Entre versos y besos

1

Hay versos que no olvidamos. Los escuchamos o leímos en aquel tiempo de la secundaria o preparatoria. Versos que se pegaron nosotros, y los recordamos cada vez que la nostalgia se nos viene encima y nos envuelve, Hay versos que dan vida. Y hay versos que nos hieren.

2

Hay besos que nos supieron a café. Hay otros a rosas. Aquellos besos alegres del ensueño. Los primerizos. Hay besos que resuelven todo, a esos yo me aferro. Hay los que son solución y a la vez conflicto. Hay besos de paz y los de guerra. Hay besos libertarios. son los de vuelo.

3

Hay versos que fueron revelación. Aquellos que nos mostraron nuevas rutas del pensamiento creativo. Hay versos que nos adentraron en el laberinto. Los que nos hicieron pensar. Los que nos hicieron revivir. Hay versos celestinos que escribimos en flechas al corazón. Y hay los que acertaron. Y a los que le fueron indiferentes.

4

Hay besos por curiosidad. Besos ingenuos con los que inauguramos nuevas rutas. Besos de ilusión. Besos de feria al dos por uno. Los hay de la costumbre, de la rutina. Hay besos de tornillo. Los hay que se dieron en el alma. Los que sin pensar se dan. Los improvisados que saben a menta y  a la vez sal. Los besos como de algodón de azúcar. Los que hacen ver estrellitas. Los que hacen sonar campanas que no están.

5

Hay versos informales. Los improvisados, que son fáciles de rimar. Los encuentras en restaurantes o bar. Hay los versos golondrinas, los que se escriben para el adiós. Y hay los que ocultan el rogar. Versos a la alcoba, al antifaz. Hay versos a la cama, al desván. Versos cómicos. Versos religiosos. Versos universales. Los que buscan infinitos. Versos que se dicen por decir.

6

Hay besos de amistad. Los hay de toda edad. Hay el que fue único, quizá lo puedas recordar. Que fueron de sorpresa, y nunca más. Los hay de mar que incluye arena. Los hay de chocolate con licor. Los besos en la oscuridad o claridad. Los hay antes de dormir, y al amanecer. Hay los besos bestiales. Hay besos cordiales.

 7

Hay versos forzados, que se escriben sin sentir. Hay versos para incomodar. Versos de confianza y de traición. Hay versos usados para enamorar, que se vuelven una y otra vez a utilizar. Versos para cada ocasión. Versos que les cambias solo el nombre propio en el pensar. Hay versos fríos y tibios, que no llegan a calentar. Hay versos que evocan humedad. Versos humildes, serranos. Y versos de ciudad.

8

Hay besos ordinarios y los extraordinarios. Hay besos periódicos. Hay los anhelados. Los que se esperaron por mucho tiempo. Hay los del roce solamente. Los que quieren en los labios acampar. Hay los de concurso. Hay los públicos o los que se dan en la oscuridad. Los besos en secreto. Los livianos. Los pesados. Los besos fríos. Hay los que alcanzan simas. Los hay asimismo para poetizar.

9

Hay de versos a versos. Los que nacen  por emociones profundas. Los hay por pasión. Y por compasión. Los que vienen del más acá y del más allá. Los versos cuyo espacio es la canción. Hay los encerrados en bibliotecas. Hay los que quedaron en obras completas, con polvo y humedad. hay los besos con nacionalidad, se hablan del polaco y del francés. Hay los de colores, el rojo y el negro.

10

Hay quienes escriben versos para lograr besar; y besado en nivel celestial, que son motivos para poetizar. Y no está de más recordar el libro Epigramas, de Ernesto Cardenal. O el de Los besos, de Gabriela Mistral. Y de otros autores que me niego a nombrar. Sobre ósculos amados y recordados. Y versos entre el bien y el mal.




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