Tomo tés, pero quiero café

1. "Hoy es un día especial, pues saldré por la noche...", cantó el español Raphael. Y yo no creo salir hoy por la noche, aunque sí es un día especial, pues me estoy recuperando de unmalestar común estos años. Es domingo y luego de cuatro días de malestares que en conjunto podemos decir que es gripe, me siento mucho mejor, como decir casi al cien. 

2. Los días anteriores también han sido especiales, aún los recientes con dichos malestares: escurrimiento nasal (moco), tos, flemas y sudoración excesiva. Me dice una de mis hijas: "yo escuché en radio a la titular de Salud, y dice que el Covid continúa, solo que atenuado gracias a las vacunas. Y los síntomas que dijo, son los que tienes". Así me lo soltó de sopetón. Así que asumí que podría ser Covid. 

3. Suspendí todas mis actividades públicas, que son pocas, y me puse a descansar, como me aconsejó una doctora amiga. Antier sábado un integrante el taller literario preguntó en el grupo de watsap si habría taller el sábado (ayer), y dudé en responder, o no tan aprisa. A como me sentía correspondía el "No", y explicar por qué, Y el esperanzador "sí", correspondía asistir a como me sintiera. Y ni modo que responder "sí, y luego "siempre no". Así que mejor me esperé a amanecer el sábado.

4. Y finalmente a eso de las 10 de la mañana, desayunando tomé la decisión de comunicar que "No". Y agradezco su comprensión y respuestas generosas de pronto restablecimiento. Se les extrañó. Y me pasé todo el día en la cama, leyendo y durmiendo, alternados, sí. Hoy domingo me siento plenamente restablecido, por eso digo que es un día especial, domingo y con salud. Pero reconsidero, y realmente todos han sido días especiales. Todos.

5. Extraño del taller el ambiente de camaradería. La llegada de uno y otra, el saludo afectuoso, el abrazo, las risas. Y las palabras en los comentarios, el ensayo de dar opinión, la mirada que se ilumina ante lo que se dice en voz de otros. Y el estallido de risas, que son como hoguera ante el frío hipotético de fuera.

6

Refiero al frío de fuera, ante la indiferencia generalsobre los temas de lecturas y creación de textos, y es en el taller literario donde se coincide en el afán y la alegría por escribir y leer, entonces el ambiente es de tibieza humana; y la alegría por el coincidir. Y no nos detenemos cuando no hay actividad programada luego del taller, y entonces seguimos hasta las 7 y un poco más, platicando en las despedidas, hasta que alguien dice: el que mucho se despide, es que ganas no tiene de irse.

7

Eso sí, no he perdido el hambre estos días de convalecencia, por lo cual tampoco estaba preocupado por si era grave el mal que me aquejó. Salvo que no le ponía picante por precaución. Y tomaba líquidos no fríos. Por lo pronto no café (que se extraña mucho), tés calientes sí, a como me sugirió una integrante del taller. 

8

En dos libros ando metido por ahora (muchos otros los he dejado comenzados, porque siempre hay otro y otro). Los dos, uno de ellos es La vía, de Edgar Morín. Y de manera esquemática comento que refiere a alzar las miras, y plantear soluciones a nivel de planeta tierra, aprovechando la globalización, y que ningún estado nacional por sí solo va a resolver los problemas de su país, sino que debe ser una vía distinta. Por donde vámonos lleva inevitable al desastre del planeta.

9

El otro es el Ensayos, de Michel de Montaigne, escritor francés. Me acerqué a este por las tantas recomendaciones que tiene. Una de ellas es la de Jorge Luis Borges, libro que selecciona entre los mejores de la humanidad, y forma parte los proyectos editoriales de Biblioteca que emprendió: Babel y Borges. En un lenguaje como de plática, Montaigne trata diversos temas demasiado humanos, como miedo, valentía, vida, muerte, vejez, verdad, mentira, imaginación, y otros.

10

La enfermedad no es ave de mal agüero, sino todo lo contrario, es la que en su batir de alas nos lleva a asomarnos a nosotros mismos, es un llamado del cuerpo para hacer un alto entre las prisas y ocupaciones. Y en ese detenerse a reflexionar sobre los días que pasan y lo que hacemos, si realmente nos llena, si vale la alegría (no la pena), si estamos haciendo lo que nos gusta. Y lo que representa la salud física y emocional. y como prevenirnos y cuidarnos. Y ser agradecidos con la vida y salud que tenemos, y el tener dónde guarecernos, cómo alimentarnos, y motivos para reír, y por el café que deleitamos en lo posible.



 


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