Apuntes para noveles escritores

1

Sigan su instinto. Escriban mucho sin hacer caso a nadie. No revisen su obra, no corrijan. Dejen a otros que lo hagan. Aunque sean los otros los que aprendan a escribir mejor o cómo no escribir. 

2

Lean muchas horas antes de escribir la escena de un segundo. Y si es dable, borren de nuevo lo que escribieron. Un instante es la vida. Un error es una minucia, siempre y cuando se aprenda la lección. Y si no, a nadie le interesa.

3

Sueñen en publicar. Y no hagan caso si les dicen que sus textos no tienen literatura. Así les dijeron a muchos genios antes de ser reconocidos ya muertos. Pero tengan compasión de los árboles. Ámense en la naturaleza y a las otras especies de animales. Y publiquen en digital.

4

Procuren amigos que escriban bobadas. Ellos serán sus mejores maestros de cómo no se debe de escribir (y menos publicar. Conciéntalos. "¡Que bello tu texto. Ni un Nobel lo escribiría también, ni tan bien!".

5

Aprendan la diferencia de papa y papá y de mamá y mama. La mala ubicación de los acentos nos hace escribir disparates. Aunque es verdad que a veces queda mejor el texto con el error que sin él: lo enriquece.

6

Olvídense de los clásicos, luego de leerlos. Y acuérdense de ellos solo si quieren ser autocríticos con su -la de usted- obra. Si no, no es necesario. Los clásicos duermen plácidos en las bibliotecas. Aunque de vez en cuando despiertan para darnos lecciones. 

7

Traten de no copear al escribir. Luego no sabe uno ni lo que escribe. Copien la brevedad de Monterroso y lo extenso de Balzac. Nunca se detengan. Los cocodrilos merodean siempre. Si se los come lleven siempre un texto en el bolsillo: esa será su venganza.. Ellos lo firmarán y serán los criticados a costa de ustedes. Creen mala fama, pero pónganse a leer consuetudinarios.

8

No hagan caso a los que les dicen que cuiden su ortografía. José Saramago escribía  no solo con las manos, sino con el cerebro. Por eso sus errores. Cometan esos errores de Saramago de escribir con el cerebro y las manos. Los pies son para caminar. 

9

Aprecien el Nobel como Borges y desprécienlo como Sartré. Al comité Nobel de todas maneras no llegarán. Pero lean los betseller de Borges, de los Nobel, Cervantes, Reina Sofía y Príncipe de Asturias. Aunque se hayan colado algunos malos. De ellos también se aprende.

10

Sean autocráticos, pero no tanto. Y sean modestos. Si caminan por la calle y escuchan que alguien les dice artista o poeta, no hagan caso (ah, el ego). Las sirenas cantan con voz familiar y analfabetismo (literario).

10

Recuerden que Poe y Bukowski escribieron buena obra pero no por ser alcohólicos, aunque sí disfrutaban tomar. Así que sirvan las otras. Aunque yo prefiero café; me sublima.

11

Antes de 18 años escribe lo que quieras, que todos aplauden como cuando el bebé dice las primeras palabras y los primeros pasos. Después de los 18, igual, escribe lo que quieras (o lo que puedas). Al tiempo todo eso le es indiferente. El olvido es a fin de cuentas el destino de todo. 

12

Ocho horas diarias durante cinco años se requieren para sobresalir en cualquier actividad. Eso dicen. No hagas caso. Es muy cansado. Recuerden que los genios lo siguen siendo aún sin hacer nada. Aunque solo ellos saben que lo son.



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