Cumpleaños 63

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Cuando tenía 30 años y los siguientes cercanos cantaba la canción de Alberto Cortez, esa que dice que "a partir de mañana empezaré a vivir la mitad de mi vida". Y me imaginaba la otra mitad, que poco a poco se fue acercando a la edad que tengo y que a partir de ayer es de 63. Ahora ya no la canto, o a veces la empiezo a cantar y me imagino con lanotra mitad llegar a los 126. Así que cuando la empiezo, la interrumpo y empiezo otra, cualquiera que sea. Perfume de gardenia, por ejemplo, "tiene tu boca...".

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Pero antes, cuando tenía 15 años, mi maestro de música de secundaria, en una clase nos dijo que era su cumpleaños, y a la pregunta que le hicimos de cuántos cumplía, su respuesta fue "30". Y nosotros los alumnos al unísono respondimos con la exclamación de "uhhh", para dar a entender que ya estaba viejo. Y él ni se inmutó. Él, con acordeón en pecho, colgado del hombro, que siempre traía, nos ilustró que "el tiempo se va muy rápido", que "ahorita ustedes tienen 15, pero que cuando tengan 30, se van a acordar de este día y de esta plática y se van a dar cuenta que de los 15 a los 30 se pasa muy rápido". Y en efecto. Al cumplir 30 me acordé, y efectivamente me dije: estos últimos quince pasaro muy rápido. Y ayer cumplí 63.

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El pasado 9 de noviembre di una plática a alumnas de la Normal de Preescolar, con el tema de comprensión lectora, donde de manera atrevida les afirmo que no hay eso de que "leyó pero no comprendió". Simplemente no leyó porque no pudo.  Y entre poemas y cuentos cortos, apartes de explicaciones del tema y anécdotas, les leí el cuento que se llama precisamente "Feliz cumpleaños". Y al terminar la charla luego de hora y media, les pregunté que cómo se llamaba el cuento, dijeron fuerte todo el grupo: "Feliz cumpleaños", y les dije, gracias por sus felicitaciones por adelantado, los cumplo el próximo 13. Y rieron.

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Y en efecto, diría Joaquín Sabina, ayer hace 33 años que cumplí 30. Y bien vividos. Y en las pláticas de sobremesa comentaba de la suerte, mala o buena, y coincidimos que esta no existe. Que hay que ir aprendiendo, realizando acciones metafóricamente de siembra, y que luego uno irá cosechando, por decirlo de esa manera Porque hay situaciones que se nos presentan y parecen "casualidades", y uno o los demás así lo dicen. Pero lo cierto es que son "causalidades". Es decir, el evento se produce, pero hay causas que lo hicieron posible. Y fuimos dando muchos ejemplos de ello. 

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Ejemplo del mecánico o electricista, o cualquier otra persona que realiza estos tipos de trabajos u otros, que cobra lo justo, que es eficiente, respetuoso, entusiasta y prudente, entonces su propio trabajo lo va recomendando. El maestro que ama su trabajo y que se manifiesta en el trato con  sus alumnos y alumnas, padres de familia y compañeros, cuando le dan su cambio, la comunidad lo llora por el aprecio y reconocimiento que le tienen. Así yo puedo decir que he tenido en mi existencia "buena suerte", y lo digo consciente que la suerte no existe, que he sembrado y aunque  por causa de las tormentas, a veces no crdece el.maíz, me considero satisfecho con lo que he cosechado y sigo cosechando, variantes de amor y amistad.

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No me quito los años, lo que me quiero quitar son algunos kilos, con ejercicios. Uno tiene que cuidar la salud con ejercicios y alimentación, desterrando los malos hábitos. Es difícil, pero es posible. Sobre reiniciar mis ejercicios de caminar y hacer deporte, que los he dejado por meses (o quizá hasta el año), es una de las veces que me acuerdo de la canción de Don Alberto Cortez: eso ejercitaeme lo haré a "partir de mañana". Solo que ese mañana se transporta siempre al día siguiente, como el letrero que ponían los viejos tenderos: "hoy no se fía, mañana sí", y de niños lo leíamos y volvíamos al día siguiente para pedir fiado. Y el tendero, amigo de nuestros padres, nos decía con esa sonrisa que da la sabiduría del tiempo: "léelo de nuevo". Y era "mañana" que iba a fiar. Consciente de ello nos regalaba un dulce.  

7

Mi vida la debo a mis padres. Mis valores de casa, mi formación, mis enseñanzas básicas a ellos. Mi educación a la escuela pública, mi conocimiento del mundo y mi concepto de la vida y el universo, a sus maestros y maestras.  Los libros de primaria ya eran gratuitos. Los de secundaria había qué comprarlos. Mi padre no tenía dinero para ello. Así que los conseguía usados. Y mis maestros nunca de los nunca me los rechazaban. Al contrario, nos decían que no importaba el autor, sino que bastaba fueran del grado, que siempre traen los mismos temas, aunque en otras páginas y lecturas diferentes. Lo que soy se lo debo sin duda a los libros. Adquirí el hábito de lectura gracias a mis maestros y a mis amigos de la Normal, uno de ellos nos lo regalaba después de comprarlos y leerlos. Se desprendía de ellos con facilidad (gracias Óscar Eligio). Estoy agradecido, claro, siempre, mucho.

8

La educación pública me formó y dio un trabajo muy humano: maestro. Muy humano y humilde. Laboralmente empecé como maestro y terminé igual, ahora jubilado. Empecé en 1979 como docente en primaria. Terminé en 2019 como docente en telesecundaria. En ese trayecto, el hábito de la lectura me dio un lenguaje tal que me permitió comunicarme de maravilla con los alumnos. Somos lo que pensamos. Nos conocen por como hablamos. Así que agradecido siempre con los libros. Ahora ya jubilado escribo y coordino un taller literario. Y de vez en cuando algunos maestros o maestras me invitan a platicar con sus grupos, algunos directivos a platicar con sus maestros y el total de alumnos. El único tema es la importancia de la lectura libre. Y de ese tema se desprenden otros en distintas variantes. Recordemos que el libro es el soporte de la escritura, y que el descubrimiento de esta dio paso a la civilización. Y en específico, el invento de la escritura divide a la prehistoria de la historia. Ni más ni menos. 

9

Pero mi tema de hoy es el agradecimiento en mi cumpleaños 63. Y ayer recibí llamadas de amigos y amigas de aquí y de Tamaulipas. Recibí mensajes tanto en watsap y las redes sociales, que no he podido contestar. Lo agradezco de corazón. Mi familia compró pescado para azar,  camarón y un pastel para cantar las mañanitas. Por cierto me sorprendió la velita porque es musical, montada en una base, entona Las mañanitas. Y "sonríe papá para la foto". Y no se apaga, "ya no soplas", me decían. Y yo lo que hacía era echar aire suave a la flama para que ondeara, y no se apagara rápido. Ah, y coincide mi fecha de cumpleaños con el presidente de México, AMLO, con Diego Ánimas, dirigente del Sindicato nacional de maestros (SITEM), con el escritor tabasqueño Francisco Payró, y Franklin Melchor, a quienes les mando felicitaciones desde este muro.

10

Presumo las felicitaciones de todos y todos. Lo agradezco. Pero déjenme contarles que la estación de radio por internet "Ex libros", que transmite desde Michoacán, me felicitó y honró al leer un fragmento de mi texto: "Libro, contigo aprendí", donde hago un repaso muy sintético -en prosa poética- de lo que le libro ha hecho en la humanidad. Gracias, de corazón a todos y todas. Me enfilo a los 64 años. Bienaventurada la vida. Nada sabemos de lo que sigue. Incluso ni el momento en que pasemos a otro plano. Mientras esto sigue, seguiré escribiendo, sonriendo, asesorando en talleres a escritores que empiezan, dando charlas sobre el tema del libro, y caminando, entusiasta, en este camino de la vida.





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