Documentales para reflexionar la vida

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He dicho lo grato y esperanzador que es ver a las y los jóvenes participar en eventos y concursos de crecimiento personal y colectivo. Y este sábado pasado fui testigo de un diálogo circular con personas muy jóvenes sobre problemas casi aplastantes que nos aquejan como sociedad. Puse atención a los argumentos -no hubo contraargumentos- que se fueron sumando como un grito de rebeldía de la juventud. Pero digo grito de manera metafórica. Eran reflexiones argumentadas.

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Lo anterior luego de ver cuatro documentales cortos sobre problemática varia. La urbe y sus necesidades. Y cómo en la satisfacción de estas, lo que tiene que ver con alimentos y energía eléctrica, deteriora los lugares donde se producen y generan. 

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La cita fue en casa Alebrijes a las 7 de la noche de este sábado anterior. Esta exhibición de los documentales forman parte de una estrategia ciudadana de poner en la mesa de reflexión, precisamente para discutir sobre ello y sean más visibles lo que nos afecta como contaminación, deterioro del suelo, producción de alimentos con agroquímicos, y muchas cosas más,

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Los documentales son: Energía; Alimentos Ciudad de México; Lu umkaab. Y los cuatro conforman un ejemplo, a lo mejor mínimo, de los problemas de México. Solo que en todos ellos se nota que afectan principalmente al campo y su modo de vida.

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Hago una relación de los temas, con lo que hacemos, por ejemplo, cuando se nos va la luz, que nos desesperamos y refunfuñamos contra la compañía que la genera y traslada. Pero además corremos a desconectar todos nuestros aparatos eléctricos y electrónicos de los que dependemos para nuestras actividades diarias. ¿Guardaste el archivo en la compu? Si no, ya lo perdiste y a empezar de nuevo, cuando regrese la energía.

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Y cuando se nos va el internet, que andamos desesperados porque hemos perdido la relación que tenemos en el ciberespacio. Y pensar en la hipotética y asimismo probable día en que cierren la llave del internet. En los dos casos señalados: de interrupción de la energía eléctrica, conocidos como apagones y caída del sistema de internet, en ambos, se coincide que para generarlos sobretodo la energía, se causa deterioro al ambiente, y por ende daño a la naturaleza, de la que formamos parte.

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Asimismo los alimentos del campo que llegan a las metrópolis, que tienen gran demanda y por lo tanto, para satisfacer dicha demanda, se requiere una superproducción, lo cual requiere de agroquímicos que dañan la tierra y la salud de todos los seres vivos, incluyendo, quienes lo consumen. De hecho se sabe que la gran mayoría de legumbres utilizan en su riego aguas negras que llevan millones de microbios, por lo cual se requiere desinfectarlos a conciencia para poder consumirlos.

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Y también para generar la energía eléctrica se requiere mucha agua, y la paradoja que la Ciudad de México tiene problemas para proporcionar agua de consumo humano y no humano, solo que para generar la energía se requiere fuerte cantidad de agua fuera de la Ciudad de México. Y para llevar agua a esa gran ciudad se requiere la energía que mueva las grandes bombas de succión y traslado.     

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Y el campo poco a poco se va abandonando. Las nuevas generaciones emigran a la ciudad para "estudiar" y poder alcanzar mejoras en sus condiciones futuras de vida. Por eso la estadística hace evidente lo anterior, que la mayoría de campesinos son personas de edad avanzada, y menos porcentaje de personas de edad media, y demasiado poco de jóvenes, quienes trabajan el campo para la producción de alimentos para la ciudad. Y más: los hijos. de los campesinos que estudian una carrera no regresan a vivir en sus comunidades de origen. Porque el concepto de "triunfo" y "éxito" nos ha hacho creer que eso se alcanza con la profesión y viviendo en la ciudad, comprando casa, auto y cuenta en el banco, de ser posible lo más abultada.

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Pero destaco el diálogo luefgode ver los cuatro documentales. Nos acomodamos en círculo y con preguntas generadoras empezaron escucharse los pensamientos de los y las asistentes. Todos ellos y ellas jóvenes. Con mucho entusiasmo, con ánimo y esperanza. Con sonrisas y emoción. Empezaron a contar de sus propias vivencias. la mayoría de ciudad, pero con ascendientes del campo. Y el pensamiento los llevaba atrás en los recuerdos, a la milpa, a la cosecha, a la convivencia diaria en sus casas y los patios.  Pero siempre estaba la idea de un mejor destino yendo a la ciudad y estudiando una carrera, como sinónimo de "éxito" y "logro". El concepto de "atraso" que se relaciona al campo. Y así las cosas. Sí, ellos saben que es un modo de producción. Un sistema llamado capitalismo salvaje, en los que el lucro y la ganancia es consustancial. Y que la academia aleja al joven campesino de su origen. Y yo dije: las escuelas no son academia. Son recintos de reproducción de conductas necesarias para el funcionamiento del mismo sistema. La academia es esta. Y me refería a ese diálogo que se estaba realizando en esos momentos.

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Verlos y escucharlos ha sido unos de los momentos más importantes de lo más reciente que soy testigo. Y claro, que la esperanza se renueva. Claro que sí es posible una sociedad mejor. Aunque sea una utopía. Y que solo los pensamientos joviales pueden hacerlo posible. Y hace caminar, darle sentido a la existencia breve de los individuos humanos. 

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