Cruce de  frontera

1
En mi caminar sigo las rutas de siempre. Tanto cuando voy de mi casa al centro y de regreso. O del centro a otra colonia. Se dice que somos animales de costumbres. En mi memoria tengo grabadas las rutas de los camiones de los años 70. Y casi no me salgo de esos trazos.

2
¿Quién eres tú?, me pregunta. Tenía como media hora de haber entrado al café y panadería el camino. Escoges el pan. Una concha y dona. Y con ellas vas a la mesa para tu café. El mesero muy atento me rellena en refil de café la taza. Una mujer se me acerca y me dice. Tengo varios minutos tratando de reconocerlo. Me parece que eres de los que estudiaron la Normal y se fueron lejos. ¿Quién eres tú?. Qué de repente apareciste en mi vida. Le respondo. Y reímos.

3
¿Quién soy yo? Espero no repetirme este día. Soy fiel a los recuerdos de mí mismo.  Y cada paso que doy lleva la marca del deseo. De lo que no tuve y tendré. De lo que viví a contracorriente. Soy el que fue me digo y pienso en padre y madre. Y seré lo que ellos polvo son.

4
Paso varias veces por el mismo lugar, padre, donde te arrebataron la vida. Camino el mismo trayecto que hiciste ese día. Y no miro el mismo carro venir como bólido. El señor no escuchaba bien por eso cruzó la calle. Y de pronto siento el mismo golpe que sentiste. El señor vive aquí cerca. Qué barbaridad. Vino a comprar sus tacos como siempre. Tenia muy bonitos ojos. Dijo lamesera de buen ver que sonreía y guiñaba un ojo.

5
Paso siempre por esa secundaria qué fue mi refugio y puerto por tres años. Allí forjé ese espíritu de inquietud para preguntar lo que no sé. A llí me asomé al pasado para mirar mi especie en su desarrollo de la cueva al auto que es también cueva. Dialogo conmigo mismo en mis 62 y aún contando.

6
Busco en cada rostro una sonrisa que me diga lo que no sé de todo este paso del tiempo. Paso del Norte. Y me doy cuenta que todos ellos son fantasma. Que yo soy fantasma. Que el tiempo sigue detenido en el sueño americano.

7
Ayer fui a casa de mi hermano. Lo escucho y me miro a mí mismo repitiendo las mismas historias. Algo queda del rescoldo del pasado. Un vecino me saluda e invita una cerveza. Nos tomamos dos. Y hacemos inventario de vivos y muertos. Ya nadie queda de los de antes. Nos vamos quedando solos. Solo tu hermano y yo en este barrio. Saco la guitarra y cantamos tres canciones. Llega Elías. El hijo de Baldo. Muchacho ya grande. Y seguimos recordando a quienes casa por casa vivían los de entonces.

8
Me despido de ellos y quedamos de vernos nuevamente. Una hermana está por cumplir años. Y hubo uno de varios festejos. Allí estuvimos. Grato ver a todas las invitadas. Juventud con experiencia. Risas de algarabía por acomoañarse en esos ritos. Que viva muchos años más. 

9
Ya casi a medianoche crucé la frontera para pasar unos días ese lado. De manera normal son colas largas en los puentes con tardanza de entre dos y tres horas. Mucho flujo de personas. Una hora y cuarto nos tardamos. La oficial de migración USA algo cansada solo preguntó a dónde se dirigen. A casa de mi hermana por la Soutsmoth. ¿Qué llevan? Ropa de uso y unos aguacates. Pasen. Y allá vamos.

10
Eran ya las 12 Cenicienta. Ya nos esperaban con carnes asadas apagado el fuego. La charla hasta la madrugada ya cansados poniéndonos al día en las noticias. Vamos a dormir qué ya es tarde. Que mañana a la pulga (flea market).

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