Cuando enciendes el candil

Cuando enciendes el candil de tu casa o de tu cara. Todo es distinto. Porque has encendido antes el de la calle. Y también activas el de tu corazón. El de tus manos. El de piel. El candil de tu mirada. Todo se alumbra. Para envidia del sol y de los pequeños de espíritu. Y de todos los que se sientan a esperar luz sin darla. Porque de nada sirve encendido el sol y el candil interior apagado. De tantos, de muchos. Refulga una luz interna. Alumbre alrededor como un conjunto de luciérnagas. Cuando enciendes el candil de tu corazón, entonces alumbran las palabras. la oscuridad no es palabra que espante. A fin de cuentas luego amanece. Después de la tormenta viene la calma. Y estamos en la calma o cama. La felicidad pasa en tiempo.  Un cerillo con fricción hace fuego. Dios llama. La caverna se alumbra. Entras a casa.

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