Apuntes de un viejo profesor: ¡La vida es bella!

1

Seguiré insistiendo e insistiendo que es la educación la única ruta para rehacer el tejido social. Y uno de mis planteamientos es que la educación no es solo responsabilidad de la escuela. Los alumnos aprenderán dentro y fuera de la escuela, y quizá más fuera. Y la mejor condición para que aprendan los alumnos es despertarles el amor por el conocimiento y por la vida. Por eso he planteado que se debe educar con un elemento adicional o paralelo, que son los modelos y las historias. Otro tema son las lecturas libres, de la que también seguiré insistiendo.

2

Recuerdo bien cuando terminé la secundaria. El director era un educador verdadero. Yo andaba descalzo jugando en las tardes (el turno escolar era matutino) en la cancha de basquetbol de la escuela. Llegaba él también algunas tardes. Me llamó y me dijo: "Antonio: mañana quiero que vayas a la dirección, quiero platicar contigo. Yo estaba nervioso por ignorar la razón de citarme en la dirección. Al día siguiente en un espacio entreclase que era de diez minutos, fui. Y me preguntó en qué trabajaba mi papá y mi mamá. "Te voy a dar una beca federal para que recibas una mensualidad para tus estudios". Yo no la pedí. Mis padres tampoco. Él veía quiénes necesitaban con urgencia una beca.

3

En la ceremonia de clausura (o graduación) de esa misma secundaria, el director leyó el poema alentador "Si", de Rudyiard Kipling: " Si puedes conservar la cabeza/ cuando a tu alrededor todos la pierden y te echan la culpa;/ si puedes confiar en ti mismo/ cuando los demás dudan de ti,/ pero al mismo tiempo tienes en cuenta su duda;/ si puedes esperar y no cansarte de la espera,/ o siendo engañado por los que te rodean, no pagar con mentiras,/ o siendo odiado no dar cabida al odio,/ y no obstante no parecer demasiado bueno, ni hablar con demasiada sabiduría…/"

4

Yo no olvido el mensaje de ese poema. Yo tenía 15 años y lo escuché, lo comprendí, me abrigó en mis momentos más difíciles, económicos, cuando no hay ni para el pasaje ni pagar el refresco a la novia; cuando en el frío de 0 grados centígrados en invierno  caminaba cinco kilómetros en la noche de la escuela Normal a mi casa, me repetía en silencio, tiritando de frío: "si todo en tu camino es cuesta arriba, date una tregua, pero no desistas". Los versos de Kipling en voz del maestro Filemón, seguían resonando impulsándome a no desistir.

5

Sin duda, cuentos, historias y modelos de lucha, de no desistir, son necesarios, en la reflexión dentro del aula para construir el piso de valores , junto con los conocimientos de la materia, para forjar personas reflexivas, analíticas, que no abandonan lo que hacen solo porque les parezca difícil, y muchas veces imposible. A uno de mis m maestros de español de la misma secundaria le escuché el poema El sembrador, de Rafael Blanco Belmonte, que refiere al viejo que siembra árboles que van a crecer y dar sombra en muchos años, ya cuando él no exista, y el niño le pregunta la razón, tildándolo de loco: "

6

..."¿Por qué tantos afanes en la jornada/ sin buscar recompensa?", dije./ Y el loco murmuró, con las manos sobre la azada:/ "Acaso tú imagines que me equivoco;/ acaso, por ser niño, te asombre mucho/ el soberano impulso que mi alma enciende;/ por los que no trabajan, trabajo y lucho;/ si el mundo no lo sabe, ¡Dios me comprende!/ »Hoy es el egoísmo torpe maestro/ a quien rendimos culto de varios modos:/ si rezamos, pedimos sólo el pan nuestro. ¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!..."

7

Junto con los conocimientos del programa analítico sintético (¡vaya nombre!) que iniciará en el próximo año, se debe trabajar con estas historias, cuentos, poemas, modelos a seguir; lo anterior con la debida reflexión. Que no solamente con aprenderse lo que planean las materias es suficiente, no ha sido suficiente, no seguirá siendo suficiente, si no se educa con valores, con reflexión, con enseñar a pensar sobre la existencia misma, y la necesidad de un comportamiento de respeto, de convivencia pacífica, de pensarnos anturaleza y pensarnos seres históricos, que hubo muchas generaciones antes y vendrán otras generaciones después, y que la tierra es nuestra casa grande. Y a eso se refiere la parte sintética del Programa, adaptarlo en lo local de acuerdo a las condiciones del contexto escolar. Y ese contexto sin duda alguna requiere educar en valores.

8

Aquí otra historia. El colombiano Kenji cuenta de su viejo maestro que llegaba todos los días con las expresiones de "La vida es bella", y la repetía en clase, en recreo, en los pasillos, en las bienvenidas, en las despedidas, a tal grado de que aburría. "Niño Kenji, ¡La vida es bella!". Y él se le escondía al igual que la mayoría de los muchachos. "¡La vida es bella"! Y ya de grande, lo vio venir en una estación del metro en Tokio. Trató de esconderse, pero el viejo amewtro lo vio desde lejos y le grito: "Kenji, ¡La vida es bella!". Entonces se le acercó y se atrevió a preguntarle la razón de ser tan expresivo (tan ridículo pensó decirle). Y el maestro le invitó un café allí mismo y le contó la historia de esa expresión en su vida.

9

Estaba casado con una bella maestra. Y muy enamorados ambos. Trabajaban en distintas escuelas, y en las tardes platicaban los sucesos qué vi ier9n cada uno ennlanjornada laboral. Se amaban y amaban su profesión. Al poco tiempo ella enfermó de cáncer muy agresivo. Y en etapa terminal y en su lecho de muerte. Él llorando le decía que quería morir también. Irse con ella. ¡Era ella el amor de su vida! Ya no le encontraría sentid9 a la vida sin ella. Y ella llorando le arrancó el juramento de seguir viviendo y seguir enseñando. "Hágalo por mí", debilmente le dijo ella. A  los pocos días murió. La enterró. Y a los tres días le tocaba ir al grupo con sus alumnos. Y antes de entrar se enjugó las lágrimas, respiró profundo. Entró y les dijo (y a partir de allí siempre se los decía): "¡Niños, la vida es bella!".

10

Hago aquí mi compromiso de conjuntar historias, cuentos y poemas que tengan el sentido de despertar en los alumnos -y padres- la curiosidad por la vida, por lo bello de la vida, por la conciencia de lo que somos, como seres pensantes de la naturaleza y concientizar en valores cuya práctica asegur una mejor convivencia humana. 

10

Se dice que vino el Dalai Lama, hace años, a dar una conferencia en la Ciudad de México, y precisamente a una colonia de la alta sociedad. El tema era su país El Tíbet, y su lucha por independizarse de la poderosoa China. Al finalizar, en las preguntas y respuestas, una señora enojada levantó la mano y preguntó: "Su Santidad: ¿cómo puedo ayudar a la independencia de su país El Tíbet?" Y el Dalai sonrió y le dijo: primero resuelva losnproblemas de su familia, luegonlos de su estado y los de su país, y algún día llegará a ayudarnos a nosotros.

11

Haré el cuadernillo y lo compartiré. Es cierto que en los libros vienen algunas historias como estas que refiero. Solo la insistencia es de que hay que tratarlas en el grupo con plena conciencia de lo que queremos lograr. Los obstáculos qué tiene la educación no los vamos a quitar porque no dependen de nosotros, pero uno -padres y maestros- tiene que hacer la parte que corresponde en este noble oficio de educar. La educación es responsabilidad de todos.

 





Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

Rigo Tovar y Chico Ché

Max in memoriam