te inculpes completamente. Y que nunca nos dijiste nada de lo que hacías de traficar coca. Ni a Raúl ni a mí. Que nosotros somos ajenos a eso. Se te darán unos cinco años, cuando mucho. Y te quedas con todo lo que tienes. Ten la plena seguridad. Y mi palabra de hombre, de hermano". Así le habría dicho Fidel Castro al general Arnaldo Ochoa, ya detenido y acusado de narcotráfico. Iba a ser sometido a juicio y era necesario asegurar su discreción. Cierto, era discreto. Como héroe tenía prestigio ante la población y entre los militares. En las pláticas de café y en familias, se platicaba de que a falta de los Castro, buen papel haría el general, héroe de la Revolución, Arnaldo Ochoa, al frente del país. 

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En 1989, tres días después de que fue visitado en la cárcel por Fidel Castro, y que le habría dado un mensaje, el general Arnaldo Ochoa y el teniente coronel Antonio Tony De la Guardia, fueron fusilados junto con otros cuatro oficiales, luego de que fueron condenados a muerte en un proceso militar expedito. Las acusaciones que pesaban contra ellos era narcotráfico y traición a la patria. Los héroes de la revolución cubana, que habían estado al frente de milicias en Angola y Etiopía cuando la lucha internacionalista por la revolución mundial, habían caído en desgracia y les esperaban, luego de la condena, los consabidos: "pelotón, apunten, disparen, fuego". Y eso sucedió en la madrugada del día 13 de julio del referido año, cerca de La Habana.

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De ello me enteré en su momento por las noticias: en Cuba, fusilan a generales acusados de traficar drogas, "alta traición al pueblo de Cuba y a la revolución". Como yo era simpatizante  de la Revolución cubana, me interesaba todo lo que pasaba allí y, en general, en el campo socialista. Miraba con cierto escepticismo todo ello, porque había leído sobre las grandes purgas en la URSS entre 1936 y 1938, perpetradas contra todo aquel ciudadano trostkista o acusado de simpatizar con León Trostky. Millones de personas fueron asesinadas, o condenadas a trabajos forzados en las muy lejanas estepas de Siberia.

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Contexto de los fusilamientos en Cuba : Poco tiempo después del triunfo de la guerrilla cubana el 1 de enero de 1960, conocido como el inicio de la Revolución, el gobierno cubano decidió formar parte de la órbita socialista, recibiendo por ello grandes apoyos económicos y políticos por parte de la URSS, como ejemplo: la compra de azúcar a precio preferencial, créditos blandos o a fondo perdido, etc. Como respuesta, de inmediato los Estados Unidos le decretan a Cuba el "embargo económico", lo que significa que ninguna empresa estadounidense ni de sus países aliados puede comerciar en o con Cuba: ni tecnología, ni autos, ni medicinas, ni alimentos pueden vender o comprar los cubanos con empresas norteamericanas o afines a Estados Unidos. De tal manera que eso se convirtió en una dependencia amplia y total de Cuba a la URSS. Por eso se ven aún hoy en La Habana casi puros carros viejos de la Ford y Chevrolet de modelos de los años cincuenta, y los de modelo más recientes, son viejos carros soviéticos. 

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Cuando Mijáil Gorbachov llega al poder en 1985, de inmediato impone el tipo de política conocido como la "glásnot" y "perestroika", que significa transparencia y reconstrucción, respectivamente. La idea  era reconstruir la sociedad soviética para que hubiera menos corrupción, más y mejores alimentos y menos burocratismo. Y como consecuencia deja de ser prioridad para ellos el apoyo a los países que giraban en la órbita socialista. Esto es lo que resiente Cuba desde 1985. Y el gobierno cubano se enfrenta a la urgencia de conseguir dinero que ya no conseguía en la URSS en la era de Gorvachev. Aunque ya desde antes los cubanos buscaron siempre la manera de evadir el embargo económico impuesto por los sucesivos gobiernos norteamericanos, la necesidad se incrementó con la disolución de la Unión Soviética en 1991.

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"¿Y cómo vamos a consegir dólares?", preguntaba Fidel en las reuniones con los ministros. Y cada quien a explorar varias vías. Una de ellas lavando dinero del narco. Pablo Escobar era el capo mayor de América. Y había contactos con él. Y a entrarle. No hay de otra. Ya traficaban rubíes y marfil de África, pero jo era suficiente.

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Se sabía sobre los juicios de Cuba contra Arnaldo Ochoa y los mellizos Antonio y Patricio De la Guardia, desde que sucedieron, porque el gobierno cubano los transmitió en vivo para la televisión. Y fue publicado en el diario oficial, que sigue siendo el periódico Granma. Y el gobierno cubano lo hizo público precisamente para responder a las acusaciones de Estados Unidos de que el gobierno cubano solapaba el narcotráfico de droga para evadir el embargo y por lo tanto agenciarse de divisas. Reitero, ya agravada la necesidad evonómics por la política de Mijáil Gorbachov. Los periodos "difíciles", así les llamaron. Más austeridad dentro de la austeridad  para toda la población 

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Pero apenas hace dos años fueron subidos los videos de los juicios en la plataforma Youtube, y los vi ayer. El juicio uno, contra los susodichos Arnaldo Ochoa y los hermanos De la guardia (Tony y Patricio), además de otros oficiales más. Y el juicio dos, contra el Ministro del interior, José Abrantes, y su equipo cercano de funcionarios. Los cargos y los hechos de narcotráfico y corrupción vinculan a los personajes de ambos juicios caídos en desgracia.  

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Luego del juicio uno, en el que Arnaldo Ochoa, los hermanos de la Guardia, Tony y Patricio, además de otros tres fueron unos condenados a muerte por fusilamiento y otros a diversas condenas de prisión, vino el turno para el juicio dos, al que sería sometido José Abrantes, el poderoso Ministro del Interior, sobre enriquecimiento, negligencia, y no poner orden en el Ministerio encargado de la seguridad interior de Cuba, siendo omiso con el narcotráfico señalado de parte de la jerarquía militar. A Abrantes se le mira seguro de sí en el juicio. A veces evasivo en sus respuestas con el "no me acuerdo", "soy de mala memoria". Y reiteraba de manera notoria de que "nunca informó sus superiores" (los Castro), a pesar de tener derecho a picaporte con Fidel y Raúl, el ministro del Ejércitfo Abrantes era el número tres de la nomenclatura cubana. Es de pensar que tenía el mismo ofrecimiento de Raúl Castro, de que se incriminara como culpable, y que sería una condena benigna. Abrantes en el juicio  es evasivo. Como Tres patines en la Tremenda Corte, Abrantes se hacía el despistado, el que no sabía, el que no investigó, el que no informó. A él lo condenaron a 20 años de cárcel. Y cuenta Norberto Fuentes en su novela "El secreto que me llevaré a la tumba" que, estando en la cárcel, decía: "a poco creen que lo que hacíamos con el narcotráfico no lo sabía Fidel y Raúl. ¡Claro que lo sabían!". Boquiflojo, al año y medio de estar preso, murió a causa oficial de un infarto. 

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El poder es historia y miseria. Es desafío y huracán. Son asesinatos abiertos o encubierto. Nadie puede creer que no sabía Fidel y Raúl lo que organizaba el Ministro del Interior José Abrantes. El interés superior era burlar el embargo económico. El poder requiere secrecía.  Requiere sacrificios. Tiene sus pros y contras. Utiliza propaganda. Maquiavelo revela que el Príncipe debe ser obedeció, si es posible por cariño, si no, por miedo. Y los beneficios del poder el Príncipe los comparte. Y si se descubren las actividades ilícitas, el subordinado debe callar y echarse la culpa. Así de claro.