Amantes

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Se leía en la diapositiva de apertura: "Búsquense un amante". Sucedió hace varios años, quizá veinte. Estábamos en el inicio de un curso de capacitación de tres días. Éramos un equipo de cinco personas. Ya había expuesto su tema un compañero. Seguía el segundo. Y desde la primera diapositiva provocó con lo de que se busquen un amante. Las asistentes se miraban unas a otras sorprendidas y se  reían en lo bajito. Yo me asusté. Yo era el responsable del equipo y no había revisado el trabajo de los compañeros. Uno confía siempre en los demás. Y con esa diapositiva imaginaba un contenido no tanto heterodoxo, sino que no correspondía a la temática de motivación en la vida, creí. 

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Y las diapositivas que seguían, quizá unas ocho más iban por el mismo sentido, la de buscarse lo que no se tiene, o sí. "Si están aburridas en su vida, busquen un...", "Si no le encuentran sentido a la vida, búsquense un...", "Si la rutina las envuelve y no encuentro la salida...". Para ello algunas maestras tenían en su rostro el gesto de desaprobación y otras de aprobación. Y en el extremo quien estaba a punto de reclamar que el tema le parecía inapropiado para el espacio serio de capacitación con el tema de motivaciones para un mejor desempeño educativo. 

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Uno tiene que hacerse fuerte. Y la motivación tiene que salir desde adentro de uno mismo. Ahora como jubilado me encuentro con otros compañeros en igual condición ex laboral, o con quienes le falta muy poco para pasar a retiro. (Aclarando que jubilación no tiene el sentido peyorativo que muchos lo sienten y resienten). Me los encuentro y a veces los miro decaídos, sin ánimo, como que ya no tienen plática, ni sueños, ni anhelos, como si esperaran la muerte, que sin esperarla viene. Y a veces concluyen con un "ya hice lo que hice", y se refieren de manera directa a lo que literalmente eso significa: ya hicieron en vida lo que hicieron, y lo que les resta es solo vegetar. Y pues no. Precisamente hay mucho por hacer, hasta el último instante de la existencia, y es precisamente eso: vivir.

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Me cuentan que hay quienes se jubilan, y se marchitan de manera más rápida. Me cuentan que alguien no disfrutó la jubilación porque se murió a semanas de quedar pensionado. O que alguien está muy triste y que teman que vaya a tomar una decisión fatal y escape por la puerta de entrada al laberinto del misterio. Algo así. Y bien yo recuerdo que nunca pensé en mi jubilación ya hasta un año antes, para iniciar con tiempo los trámites que verdaderamente son engorrosos. Algo así como que se requieren dos constancias distintas de antigüedad. Y hay que acudir a Contraloría del Congreso  para una y al mismo ISSET para la otra (quien nos va a jubilar). Y resulta que para extendernos esas constancias de antigüedad ¡nosotros les tenemos que demostrar a ellas que somos antiguos en el trabajo ya con años suficientes para merecer la jubilación. Y de allí las vueltas.

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Y el maestro compañero de la capacitación continuaba con el tema de búsquense un amante. Y buena parte del grupo -incluido yo-  estaba estupefacto, sorprendido, esperando la conclusión. Sobretodo porque eso no se recomienda en público y la mayoría de las veces ni en privado, pensaba yo.  Hasta que por fin se fue aclarando el asunto. Se refería con lo de la palabra "amante" a su sentido más exacto en lo que se refiere a amoroso, de amar, de amar con plenitud. Y como el mago que devela el misterio, porque la motivación ya estaba, al quitar el velo que cubre al conejo que va a salir de la chistera, el maestro concluyó: "el amante puede ser cualquier cosa, en el que ustedes tomen motivación en la vida: aprender algo nuevo, leer un libro y luego otros, viajar a ese lugar que siempre han deseado, tomar el café con la amiga o amigo, con quienes se sienten muy cómodas de platicar de cualquier tema sin que las critiquen; el amante puede ser el irse de compras cuidando de no acabarse la quincena en un día, hacer un pastel, y así por el estilo.

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Lo mismo debe suceder para las amigas y amigos jubilados o por jubilarse: tener o buscar en caso de que no la tengan, actividades que les llenen de satisfacción en el ocuparse de ellas. Ponerle pasión a esas actividades sean nuevas o antiguas, pero que aman hacerlas. Nadie les dice "hazlas", solo el hecho de saber que vibran sobremanera haciéndolas, y no importa si es una actividad de arte, artesanía, juego, entretenimiento, etcétera. Lo importante es que mente y cuerpo sigan vibrando al ritmo de la vida. Porque lo otro es morir por adelantado. Y pues no.

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Generalmente escuchamos la pregunta y la triste y pesarosa respuesta correspondiente a ¿Y por qué no te jubilas? "Es que ¿qué voy a hacer en la casa?". Y tantas cosas que se pueden hacer en la casa. Y actividades que siempre soñamos en hacer pero dijimos que no teníamos tiempo. Tanto por aprender. Y siempre habrá alguien que diga "Ya para qué". Pues para eso, para vivir con entusiasmo, con pasión, con ánimo. Que a fin de cuentas tenemos un destino común e ineludible, que no nombro, pero ya lo sabemos.

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Tanto por hacer, tanto por vivir. Esa vez cuando lo de la capacitación a la que aludo en el inicio, yo también aprendi algo nuevo: que siempre tiene uno que llamar la atención de manera original hacia el tema motivo de la reunión, sea de capacitación o de convivencia. Un motivo que vaya directo al pensamiento y corazón. Sorprender es la clave, claro sin exagerar que ofenda a algunos. Esta es una regla general. Cuando va uno a exponer un tema, siempre los primeros cinco minutos son la clave para que el grupo entre al campo de la atención, y cuando menos esa atención se mantenga por media hora; y luego renovar la atención con otra provocación sobre el tema general. Claro, sobretodo que la motivación viene de uno mismo.

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La motivación debe ser interna, porque es la que nos dura toda la vida. La motivación externa nos dura poco, menos de lo que la necesitamos. Pero si la motivación que tenemos es la que nosotros creamos, mantenemos y alentamos, nos va a durar siempre, o cuando menos mucho tiempo. El suficiente para tener paz interna yla  tranquilidad que se requiere para tener una salud física y emocional de buen nivel, la cual se proyecta y transmite con la risa, con el buen humor.

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¿Hay canciones motivaciones? Sí, claro, y hay libros, y tantas cosas más. Lo que a algunos les motiva, a otros no, porque no todas las recetas sirven para todas las enfermedades. Y aún teniendo la misma enfermedad, el tratamiento podría ser distinto en intensidad para uno u otro, dependiendo de peso, historia clínica, historia familiar, etcétera. Que lo digan los médicos. Los que hemos estado en capacitación sabemos que grupos semejantes, no siempre se motivan con lo mismo. Así que en el transcurso de la capacitación tenemos que tener otros ejemplos disponibles, que solo los capacitadores o educadores quebtienennel hábito de la lectura lo pueden hacer de manera muy fácil. Entre los libros motivaciones que recomiendo está el de "Cómo ganar amigos", de dale Carnegie . El título no me gusta, pero así se llama. Y el cantante español José Domingo tiene una canción que precisamente se llama "Motivos". Las motivaciones para la buena vida las necesitamos todos.








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