Diga nombre y domicilio
Diga nombre y domicilio. Me ordenaron de pronto. Parecía una investigación criminalística. ¿Donde estuvo usted el día aquel cuando la lluvia? Yo buscaba referencias. Imaginaba rostros. En el pozo de los tantos recuerdos: un dato, una señal, un lunar, una cicatriz. Buscaba la distinción entre los iris diferentes. Una luminosidad o la sonrisa. Un filtro de amor. Una póliza de seguro. Repercutía en mí la iridiscencia del recuerdo de la luna a cucharadas. Dónde estés, Sabines, pedonadme. Yo sonreía en el sueño enfrascado en contestar. Y quise escribir en el sueño una historia con un final diferente como de película rosa. Diga nombre y domicilio, repitieron màs fuerte. Y no pude acordarme de uno solo. O de un punto geográfico específico. Perdón por esta fallida memoria
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