Usted sonría, y todo viene mejor
Usted sonría, pero sea responsable con su entorno
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¿Calor? Estos días ha estado muy elevada la temperatura, no solo en Tabasco, sino en muchas partes del país y de otros países. Miro en las noticias a guardias del rey de Inglaterra (porque aún hay reyes) que se desmayan en pleno ensayo. No uno, sino tres. Y me entero que deportistas participantes en un evento nacional aquí en esta entidad se desmayan. Y me cuentan que en actividades en la iglesia cerca de mi casa se desmayaron dos adultos y tres niños. Y no nos espantemos. El pronóstico del tiempo nos dice que así estarán los próximos días: alrededor de 40 grados Celsius, con sensación de 49 grados.
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Solo que miro una fotografía en internet en la que se ven varios trailers que transportan miles de troncos de árboles. Y así los he mirado en las carretera de Tabasco también, y me da por tomarles fotos y publicarlas en mi muro. Y me dicen algunas amigas: "ay, Toño, no seas tan exagerado". ¿Y qué hacemos cuando hay calor así, o frío bajo grados (en otros estados y países, claro, ni aquí donde escribo); qué hacemos cuando las inundaciones, aparte de resignarnos y persignarnos, pero no relacionamos sobre lo que hacemos en lo cotidiano y lo que vemos hacer a los demás depredadores todos ustedes. No vinculamos lo que sucede, como si esto fuera por generación espontánea.
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Y bueno, pensemos. Hay quienes sienten que sus cables entrechocan, sienten que todo les sale mal, que todo parece estar en su contra, que aquel o aquella se les fueron, dejando un dolor mortal en sus corazones. Hay quienes están cómodos en la situación del vacío, que nadie te hace caso cuando les avisas que los lobos andan vestidos de ovejas, que el carro falló y necesitas seguir avanzando, cuando el 6 lo leen como 9 y viceversa.
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Y miras los cinemas llenos de personas con películas de tiros, zombies, y narcos. Y lo curioso que no ves la pantalla como espejo. Es entonces cuando debes detenerte, y en ese hacer alto, reflexionar si lo que piensas, tus ideas, necesitas revisarlas y hacer un cambio en tu forma de pensar. No para ser distinto, sino ser mejor, comprender lo que pasa y seguir caminando en la ruta que sin duda es correcta. Y que rías, sí, sin duda.
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Y leer libros y analizar el problema común, si tiene solución, si debes internar en algún hospital a tu utopía para que le echen una revisada, no solo a ella, sino a tu tiempo y la geografía por donde andas. Total, si la materia no se crea ni se destruye, solamente se transforma, y un día la energía positiva llegará a todas partes para equilibrarse con las malas vibras, y estas no den la sensación de que han triunfado con el lugar común, con la moda, con el lucro y con el eslogan de úsese y tírese.
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Y al contrario, cuando sientes que todo te es fácil, que todo se resuelve sin tu intervención. Cuando sin hacer nada te llegan las cosas deseadas, y te secas el premio de la lotería sin que hayas comprado boleto, y necesitas estacionarte y miras que adelante un carro va a salir, y el árbol de frutas dio muchas esta temporada, y preguntas y responden, y acuden a ti para escucharte, y te regalan el libro que querías leer, la compu no se te descompone, y aquellas fotos amadas las recuperaste con facilidad, si amas y eres amado, si los pájaros cantan a tu paso. Revisa igual tus ideas, tu forma de pensar, y trata de ser mejor.
6
Nada es casualidad. Todo tiene su causa. Lo mismo en lo bueno que sucede como en lo malo. A nadie le va siempre y por siempre bien y a nadie le va siempre mal. Solo que cada quien asume lo que le llega con actitud distinta. Hay quienes no se vanaglorian en el triunfo ni se sienten derrotados en la derrota. Y hay quienes se siente superiores por dichos triunfos -como "tú" comprenderás- y cuando los derrotan ponen cara de derrotados y sus palabras reflejan decepción, desánimo y le echan la culpa a los demás de todo lo que les pasa.
7
Habemos de todo, como en botica. Aquellos que tiran palabras sin ton ni son. Los que solo hablan de futbol y de su equipo. Los que andan perdidos en platicar de espectáculos de la televisión, los que se sientan al frente del televisor siete horas al día, los que utilizan el internet para defraudar y dicen que tienen menos años de los que tienen. Los dignos y los indignos. Los que tienen planta de decoro personal y la alimentan con nutrientes y poemas, sonrisas, buenas palabras y música. Y hay quienes actúan de verdad en un foro y hay quienes los van a ver y salen distintos actores y público luego de cada función. De todo hay.
8
Y me han dicho que hay funcionarios de clóset que dicen que el arte es pura chotería, que no lo creo que lo digan así, pero me lo aseguran, con nombres y todo. Y la princesa ríe, y los demás reímos y decimos qué cabros. Y pienso que alguien dijo allá en los albores de la civilización que la república debiera ser regida por filósofos, pero para cuándo, solo que los gallos mamen, como decía mi maestro colombiano en la universidad.
9
Se cuenta que cuando Sócrates, acusado de corromper a la juventud, haciéndolos pensar y dudar, estaba confinado y condenado para morir bebiendo cicuta, lo visitaban sus alumnos en su retiro involuntario, jóvenes ellos y aprendices de maestros, pensadores, inquietos y soñadores, reflexivos y analíticos. "Maestro, lo que más nos duele es que usted vaya a morir siendo inocente", era el clamor general de ellos. Y Sócrates, el maestro, le responde con esa tranquilidad que solo los grandes y sabios: "piénsalo bien, ¿acaso preferirías que muriera siendo culpable?" Y poco a poco comprendieron, y se secaron las lágrimas. Y a siguieron dialogando en esos momentos aciagos.
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Hay quienes se quejan de todo y se empiezan a enfermar de todo. Hay quienes no sonríen ni por accidente. Hay quienes no tienen esperanza ni en defensa propia. Hay quienes miran lo rojo como azul en la evidencia. Hay quienes sabiéndose equivocados se sostienen como si reconocer errores fuera muestra de debilidad. Hay quienes no saben decir "con permiso", "mil disculpas", "perdón". Hay quienes se resbalan en lo seco y les asusta la humedad primigenia. Hay quienes creen que el sexo es palabra que no debe nombrarse y escribirla debe ser palabra tachada y practicarlo pecado.
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Hay quienes quieren comprar tortillas y se forman en la fila de la carnicería y viceversa. Hay quienes toman café soluble y dicen que son adictos al café. Hay quienes toman Coca Cola y dicen que efectivamente es la chispa de la vida, y aseguran que son antineoliberales y anticapitalistas. Hau quienes piden prestado y no pagan. Y hay quienes cobran a lo chino y a balazos. Hay queden piden un puente peatonal y se pasan por abajo y tiran basura por las calles.
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Una vieja lección, que trata sobre el bien y el mal (sin meternos en aprietos sobre definiciones y conceptos), es sobre los dos lobos que anidan en nuestra alma y corazón: el lobo feroz y el noble: ¿cuál de los dos "alimentamos" con nuestro pensamiento? O diciéndolo de otro modo: Qué leemos ¿leemos?, que hacemos, cómo hablamos, con quiénes nos reunimos, a qué aspiramos, qué sueños tenemos, qué anhelos, cómo queremos vernos dentro de diez años. Y no solo eso: qué comemos, qué bebemos, y en quién pensamos cuando amamos. Qué creencias nos dominan. Qué ideas sobre política, sobre el ser humano, sobre el destino del hombre. Y cosas así.
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Mientras tanto, tomo café. Escribo. No maldigo el calor. Trato de entender en este caos lo que sucede, lo que me sucede. Y río tratando de que sea con razón.
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