Primero fue el verbo, sin duda alguna

1

Primero fue el verbo, sin duda alguna. Yo me pongo a pensar en ese enunciado tan especial. Y solo es concebible la existencia bajo la claridad de enunciar el verbo como principio de todo, que sugiere movimiento. Entonces bajo rigurosa lista he seleccionado al azar en número de diez para evocar su significado, no de diccionario, sino de percepciones sobre el mismo en la vida personal. Como divagaciones en juego. 

2

Entra y sale el aire. Lleva el elixir fundamental de la vida. Y es un proceso pendular entre la inspiración y exhalación. Se inspira literal para literariamente tener la posibilidad de crear. Solo que aquí en camino bifurcado tomamos solo lo referente al aire. Y el oxigeno haga su viaje laberíntico hasta la cabeza y los pies. Toc, toc, ¿Quién es? Y en un descuido calculado entra a toda velocidad para llevar las buenas nuevas y regresar por donde vino, sacando lo que ya sirvió y al instante volver a recorrer el ciclo. Respirar.

3

Llorar. Hay desalientos que reclaman el mar. Y en su peculiar manera de ser, el agua con sal alivia esa tempestad emocional. Y se vierte en caudal, suficiente para tener la provisional paz. Mientras esto sucede, el manantial es indicativo de tormentas que reflejan contradicción en el cúmulo de emociones. Y van al equilibrio, que a veces tarda en llegar. Abandono, indiferencia, y ¿por qué no?, también de alegría por el ser y el estar. Baste con eso, para justificar esas noches de humedad y sal. Amor y nostalgia, como parte de la biografía. ¿Y tú, dónde estas? Miro al espejo el reflejo rotundo. Y la sonrisa allí está en un nuevo amanecer.

4

De eso nunca me olvidé. En ninguna de las circunstancias del vivir. Que a veces sea con alegría, las más. O con tristeza, es igual. Que al cabo estas con pan son menos, se suele decir. Así que mínimo tres veces al día, en lo posible. O algo más. Que la alacena siempre tenga algo por preparar. Si no, a contar del uno al cien. Para volver a empezar. Y cuando en el extremo, la madre le dice a los niños: hoy no hay de cenar, entonces todo El Progreso de la humanidad regresa a cero. Dijo la poeta. Mientras tanto, ven, te invito a comer.

5

Trabajar. Cierro los ojos, y la nostalgia me lleva a un jardín. Que no del paraíso. Este jardín es un espacio en el que hay que podar el pasto. Aflojar la tierra. Regar las plantas. Y extasiarse en la flor, mientras el sudor brota. Y oler la guayaba y el durazno. Y mirar las nueces del nogal. Y se empiezan a transformar las imágenes. Trabajar es una necesidad en resolver en el aquí y ahora. Otro modo sano no hay. Y a cambio la dignidad de erguirse, y que te miren pasar con la frente en alto. No importa si es sencilla la actividad.

6

He de callar con estos pies de plomo. Tan sutiles como especiales. Que me llevan a otras partes, mas no a la pista. Si alguna vez lo intenté, esas ansiedades quedaron atrás. Si alguna vez, el motivo era esa mujer, con el fin de platicar, o en silencio, adecuarse para un mismo vaivén, entrecerrando los ojos, mano en una mano, y otra en la cintura anhelada, y soñar en el paraíso por breves instantes. Mas luego el despertar y ver a las demás parejas  sonrientes, sudorosas, en un aquí y allá. otros pasos más. Y yo sentado ya. Bailar.

7

Amar. Es el silencio de sentirse parte del conjunto. Y hablar como emanaciones de imán, no de himen, o quizá. Y estar conciliado con lo cerca y lejano. Y no suponer sin antes hablar para aclarar. Que cada quien tiene la circunstancia. Tiene que ver con abrir los brazos y entrecerrar los ojos, y aceptar el hoy como el tiempo mejor. Y tiene que ver con abrir la mente y aceptar los desvaríos. Hay fiebre, se dice. Amar por sobretodas las cosas, sin excluir las pequeñas muestras de afecto y aún las diferencias y las indiferencias; mas no las cosas inertes, como a veces suelen parecer y padecer, sino las que vibran en el mismo sentido que usted, o yo. Vivir sin amara es preferible morir.

8

Todo cuerpo en movimiento es un aliento. Perdonad la rima, que a la prima se le aprecia. Y seguir la ruta como todo buen vecino. Que quedarse en quietud es menosprecio a la existencia. Siempre moverse, no estar quieto. Y moverse es literal lo que escribo. Aunque a veces el pensar en estar en otras partes puede significar algo de eso. Solo que no se transfiere el cuerpo caminando a solo pensar, que se embota el pensamiento.  Andar por otras partes renueva los pensamientos, porque imágenes son otras, y la imaginación anda activa. Te invito a caminar.

9

Reír. Vamos, te invito a reír. Que las personas se dividen en dos. De la cintura abajo y arriba. No es verdad, perdón el chiste. Digo, en dos, aquí sí: el que sabe reír y el que no lo sabe. Porque nunca lo aprendió. Porque no sintió el furor interno de lo que sucede cuando se dispara la risa. O tiene una enfermedad que no se dice el nombre, que tiene que ver con la amargura de saberse existente en el universo, con todo y sus silencios y vacíos. Reírse es saber que es tan efímera y fugaz la vida. Que el que planeó para hoy, ya no más está. Y el presente es un aliciente en conciencia. Mañana tal vez ya no. Y mientras tanto vivir como sinónimo de reír. Reír es mi vacación predilecta, además de gratuita. Lo leí por allí.

10

Dos personas. Cuatro labios. Una mezcla de humedad. Salivas. Roces de lengua. No siempre. A veces besas el aire en el recuerdo. A veces entrecierras los ojos y besas la nada, sin dato alguno. En amor propio besas en el espejo a tu imagen y semejanza. A veces suspiras y lanzas besos a la estrella lejana, a la luna. A veces en sueños escalas la montaña. Solo para llegar a tu lugar predilecto. O en la sima de detienes y te defines pez en tu ambiente de agua para la vida natural. Besar.

11

Olvidar. No guardes el rencor para mejor ocasión. Ni perfumes especiales para ocasiones especiales. Todo sea en el momento. Olvido es una parte de la salud. Es poner cerrojos a un pasado que se fue. Y no más. Es hacer un pacto con el tiempo. En el sin cesar fluir de esperanzas ciegas. Es la existencia que se defiende. Y deja solo lo bailado, como la mejor defensa. El olvido es paciente y finalmente nos abraza en el final de nuestros tiempos. 




 



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