Los mutantes (ensayo sobre la barbarie a donde vamos)

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"Las peleas de box ya no son como antes; ahora bultos le ponen al campeón". "En los juegos de béisbol y futbol llanero está el verdadero espectáculo deportivo". "Antes respetaban más al maestro y hasta le regalaban gallina y huevitos de rancho".  "La ropa ya no tiene la misma calidad qué antes". "Todo tiempo pasado fue mejor". Y remata Roberto Carlos con la canción: "Yo soy de esos amantes a la Antigua, que suelo todavía mandar flores..." Yo también he escuchado y digo estas expresiones.

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Escribo en este texto de un libro y de un autor. Algunos de sus otros libros son "Seda", "Novecento" y "Bárbaros", "La esposa joven", entre muchos otros. Él es el escritor italiano Alejandro Baricco. Y no está nada desperdiciable lo que publicó entre narrativa y ensayos. Precisamente el libro que estoy leyendo es "Bárbaros", al que hubiera preferido él llamarlo "Mutantes", pero alevosmente ninguno de sus amigos estuvo de acuerdo y se quedó así como se le conoce, con ese nombre que señala a los "otros". ¿Entonces estamos mutando?

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De entrada escoge tres grandes campos para exponer sus argumentos sobre la mediocridad a los que nos han llevado un conjunto de hechos, una multiciplidad de hechos, que van configurando el mundo en declive a como lo conocemos. Aunque lo conocimos mucho mejor en aquellos tiempos. Esos campos son: el vino, el futbol y los libros. No me detendré mucho en ellos, sino a manera de dar pistas que lleven a la lectura del libro, a despertar interés en su lectura si es que queremos entender lo que sucede en nuestra sociedad (de todos los países), disminuída, en la medianía, con el triunfo del kitsch, con el gusto por lo banal, en ruta hacia el vacío, como decir, sociedad "sin alma".   

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Corre texto: Los mejores vinoshannsido y son son los franceses e italianos. Con su tradición de varias generaciones, y con su manera artesanal de elaborarlo. Se conjugan para ello tierra y climas propicios (anotad como adelanto el invento del clima acondicionado). La cultura del vino con su tradición y escuela de catadores especialistas. Una manera de platicar y ver las cosas de ese sabor insuperable, gozoso y sublime. Solo que ¿y por qué no?. Digamos que en California, Estados Unidos, dijeron, "nosotros también podemos hacerlo, si tenemos viñedos, no tradición, ni cluma como ellos, pero se puede, no cultura del vino, pero sí podemos crear uno y que se venda mucho. Y era su propio vino. Para ello ayudó el invento del aire acondicionado.

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Y este vino se riega para su venta por todas partes con las característica de nombres sencillo, espectacular sabor, barato, apoyado en la publicidad y se empieza a acomodar en un gran sector de la población, de tal manera que sin saber nada de vinos, uno puede ir al supermercado y comprar al dos por uno botellas de vinos, sean californianos, chilenos o de Yemen. Es decir: no se subió el nivel, solo que se "democratizó" la ingesta del vino. Y vámonos al trote de beberlo antes y despues de las comidas, por decirlo así. ¿Gusta un vinito cabernet?

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Baricco pasa al fútbol. ¿Recuerda usted el "jogo bonito" del futbol brasileño? ¿No lo extraña? Y aquí hace referencia a su propia experiencia como jugador. Desde niño lo ubicaron como defensa. Así que el veía los goles y los celebraba desde lejos. Hombre a hombre, él tenía asignado al 7 contrario. Y no se despegaba hasta que vino la defensa por áreas y posteriormente a una mezcolanza que se llamó el juego total, donde los jugadores pueden andar por todo el campo. Y como ejemplo pone a la selección holandesa de los años 70 con Johan Cruiff a la cabeza.  La imagen que destaca Baricco es la el jugador italiano Baggio en la banca. ¿la razón? El bello juego de este jugador, el juego del espectáculo artístico, sometido a las exigencias del resultado, de la especulación en el juego. Adiós juego bonito, bienvenido el futbol acomodado a los tiempos del mercado, sometido a las ganancias de las grandes empresas trasnacionales. La misma FIFA como una trasnacional.

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Y el último ejemplo de tres es la industria editorial: los libros. Como había un porcentaje alto de analfabetismo, digamos hace cien años hacia atrás. Y más aún los que sabían leer no eran lectores, entonces los escritores eran los propios lectores. Y los escritores escribían exactamente como si fueran una secta de la belleza literaria. En esta reseña doy saltos, y cuando aparece la novela, este género era mal visto, porque fue cuando se populariza la lectura, se había inventado la imprenta con Don Gut, y los libros podían producirse por montones, y cuando nos parece muy bien esa "democratización", lo que se dio, fue lo mismo que con los ejemplos del vino y del futbol: los libros pasaron a ser un nicho para extender la comercialización de ellos, y por ende se publicaban más libros, se leía más, pero acomodos en la creación de su escritura para el mercado, para las ventas, para las ganancias, pasando la calidad en tercero y cuarto plano.

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Así nos encontramos en el mercado de los libros, los escritos por quienes no son escritores, los cuales abundan, y los leídos porq uienes no son lectores, los cuales están abundando en demasía. Es decir: se lee más, pero es basura simplemente, aunque suene tan feo. Y aunque parezca una paradoja. Bien lo decía un amigo hace semanas: Se lee más, pero ¿qué se lee? Lo mismo que dijéramos de la música: se escucha siempre, pero ¿qué es lo que se escucha?

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Alessandro Baricco (busco en Google: Turín, Italia, 1958) refiere asimismo lo del motor de búsqueda conocido como Google. Y hace el recuento de su invención por dos muchachos de 22 años radicados en Sylicon Valley, hijos de ingenieros de cómputo. Lo cuenta como anécdota, cuando van con su sensei de ese tema y le dicen que como tesis quieren inventar un motor de búsqueda. "Ah, sí. Me parece perfecto. Solo que tendrán que alojar en un superviso duro los millones de portales que contiene toda la información que hay en internet", que les dijo sarcástico. Y estos respondieron que ya lo estaban haciendo. Para no alargarme: todo el conocimiento en google. "Democratización" del conocimiento, al costo conocido de la canalización, de la rapidez que no deja experiencia como las de antes, donde había que detenerse. Ese es el problema de la educación, intuyo: querer que el alumno se detenga para analizar algunas situaciones que le generen conocimiento, cuando ya están acostumbrados a hacer cuatro cosas a la vez: con una mano mover el ratón de la computadora (dice Baricco, con la otra mano sostener la hamburguesa o la pizza, y con el pie acariciar al gato o perro.

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¿Y los corridos tumbados dónde quedan? Yo mismo me hice reír con esta pregunta. El autor refiere a que los mutantes (y no es ciencia ficción) saquean la "aldea" (así le llama) de la cultura del buen vino; la aldea del buen futbol, ese que se disfrutaba en el llano, por amor a la camiseta y al juego; a la aldea de la buena literatura, donde se tentó a los grandes escritores para que le bajaran un poco a su literatura de culto, para ajustarse a los requerimientos del mercado editorial, ese de las grandes ganancias y de los "boomes", aunque es del decir del mismo autor, que no lo lograron del todo y utiliza este ejemplo: como si la gran literatura fuera la yema del huevo y la clara toda la demás "literatura".

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Y que precisamente en esos tres ejemplos, se puede generalizar en todas las demás "aldeas" que conocemos, y el saqueo permanente y ruin que hacen los bárbaros para esta mutación bárbara que conocemos, sociedad de activadores, de vacío existencial, lo banal como tema normal en las pláticas, etc. Y esto si nos interesa entender todo por lo que estamos pasando: la aldea de la cultura culinaria, la cocina de la abuela, por la comida rápida del hoy dog, pizza, hamburger; en la música ya se dijo, pero se ejemplifica con los que se escuchaba antes y ahora en la radio y televisión; en la aldea del café, la proliferación de cafés mezcla con garbanzo y ni se diga del soluble; las relaciones sociales con el vínculo de la amistad y el amor, a las relaciones de úsese y deséchese, etc.   

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El libro Los bárbaros, de Alessandro Baricco, está integrado por 30 entregas publicadas en el diario italiano "La República", entre mayo y octubre de 2006. Es decir, escrito no como un ensayo reflexivo, con el tiempo suficiente, sino a la carrera como se escribe para un periódico diario que mañana va a ser envoltura de carne o de tortillas. Solo que el autor logra reunir en su mente creativa, reflexiva y analítica, los más de elementos que integran los fenómenos que conocemos. No se asuste ante lo que ahora se escucha en la radio y en las plataformas de música de internet, como los más escuchados, y las ansias, el estrés y los suicidios. Los bárbaros es un buen tema para reflexionarlo. Y qué hay de bárbaro en cada uno de nosotros.

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Hay un poema de Cavafis que precisamente expone el tema:"...  -¿Qué esperamos congregados en el foro?/ Es a los bárbaros que hoy llegan./ -¿Por qué esta inacción en el Senado?/ ¿Por qué están ahí sentados sin legislar los Senadores?/ Porque hoy llegarán los bárbaros./ ¿Qué leyes van a hacer los senadores?/Ya legislarán los bárbaros, cuando lleguen./ -¿Por qué nuestro emperador madrugó tanto/ y en su trono, a la puerta mayor de la ciudad,/ está sentado, solemne y ciñendo su corona?/ Porque hoy llegarán los bárbaros..."

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Estimado y sensible poeta Caváfis, y tú, lector: los bárbaros no llegan, ¿sabes?, porque los bárbaros ya están aquí. En la cuarta de forros del libro que reseño lo dice a manera de sentencia: "no por haber llegado desde ninguna lejana frontera, sino porque son una mutación en el proceso de desarrollo de nuestra propia sociedad".


 

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