La infancia

Era un patio nuestro universo. Hicimos canaletes para conducir el agua que serviría en nuestras grandes construcciones. Teníamos carritos, revolvedoras y trailers. Palas y picos teníamos. Y nuestros sueños interrumpidos solo por el grito de mamá para no ensuciar la ropa o que fuéramos a un mandado. O era el juego de las escondidas. Tras árboles o detrás o dentro de unos cuartos de bodega, o bajo las camas. El patio tenía árboles prodigiosos de frutas. Higos. Plátanos y peras. Y una bugambilia lila que se acomodó como enredadera para sombra sobre una estructura vieja. Allí nos acomodábamos para jugar lotería los sábados por la tarde o los domingos. Tenía guardadas unas cuantas canicas por si se ofrecía. Y un cometa con forma de mariposa que se me fue una tarde de verano para seguir la infancia.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?