Buika

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Amo a Buika, sus canciones, su risa y su manera de pensar. Me levanto y pongo música de bossa nova. Sale La chica de Ipanema, Un pato, Albañil, Brasil, un país tropical. Son legendarias. Aparecen en cualquier selección. Nos hacen vibrar suave y con un ritmo ondulante, provocan bienestar interno. Agradable la vibración de las notas del bossa nova, que nos hacen vibrar distinto. Y bueno, la historia de la canción, compuesta por Vinicius de Moraes, dice que era un mujer del pueblo Ipanema que siempre pasaba cadenciosa, enfrente de la casa del autor. Y un buen día le provocó sensaciones internas que le movió a escribir esos versos: "Mira qué cosa más linda,/ más llena de gracia,/ es esa muchacha/ que viene y que pasa,/ con su balanceo,/ camino del mar./  Niña de cuerpo dorado/ por el sol de Ipanema,/ con su balanceo es todo un poema,/ la chica más linda/ que he visto pasar..."

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Desde hace años he escuchado cantar a Concha Buika. Y a continuación le pido a Alexa canciones de ella. Me gusta su pasión y entrega cuando canta. Ella es española de origen africana. Habla español. Alguna vez tuve un disco de ella que lo escuché por las dos caras cientos de veces. Hasta que quedó atrás esa tecnología de los discos. Ahora dice uno el nombre de o la cantante a un aparato conectado a internet. Y te despliega cientos de canciones de ella y de cualquiera. Mi Alexa (así se llama el aparato y la llave verbal de comando) tiene restringidos a algunos cantantes, aunque soy de la filosofía de prohibido prohibir.

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"Tu Alexa está descompuesta o es de algoritmos antiguos", me dijo una amiga. ¿Y eso?, fue mi pregunta de sorpresa. Me dijo eso a mí, que trato de andar al día en la tecnología. "Es que le pedí que pusiera canciones del Conejo feo y de PP", y me dice que tiene restringido cantar ese tipo de canciones. Y no es cierto. No tiene restricciones. Solo que le he pedido que reproduzca melodías que no dañan. Y ella es la que selecciona qué sí y qué no. Yo le pido a Concha Buika, y hasta me felicita por los buenos gustos. También cuando le pido a Rigo Tovar, a Luis Eduardo Aute y a Joan Manuel Serrat, y sin duda a Buika, entre otros. Cada quien le pide lo que en la mente trae y con lo que vibra su alma.

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Volviendo a Concha Buika. Es una mujer muy inteligente, alegre y sensata. Tiene una filosofía de vida que impacta por lo pedagógico para vivir la vida. No se anda con rodeos ni por las ramas. Vivir la vida sin odios ni rencores, dice. Y dice sentirse muy bien por donde quiera que anda. Y eso no cualquiera lo logra. Yo coincido plenamente con ella. ¿Nunca quisiste ser blanca?, le pregunta Jesús Quintero, El loco de la colina. "No", responde a bote pronto. "¿Cómo es tu paraíso?" "No tengo necesidad de un paraíso". 

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"¿Cuáles son los problemas de África?", insiste El loco en sacarla de sus casillas. "Africa no tiene problemas como tal. Tiene la solución. Africa es la solución para los problemas del mundo. Los problemas son los que saben de sus riquezas y se apoderan de ellas.", responde con una voz tan tranquila, de sabia. Dice: vivimos en un mundo en el que para alcanzar un peldaño más de riqueza, se tiene que aceptar un peldaño más de pobreza.

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"Si para vivir bien tienes que robar, entonces no tienes nada. Porque se te acaba y tienes que volver a robar, entonces es que no tienes nada". Y ríe y responde. Ninguna pregunta la incomoda. No rebusca en su pensamiento, porque le es natural el pensar en el bien vivir. No necesita más que ella misma para ser feliz, y claro, cantar. Dice estar conciliada con su yo y su alrededor. Dice aceptar a todas las personas como son, porque no piensa en cambiarlas, no tiene el poder de cambiarlas. El ser humano es así como es. Cuando hablamos de los animales, decimos que son naturaleza. "El ser humano es como es porque es naturaleza, igual".

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En otra entrevista dice: "Sabemos todo". ¿Cómo así? "Sabemos todo, pero no queremos hacerlo. Por ejemplo. Sabemos qué hacer para dejar de fumar (de tomar alcohol), pero no queremos. Sabemos qué hacer para adelgazar (y estar sanos), pero no queremos. Sabemos qué hacer para llevarnos bien con la pareja, pero no queremos. Sabemos todo", dice ufana y segura de sí. 

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Ella es no solo cantante. Es pensadora. Es escritora. es compositora. "Las artistas hacen lo que la mayoría de las personas sueñan y no pueden hacerlo", dice.  "Todos sufrimos y gozamos, pero todo ello es experiencia".  Dice. "Soy la eterna solterona, porque así puedo componer canciones, escribir. Y me siento muy feliz, muy plena así, soltera. No necesito más. Cuando he tenido pareja me olvido de crear y solo quiero estar en lo tibio y calientito; cierro el estudio". Nos privaríamos de tu arte si tuvieras parejas y sería terrible eso para nosotros, pero por otro lado sería terrible para tí que no tuvieras tibio y calientito, le dice el entrevistador. "Ya tuve bastante, dice con desparpajo. Eso se lo dejo a las jóvenes, que tienen mucha energía y fuerza. Yo ta tuve bastante como para escribir no solo un libro sino una enciclopedia", dice y ríe a plenitud.

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Ella es hija de Juan Balbo Boneke y de Honorina Buika,  originarios de Guinea Ecuatorial que fueron exiliados políticos y salieron hacia España. Ella nació en Palma de Mallorca en 1972. Su cultura española es gitana. Sus raíces son africanas. Ella como síntesis de culturas, cuando le preguntan sobre la nostalgia por España, asegura que todo el mundo es España, así como todo el mundo es Rusia, todo el mundo es Cuba: porque en todas partes se siente bien, y en todas partes encuentra seres humanos de distintas culturas.

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De sus discos es fácil saber con solo asomarse a las plataformas de internet. Principalmente canta ritmos gitanos y jazz. Y una mezcla de todo. Su reciente libro se llama "Kuitailo", donde publica fotografías, pensamientos, textos inteligentes que ayuden a reflexionar sonbre la importancia de la vida simple (algo así como filosofía estoica aplicada), y sobre el manejo del tiempo para la cocción de la comida, del puchero, del huevo así lo dice: "si quieres que quede un poco duro solo de trompeta, y sin ese solo  para que quede blando..." El subtítulo del libro señala un destino a manera de dedicatoria: "a los que amaron a mujeres difíciles y acabaron por soltarse".