Si el azar

El azar juega. Hace su parte. Y esos dados lanzados por Dios son una jugada distinta. Cada suceso es una posibilidad entre millones. Un acto cívico o centro comercial. Un cine o centro deportivo. O en la librería. O en un lugar nocturno de distracción. No es casualidad. El azar hace su jugada. En el ajedrez  las piezas se mueven a  nombre del destino. Si fue en la iglesia o en un centro de propaganda. Es sin querer. Casualidad con causa. O quizá unas palabras lanzadas al viento. Un suspiro acaso. O el pensamiento fugaz que viene y va. O los sueños, punto de coincidencia, a veces. O el hospital, que suele suceder en visita de amigos. Fiesta en circunstancia inevitable. Dejemos que el azar haga su juego mientras tanto. Las estaciones de radio confabulan con canciones como al azar. Emociones parecidas de generación en generación. De adioses y bienvenidas. Si por azar del destino, escribo.

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