Cuando llegue el adiós
Cuando llegue la muerte, la que me corresponde. Oh, pero no corráis, amo la vida. Digo, cuando llegue, me iré satisfecho de haber vivido esta mi vida. Con esas pendientes y subidas. Decid con sus rosas y espinas es un lugar común, pero en efecto, así. Recorreré en el último minuto mis desvelos y alegrías. Los besos tronados de lechuga romanita y algunos rostros, benevolentes, humildes, sencillos. Musitaré entre labios En Paz, de Nervo. Y diré una última palabra, quizá gracias. No me arrepiento de nada. Cada instante lo respiré para la felicidad. Nunca para la delación o traición. Cuando llegue la muerte, la mía, la recibiré con una sonrisa y un fuerte abrazo. Y nos iremos juntos, si nos dejan, a vivir la otra vida, plena. He soñado vida. Y sueños son, diría el Poeta. Y finalmente el adiós.
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