Morir, sí morir, canta el ruiseñor


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"Morir por tu amor, qué dicha a de ser". Oh, la canción mexicana fúnebre, en una aspiración de gozoso sacrificio. Su compositor es el general neolonés Belisario De Jesús García De la Garza. Y muestra ese deseo del mexicano en la desdicha del desamor, "morir, sí, morir, canta el ruiseñor". Uno de sus intérpretes más famosos fue Javier Solís, un tío mío muy lejano.

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Y con ese mismo tema, y sin duda con ese mismo sentir, el francés Charles Aznavour compuso Morir de amor: Morir de amor: "...Como si fuese mi enfermedad/ Con la vida tener que pagar/ Si se da el corazón, por qué se ha de pecar./ Adiós al mundo y sus problemas /Adiós a aquél que me condena/ Que queden todos con su error/Morir de amor..."

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Efraín Gutiérrez, originario de Tenosique, Tabasco, fue uno de los escritores tabasqueños cuyo tema central fue la muerte. Dos de sus libros son emblemáticos: Retratística de muertos y Relación de muertos. De cuentos, en ellos los personajes principales son amigos escritores s y artistas plásticos, que cuando los escribió estaban muy vivos. Ahora varios de ellos están en el otro nivel, en el nivel de las almas. En el segundo ando vagando yo. Y aquí sigo, aún. Se le recuerda a Efraín siempre platicado, dicharachero, con voz metálica y sonrisa amplia. Uno de sus mejores cuentos es La muerte de Doña Adela.

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Si hacemos una breve relación de los temas de la literatura, diríamos que estos se sujetan en sus variantes, en seis temas principales: Muerte, vida, amor, tiempo, guerra, odio. Otros le agregarán más. Y así mismo habrá quien los redujo en tres: vida, amor y muerte. Y los otros habrán de relacionarlos con esos tres. Pero este mes nos ocupa el tema de la muerte. Y le agregamos el amor. Porque vida sin amor asimismo es muerte.

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Y la vida sin pensar es muerte. Y sin conciencia es muerte. Y sin admirar la belleza es muerte. Y sin bondad es muerte. y así podríamos seguir una relación amplia de lo que es la muerte en sus distintos conceptos, metafóricos y no. Y en las maledicencia dejó escrito Quevedo que "los muertos que vois matais gozan de cabal salud". Y en lo filosófico Jaime Ruiz nos recuerda que Vicente Hudobro dejó escrito que: "voy por la vida pegado a mi muerte, apoyado en el bastón de mi esqueleto".

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Volviendo a Efraín. Sus libros debiera reeditarlos el Instituto Estatal de Cultura. Su obra narrativa es de la mejor que se ha escrito en Tabasco, con imaginación, sencillez y con dominio de la estructura del cuento y el manejo de los planos y el tiempo. El cuento La muerte de Doña Adela, es uno de los mejores cuentos de México.

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Rosario Castellanos murió electrocutada al enchufar una lámpara en Israel. Edgar Allan Poe ahogado con su propio vómito producto de su alcoholemia (o por el exceso de opio suministrado para inducirlo a votar por un determinado candidato). Ernest Hemingway se metió una bala de escopeta. Jorge Ibargüengoitia murió en un avionazo en Madrid en 1983 junto con Angel Rama y Martha Traba cuando regresaban de un Encuentro de Escritores. Alfonsina Stormi se metió al mar. Tennesee Williams se atragantó con la tapa de una botella de gotas para los ojos.  Julien de la Metrie (atragantado con bolovanes rellenos de hígado (su ocurrencia era mostrar que era superdotado para comer). Esquilo (525 aC- 456 aC) murió cuando un águila confundió su calva con una roca y dejó caer una tortuga para romper el caparazón y poderla comer.

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Sherwood Anderson (1876-1941) murió por peritonitis  causada por un pedazo de escarbadientes que comió sin darse cuenta junto con una aceituna. Yo creía que Yukio Mishima (escritor japonés 1925-1970) había muerto al degollarse con un sable Samurai, ahora me entero que no fue de esa horripilante manera, sino que se abrió el vientre de un lado a otro. Gustav Kobbé (escritor norteamericano 1857-1918) murió cuando un aeroplano cayó y golpeó la embarcación en la que navegaba en la bahía de Nueva York. Pietro Aretino (1492-1556), dramaturgo y poeta italiano, escuchó un chiste, no paró de reír, se cayó y golpeó en el piso lo que le causó la muerte.  Y en 1920 el poeta Dan Anderson se hospedó en el Venecian Hotel, solo que le asignaron por error una habitación que había sido fumigada horas antes contra cucarachas, pulgas y piojos. Lo encontraron muerto a la mañana siguiente. Vaya error.

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Pero sí, les iba diciendo. Sería conveniente que el Instituto estatal de Cultura reimprimiera la obra de Efraín Gutiérrez Retratística de muertos y Relación de muertos. En este me hizo el honor por amistad de incluirme como protagonista. Al Profesor Solís Calvillo sus alumnos ponen una bomba casera bajo su auto y al encenderlo explota. Cuando su espíritu llega a su casa en Matamoros (en el cuento dice Laredo) su madre lo ve todo chamuscado, y este se justifica que pasó por la quemazón en el corte de caña en ciudad El Mante, Tamaulipas. Etc.

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La muerte de DoñaAdela, el protagonista, que se entiende que es el mismo escritor está bebiendo en una cantina y llega la muerte para llevárselo ya. Y como Efraín quiere despedirse de Doña Adela, casada, su novia, le juega unos pulsos a la muerte. Y esta acepta y pierde. El premio de la apuesta consiste en que le dará tiempo para irse a despedir de Doña Adela y luego regresar para estar disponible y morir. Y efectivamente va, al estarse despidiendo de manera muy amorosa llega el marido y le da de balazos. Efraín medio muerto o tres cuartos de muerto se va de regreso a la cantina para morir, y al cruzar la puerta cae, y estira la mano para tocar la mano de la muerte. Pero la apuesta es que esta lo esperaría sin moverse. Así que quedan mano de Efraín y huesos de mano de la muerte a escasos centímetros sin tocarse.





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