No blasfemo, Borges

No blasfemo, Borges. Porque me ha tocado en dicha la prodigiosa vida, esta, que me mueve a pronunciar palabras y escribir pretextos. Porque estoy contento con el agua de la cascada y río. Y porque el viento me acaricia por las tardes. No blasfemo porque tengo la mirada. Y en ella el conjunto de imágenes que pueblan mi universo. Porque confío en la lealtad del enemigo. Porque he heredado el universo y el abecedario. Por el conjunto de canciones que me mueven a valses del recuerdo. Y la guitarra que me alegra por las tardes cuando la melancolía y nostalgia me visitan. No blasfemo porque huelo las maderas preciosas. Y porque me espera por las tardes un parque, un libro y un recuerdo. Y porque la rosa se ofrendó una vez conmigo. Y a veces repetimos parte de la historia. Por esos ángeles que me has dado, entre familiares y amigos. Y completo es mi sueño, con el conjunto de tus luminosos textos.

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