Leonella Yovanka, luz y universo
Desde niña Leonela Yovanka sintió la atracción por el dibujo y la pintura. Se entretenía en su cuaderno sin rayas con el mayor gusto y placer, como atisbando un destino, sin saberlo, claro. Había gozo, entusiasmo y alegría, y eso era ya un triunfo. A esas hojas les dibujaba rayas, lineas, contornos, curvas. Tenían ya significado en su mente creativa. E iban adquiriendo significado en las hojas: un discurso visual, un soliloquio de colores que poco a poco fueron adquiriendo forma.
Leonella Yovanka Salazar Cepeda es una de las brillantes artistas jóvenes de Tabasco. Estudio Diseño gráfico en la Universidad Olmeca. Y recibe invitaciones --en algunas ha participado- para intervenir solidaria en sombreros, abanicos, cubrebocas y comales. Yovanka va desarrollando su propia obra anclada a conciencia con la tradición de la ruptura. No es casualidad esta su visión del arte, sino que el surrealismo fue su brújula, encanto que la atrapó, al encontrar, en su camino de búsqueda, la obra de Leonora Carrington y Remedios Varo, ambas, cumbres del surrealismo mundial. Y aunque hay otras, como Frida Khalo y María Izquierdo, son las primeras donde ha enfocado su visión para ir encontrando su propia ruta.
Los surrealistas encuentran su fuente de inspiración en la fantasía, los mitos y las imagenes oníricas. Es un movimiento revolucionario que se manifiesta no solo en las artes, sino en cualquier actividad que tenga la intención de provocar belleza en contrasentido de la realidad. Como ejemplo, en la arquitectura es muy conocido el jardín escultórico del inglés Edward James en Xilitla, SLP.
El artista surrealista, como Yovanka, busca razones y sinrazones en la conciencia, en el pensamiento laberíntico, en los meandros de las ideas, en las simas y cimas de lo humano. En eso Leonella no se anda por las ramas al tratar de pintar lo que ve para retratarlo como si fuera la realidad, sino trastocarla y mezclar dicha realidad con sueños, con pensamientos que buscan hacer sentir al espectador lo magno y los misterios inescrutables del universo y la genialidad de la vida. Sus exposiciones colectivas dan muestra de ello. Es autodidacta. Ha picado piedra -como decimos- en la práctica del dibujo y la pintura. Y ha tomado diversos talleres para conocer de otras técnicas que le permitan plasmar sus ideas e imágenes con mayor fidelidad a su creatividad e imaginación.
En 2020 participó en la convocatoria PECDA, de estímulos a los artistas locales, para lo cual presentó el proyecto “Interpretciones del pensamiento” en el que planteó crear siete pinturas, donde, desde diversas perspectivas, el ser humano ha concentrado ideas antiguas y nuevas, y de toda la geografía, para entender su existencia, interrelacionarse y dar a conocer su concepto del cosmos.
En dicho proyecto, se pregunta “por el poder creativo de los humanos… ¿Qué dirige nuestros pensamientos? Creo que en lo más profundo de nuestra mente hay más información que la que han visto nuestros ojos; algo probablemente heredado por la genética, o guardado en el inconciente. De pronto compartimos ideas y sueños a través de las generaciones y las distancias.”
Su obra ha sido expuesta en diversas exposiciones locales y en diversas ciudades del pais, como la Ciudad de México y Apaseo El Grande, Estado de México, entre otros.
Leonella Yovanka, no solo es artista plástica, sino que también incursiona en el canto (cantante de closet, dice modesta), con una voz de fuerte presencia, con la que transmite las emociones del romanticismo, con un “feeling” especial. Se ha presentado en verios lugares de esta ciudad. Y como diseñadora gráfica ha creado etiquetas artísticas en algunos productos y carteles de difusión; asímismo ha colaborado en diseño de libros, como en “La cenicienta choca”, del artista cuentacuentos Gibran Delfin. Y comparte su conocimiento en talleres de artes plásticas para niños y adolescentes.
Nos congratula en Plumazo Digital distinguirla y desearle los mejores parabienes en su carrera y, por supuesto, salud y alegría en su vida.
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