Maestros radicales

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Los hospitales curan a enfermos (si acaso), nunca a sanos. Los sanos no llegan, hasta que enferman. Digo, si antes no mueren, si no para qué. Deberían hacerse chequeos preventivos, eso sí. Para no enfermar del todo. Y así no tengan que llegar enfermos al hospital. Y menos llegar sanos. Eso solo a saludar a alguna doctora o enfermera.

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La idea no es mía, bueno fuera. Y como no plagio, lo digo. No es mía. Aparece la idea en el libro "Los alumnos de Barbiana", un libro icónico contra la pedagogía costumbrista. ¿Cuál es esta? La que se basa, como su nombre lo indica, en costumbres. Allí lo dice uno de los alumnos, palabras más menos: "la mayoría de los maestros de la escuela pública atienden a los que aprenden bien y rápido, a los lentos nos abandonan, nos arrinconan, nos olvidan, hasta que nuestros padres deciden sacarnos, si allí no aprendemos nada" Y agrega, como remate: es como si en los hospitales quisieran atender a personas sanas y no enfermas".

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La regla de los tercios. la escuché por primera y única vez en los años 90, en una capacitación en Mérida, la ex blanca. Y refiere que todo puede dividirse en tres partes, para diferenciar cada una de ellas. Y el ejemplo es en educación, pero sirve para todo. En un grupo de 40 alumnos, dividido en tercios, uno lo integran los alumnos de excelencia y muy buenos, los que sí, los que cómo no, los que "sí puedo, maestra", los bien portados y bien vestidos, los bien bañados, los bien alimentados, los que sonríen y aprenden rápido. El siguiente tercio es de los regulares y buenos, los que aveces sí, y a veces no, los que pocas veces o nunca requieren un llamado de atención. Los que pocas veces llegan sin tarea, o sin desayunar. Los que traen ropa viejita pero limpia, y bien bañados igual, sin gel en el pelo.

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Y el otro tercio es de los que hacen relajo, los que piensan en otros cosas y no en la clase, mientras están callados, los que se requieren muchos llamados de atención, los que a veces llegan desayunados y a veces no, y que a la hora del receso unos traen y otro no para comprarse algo, los que casi nunca traen la tarea, y reprueban por lo regular y como norma, que nunca participan, y rehuyen pasar al frente.

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Pero esto de la regla de los tercios se aplica a los docentes igual, sin poner ejemplos y perfil de cada uno de los tercios, y se aplica a autoridades, y se aplica igual a los vecinos, a los compañeros de trabajo. Un tercio en un extremo, otro en medio y el otro en el extremo contrario. Y es importante saberlo, que el maestro lo sepa, para saber cómo dirigirse a cada tercio, y la atención que correponde y necesita cada uno de los tres subgrupos. Porque es una falacia atender a todos por igual. Porque es una falacia la enseñanza personalizada allí donde son grupos de entre 40 y 50 alumnos.

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Barbiana era un caserío a 45 kilómetros de Florencia, Italia. El cura de esa comunidad, Lorenzo Milani (1923-1967) se dio cuenta que muchos alumnos desertaban de las escuelas aledañas. Y que las razones eran simples: miseria económica y lento aprendizaje. Al tener estas características, los alumnos eran abandonados -he allí el reclamo de dichos alumnos- dentro de la misma aula. Eran humillados, y de alguna manera presionados para abandonar la escuela. Y el cura de Barbiana los empezó a recibir y a dar clases, solo que de una manera distinta: los que comprendían más rápido, les enseñaban a los que aprendían lento. Como iguales, como compañeros, como viajeros del mismo barco.

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El cura de Barbiana, Don Lorenzo Milani, era estricto con la enseñanza del idioma, italiano, en su caso, (como nosotros el español), "porque con ese dominio del lenguaje podrán defenderse del patrón, podrán defenderse ante quien sea. Es la palabra y su manejo fundamental para la vida plena del ser humano. Para entender de la pobreza y de la riqueza. Para saber por qué, a causa de qué es nuestra condición de familias pobres, sin tierra, sin medios para subsistir más que la mano de obra, explotados".

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Hay una carta viral que circula.Escrita por Daniel Arias Miranda, maestro de alguna Universidad española, refiere sobre el engaño en que se ha convertido la educación en el mundo entero, a como cualquiera lo dice en México: "el gobierno hace como que nos paga, nosotros hacemos como que enseñamos". Y en ese dicho el alumno por comodidad se acomoda y hace como que aprende. Y como oficialmente se presiona para que todos pasen, pues todos pasan, al grado de que llegan alumnos a secundaria sin saber leer y escribir, algunos, y la mayoría sin saber hablar en público, sin saber escribir textos coherentes y sin saber comprender lo que leen.

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En uno de sus puntos dice: "Reforcemos las capacidades básicas en enseñanzas no universitarias: Enseñar a pensar,a enfrentarse a obstáculos, a expresarse, a tener modales, a leer y escribir bien en español e inglés, a tener tolerancia a la frustración y, sobre todo, a buscar la superación constante".

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Y hay que ver la película Radical. Y bueno aún siendo con Eugenio Derbez (alguno alzará la ceja y dirá: ¿Derbez? Solo que es una película nueva, apenasestrenada en el festival Sundance, el que fue creado por Robert redord. La película trata de un maestro de Matamoros Tamauipas, que, entregado a su profesión de enseñar, ha logrado los mejores puntajes de aprovechamiento, independientemente de la escuela donde se encuentre. De eso trata la película, de su forma de ser y de su forma de enseñar, incluyente, motivadora, juguetona, sin escritorio, etc. Ah, y pues, es mi paisano el profesor de nombre Sergio Suárez.