Infancia
La infancia trae a recuerdo un lápiz, el primer libro y el primer beso. No llegaron juntos, porque antes eran las palabras y las sonrisas. Y un llanto indefinido por el porvenir. Había lodo espeso sin chocolate cuando los inviernos con lluvia. Y un frío sentido hasta en los huesos. Heidi fue el primer beso, una novela infantil y besar las páginas, amoroso. Y sentir lo tibio en la piel a causa de la lectura. No era en sí como el amor que dicen viene después. Era solo una ternura por la historia. En los libros aparecieron las primeras llamaradas de los versos. En esos libros de texto que siempre amé encontré historias, adivinanzas, todos hechos reales en las páginas e imaginación. Hubo una iglesia cerca, escuelas una por cada nivel, cafetería. Y unas miradas que siempre sentí emocionantes. Hubo un papalote. Al elevarlo sentí siempre que allí iba viajando en ruta de las nubes o el cielo. Ya no me acuerdo bien.
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