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Mostrando entradas de marzo, 2016

Adiós y hasta pronto, Efraín

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“Soy de los más grandes escritores que ha dado esta tierra tropical, asegura mi madre”, soltaba Efraín Gutiérrez Arias con su voz de arena ante quienes le presentaban precisamente como escritor. Y todos reíamos a carcajada suelta. “Y creo que tiene razón”, agregaba él, festivo. Reía y charlaba mucho. Era una fiesta escucharlo. Contaba de su vida. Y de su opinión sobre la vida política y cultural del estado y del país. No había tema que le fuera extraño. Y algo importante y poco común: sabía escuchar. Lo conocí por el año de 1987. Estaban por publicar su primer libro Retratística de muertos, que es un homenaje a sus amigos. Varios de ellos, en los cuentos que integran el libro, como personajes centrales, se enfrentan a la muerte, y finalmente mueren.  Allí mismo, en La muerte de Doña Adela, uno de los mejores cuentos de Latinoamérica, Efraín es el personaje central. Y al final le gana una apuesta a la Muerte, y por eso lo deja vivir más tiempo, hasta el fatídico domingo 27 pasa...

Gracias por el café

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Gracias por el café. Y las galletas. Viene bien en estos momentos de continuar el día. Con todo y sus barreras para el cruce. Los recuerdos. Los tantos recuerdos que galopan y se agolpan. Y que además acarician el alma o reabren cicatrices. En esa nostalgia que se nos ha dado con base en la memoria. Viene bien. Se agradece el café. Sobre todo en estos días de Pascua. Por la mañana vi un cometa por los aires, colorido. Era mi imaginación con el cometa como arcoiris en lo alto. Moviéndose de un lado para otro llevado por el brioso viento. Recordaba yo otros tiempos. Los cometas de la infancia. El alto vuelo. Mas los avioncitos o barcos de papel que construíamos como señal de querer poner velas para el viento y navegar por la vida. El aire de frente y la luz en la mirada ante lo nuevo.  Gracias por el café que me sirven. Salgo a navegar al día. Un hombre en la calle vende cometas coloridas. De las mismas que yo imaginé muy de mañanita surcar los aires, sostenida por manos infantiles. ...

Maquetas

Desde niño me fascina ver maquetas. Quizá desde los ocho o diez años. Disfrutaba mirar en formato pequeñito casas, edificios, puentes. Las vi en exposiciones. En centros comerciales, donde anunciaban nuevo complejo de viviendas. A estas les acomodaban unas palmeras, alberquitas y autos pequeñitos, personas caminando. etcétera. Y en la escuela primaria y secundaria no faltó el maestro que nos dejaba de tarea hacer maquetas diferentes por equipo: un pozo petrolero, un edificio, la del edificio de la escuela misma, una iglesia. Ahora sigo igual, con el gusto por ver esas creaciones. Desde veinte mil pies de altura, con una claridad a causa del radiante sol,  miro una maqueta grande con  lagos, volcanes, ríos, carreteras. Y alcanzo a ver también autos pequeñitos que se mueven, y a veces logro ver personas como hormiguitas en su trajín del día, nubes, neblina.  Por las noches también me asomo a la maqueta que tenemos en las alturas. Todo es obra de un arquitecto bonachón, mara...

Cuando me muera dejaré de escribir

Sí. Cuando me muera dejaré de reír, de escribir, de soñar. Por eso río, sueño y escribo ahora. No sé que haya después de la muerte. Si el silencio o el verbo nuevamente. Imagino que no podrá escribirse después del último andén. Mientras eso suceda, más hoy, más mañana, de irme, escribiré sin mayor propósito que dejar constancia humo de este paso por la vida. Por ejemplo, miro una lámpara: luz. Un cable: algo pasa. Un cuarto de hotel: alguien sale, alguien llega. Y sé que af uera empieza el movimiento del día, e trajinar de la gente. Se que nada cambia si escribo o no. Sin embargo yo escribo, mientras pueda. Y resuena en mí el pasado. Reverbera en mí el pasado con sus olas, alas y mareas. Con ese caminar por calles, carreteras. Y escribo del amor que me encontró, nos encontramos. El azar. Y no me refiero a alguien o máscara alguna. Me refiero al olvido y al recuerdo. Sueños de infinito. Ah, por siempre.Y van de nuevo las historias reiteradas. Si escribo vuelve o llama, no es precisamen...

Escribo

Escribo porque sí. porque me hace falta otra vida, una coma, un acento. Porque el tornillo está en zona de ajuste. Y el corazón con sed de viaje. Porque algunas personas me leen, y lo agradezco. Porque le da sentido a mis días. Porque ejercito la memoria. Porque expulso a los demonios. Porque ajusto las cuentas de mi tiempo.  Porque son migas de pan que dejo por si me pierdo. Porque cuando me pierdo al escribir me reencuentro. Porque descifro  parte del enigma. Y doblego mi insolencia. Porque escribir es una manera de sortear la vida.

Concebir futuro

El futuro es la manera de sabernos inmortales. A grado tal que prometemos amarguras eternas con disfraz de miel a cuenta excesos. Así transcurrió nuestra infancia. De mirarnos ignotos felices por siempre en el futuro. Y de soñar que vendrían golpes de suerte. Como el número en lotería. O paseos en luna montados en los versos. El futuro era la presentación de la obra luego de los tantos ensayos. Tanto en el odio, amor, alegría, nostalgia. Y esperábamos milagros durante años. Y no nos dimos cuenta que el paraíso era el futuro consagrado en el instante del presente: nieve de limón, sonrisas, aromático café, canciones nuevas, arroz con leche, besos, fricción de pedernal. Concebir futuro era transformarnos, como juego, en profetas. Y aparecían señales en contrario en el nada somos, apenas vacío, vacuidad. Y cabalgamos instantes de presente sin darnos cuenta. Porque enfilamos a un futuro que no es absolutamente más que premonición, si al caso. Atrapados entre paréntesis. Y entre ellos  l...

Presente

Tiempo presente es un estatus donde concebimos tiempo. Aquí y ahora es la manera en que permanece el movimiento. El hacer solo es un instante que se entrelaza entre el pasado y el presente que llega y se aleja para convertirse en polvos de otros lodos. Nada queda. Todo permanece. Para no ser más. El tiempo presente es a la vez la luz que se transforma en sombra y la sombra que deja el paso a la luz. Nada se guarda. Todo se esfuma. Las mismas generaciones. Máscaras en uso. Para transformarse en otras máscaras. Tiempo presente semeja al diario de noticias que para la tarde deja de ser útil. ¿Y dónde permanece el hombre? En el navegar profundo en aguas sisales, como pasado. En el navegar de olas en movimiento perpetuo. Y en el escudriñar que el futuro no puede ser solo polvo. La certeza de que más allá de las galaxias coincidiremos en la nada que nada somos. El presente se ha esfumado ahora mismo.

Pasado perpetuo

El pasado perpetuo es un gerundio que continúa en un hacer que reverbera el tiempo. Y pasamos a otra cosa, mariposa. Las luces de Navidad las dejamos a veces hasta bien entrado el año. Y solo por regocijarnos de las tantas luces. Y los nombres del pasado los llevamos hasta el presente a veces hasta el olvido mismo. Somos polvo exacto. Nada más. En un abrir y cerrar de hojas en libro, pasamos los capítulos como la vida misma. Y quedan por supuesto rastrojos, humedades y material de sueños. Y vamos registrando en libro azules nostalgias de algo que fue, como paso de cometa. Aún el tiempo que sea. Y encontramos nuevas canciones. Nuevas maneras de decir los mismos poemas de la especie. Los mismos cantos en distintas épocas. Pasaron los años finales del siglo pasado.Y los primeros años de esta centuria en donde desapareceremos. El pasado remoto se vuelve instante en el recuerdo. La primavera hace reverdecer las hojas. Y viste de colores los campos.

La llamada

Fuego nuevo de sábado. Dios se manifiesta de muchas maneras. Tañen las campanas de la iglesia, es un ejemplo. Y el dulce de calabaza, que viene con todo y recuerdos de la infancia. Y el baile con música de marimba en la plaza de una ciudad desconocida. Remembranzas de la adolescencia. En la que tenemos ruta para seguir con valentía.. El fuego nuevo es la esencia de nuestras vidas. Olvida esa manera de extrañarnos. Polvo fuimos , somos, seremos. Suena el teléfono. Llama Dios. Y se repite la historia. Los mil y una noche de recuerdos. Los silencios tienen mucho que decirnos. Y la manera de seguir como si nada. Llamas. Tu número se refleja en la pantalla. No es mucho o poco. Solo que Dios se manifiesta de muchas maneras. Llamas y pregunto por tu nombre. De tantos que he olvidado. Es sábado. Fuego nuevo es la manera de regocijarnos. Todo terminó y todo sigue. Hemos renovado el pacto. De vivir sin ataduras ni apegos. Y de nada sirve nuestro tiempo. Los nombres efímeros nos identifican. Somo...

Circunstancia o azar

Inquilinos en uno u otra. Cuarto de hotel y la vida misma. Estar un tiempo y luego salir. ¿Qué papel juega el destino o el azar? Dados idos. Dardos idos.

Cuarto de hotel

Un cuarto de hotel es como la vida misma. Habitable. Llegan y salen inquilinos que estuvieron por horas o días a cobijarse bajo un techo, potencialmente seguro. Asimismo se llega a la vida por horas o más tiempo. Luego la salida. Y entran otros, por un tiempo fijo. Poco o mucho. ¿Qué papel juega el azar? ¿La memoria? ¿El juego de dados del destino?

Raíz de dudas

Mar de dudas. Cada tiempo, las mismas. Mineral en las sonrisas. Por no dejar, el guiño. Si fuimos otros con otros rostros. Quimera de los sueños. Realidad desdibujada. Dudas del origen. Lo que somos. Lo que seremos. Lo que fuimos. Borrador. Apunte. Boceto. Apenas un trazo para continuar en el peregrinar de las sombras. Dudar de todo. De uno mismo. De este café con pan que deseo ardiente en las mañanas. Y del momento exacto en algo de lo que fuimos. Con escafandra y todo. A pesar de los instantes del acaso. Y jurar promesas de futuro. Raíz de dudas inmortales. Y aparece el cabello blanco. Se petrifica la sonrisa. De tiempo en tiempo. Esas cartas del destino. Surcos en la cara. Marcadas con datos específicos. De citas. Miel. De aquella vez. Mil veces repetidas. De nuestros nombres confundidos entre las tantas máscaras. Melancolía. Dudas por la existencia misma. Por este polvo que seremos. Dudas de si eran necesarias vanidad y serpientes. De lo que no seremos después del andén final. De s...

Raíz de especie

Un hijo. El origen, proyección al tiempo por venir. La materia. Vida. Especie. en la espera de un vals metafísico, milenario. Y dos en el mandato de unión. Para seguir la aventura. De las nuevas eras. Con datos específicos. De sueños hilvanados en el tiempo. De palabras transformadas en discursos amorosos. Como preludio de la siembra. Un crisol. Un crisantemo. La semilla en humedad y tibieza. En la ruta del ser. Historias conocidas. Justo medio de las millones de posibilidades entre otros millones de millones. Y estamos solo un justo momento. Breve tiempo. Mas exacto para cumplir mandato de la especie en su raíz primera. Y dando tumbos entre veredas. Un árbol. El poema único entre el aprendizaje de gestos, palabras, mitos, sueños. La mano con su dedo opuesto. La mirada escudriñando lo que hay más allá de las luces que subliman y ciegan. En las alturas de todo y uno mismo. Los aullidos a la luna. Y el girar de la esfera como intercambio entre luces y sombras, donde una vez nos instalamo...

Raíz de la memoria

Raíz de la memoria es saberse terrenal y ausente. Guardar datos para encontrarlos luego. Y dejar otros menos necesarios en el desván del no me acuerdo. La memoria es el distintivo de lo humano. Reconocerse en el espejo. Y saber que venimos de distintas generaciones. Ramas de un árbol que se aferra a seguir erguido. Y la memoria es el desván donde tramamos desfiguros. Por ser mucho el ritual de ser otras personas. Y es el móvil de los pasos a donde se encamina el hombre.El arte sí. Pero nada mueve sin memoria. Es el poema mil veces recordado, que nos mueve a caminar erguido. Acuérdate de abril, cuando marzo se despide. Raíz de la memoria es lo que nos hace diferentes. Y tenemos a flor de piel los datos de nuestro inicio.

Raíz del sueño

Todo se conjuga para un buen sueño. Desde luego, dormir como ángel. A perna suelta. Y es que hubo algo bello en el día, por decir un poema, o una buena charla. Cero angustias por las prisas de lo pendiente, o el dinero del alquiler de casa o el pago no hecho aún. O el temor a que te roben coche o fortuna. Un buen sueño nos tiene el ángel. Disponible para andar en aventuras de la imaginación. Y encontrar a quienes ya se fueron. Y las risas, reparad en esto, No hay nada mejor que soñar con risas de madre ausente. O una canción de aquellas de las tantas alegrías. Y digo, en sueños. Raíz de sueños es reflejo que la vida es bella. Con altibajos de los besos y los pesos que se van tan rápido. Es estar en paz contigo mismo y con los otros. De fondo oigo música de Chopin o Debussy. Y abro los ojos siempre cuando al menor destello de luz, aparecen las palabras del poema aquel que te aprendiste. Raíz del sueño es volar dormido y despierto. Como tú comprenderás, es andar entre las nubes.

La cruz

Es cruz la mentira, la calumnia. La envidia a los que tienen porque luchan. La vanidad de sentirse sanos en la enfermedad de creerse superiores. La pobreza es el grado de vender la sangre. La indiferencia ante el sufrimiento. La avidez animal por el oro, la ganancia, el lucro. Las chimeneas de la modernidad, humo al ambiente. La promesa no cumplida. El odio al que piensa distinto. El afán de deshacer a los otros si van por otra ruta. Odiar al otro por soñar con vuelos, con anhelos. La cruz es el martirio de los que nada tienen. De los que nada piensan. de los que no saben si hay mañana. Si existen o no. La cruz es silicón, plástico. Es dibujar una linea en la carne y hacer el corte previo pago. La cruz no es la representación en este día. Es no saber leer lo que sucede alrededor. Y no mirar lo que hay después de nuestra nariz, narices. Dicen que también la cruz es la distancia, es el olvido. Pero eso es otra cosa muy distinta.

El baño

De niños nos bañábamos con agua fría. En invierno le quitábamos  tan sólo el hielo de la superficie en la cubeta. Y la meneábamos con nuestras manos para entibiarla.  Y al bañarnos salía vapor tibio de todo nuestro cuerpo. Luego llegaba la primavera y era muy distinto nuestro baño.

Raíz de insomnio

Raíz de insomnio es el canto de velero, fantasma de mar interno. Donde cabalgan olas sin sentido y al árbol del insomnio regar con lágrimas nocturnas o alimentarlo con pestañas o pétalos del no m e acuerdo o si. Florece la planta del insomnio con sonrisas y guiños de ojo más palabras que predijeron eternidades, castillos en el aire. Yo duermo bien mientras tanto. La raíz de insomnio está arraigada en las penitas de las noche y los días. Y cartas que nunca más se escribieron. Y el tallo prodigioso sostenido en los recuerdos. Y las frondosas ramas. Haga algo. Aproveche el tiempo. Escriba mil veces que raíz de insomnio es tan sólo un dibujo de niño en la memoria del olvido. Un dibujo en agua o aire. Y al hacerlo se dibuja una sonrisa del no me acuerdo. Y se sueña entonces en un mundo pleno. 

Civilización y barbarie

Tres condiciones sociales. El que llega y el que vende por las calles.  El que llega del país y el extranjero. Todos lo somos. Uno u otro. Entro a un restaurante  argentino.  Decorado con fotografias o feos dibujos de personas populares. El Che. El Papa. Mercedes Sosa. Sandro. Maradona. Messi. No está Borges ni Cortázar. En otra mesa, una extranjera por teléfono. "Ya salimos de la selva. Ya estamos en la civilización".

Caminante

Caminar es regocijarse con la vida. Es encontrar derroche en plenitud de pasos adelante. Sentir el corazón que quiere salirse desbocado y pregunta lo que sigue. Caminar es platicar con uno mismo y dar forma a imágenes nuevas en pueblos de otras latitudes. Y encontrar palabras nuevas y sonrisas como respuestas a los mensajes que decimos. Es decirle al cuerpo y que nos diga lo que somos. Un amasijo de polvo con todas sus contradicciones húmedas. Caminar es escaparse de la fotografía. Salir a desafiar el clima. Y tomar sol o lluvia y cantar a grito abierto. Y darnos cuenta que paredes no tiene el  optimismo. Al viento y la mirada nadie los detienen. Estamos aquí. Caminemos, canción. Tal vez.

Oropéndolas

Amanece. Parvada de oropéndolas en ruta a su destino. De nube en nube. Surcando aire.  Su canto renueve la esperanza. Belleza en su real esplendor.

Locura

El tiempo, todo locura, todo lo cura.

Compré un libro

En Ciudad de México Compré un libro de viejo. Su autor Eusebio Ruvalcaba. Me llamo la atención por ser un libro de versos. Pero no es de poesía. Cualquiera puede imitar a cualquiera. Es su libertad y albedrío. Y escribir palabras como putas, alcohol y sexo. Mas no es lo mismo imitar que serlo. Sólo Charles Bukowski pudo escribir como él mismo. Los demás son imitadores. Incluyendo a Eusebio en su ya veterano libro El frágil latido del corazón de un hombre. Excelente narrador ahora, por cierto. Aquí dejo de escribir. Me iré a apostar a las carreras de caballos.

Semana Santa de la infancia

Tengo algunos recuerdos de la Semana Santa de cuando mi infancia. Una que yo fui monaguillo de la iglesia ctólica San Antonio, de mi colonia, de allí el origen de mi nombre. Para las misas llegaba temprano y me ponía mi sotana rojiblanca. Y ya en la misa estaba atento para tocar la campanita especial y llamar la atención en los precisos momentos que se requería, dentro del protocolo de misa. Mas no tengo fotos de esas actividades. Miraba atento por ejemplo el lavatario de pies, porque entre ellos estaba un tío -tío Nacho-guanajuatense, de barba larga, que no sabía leer ni escribir y criticaba a mi padre por mandarme a la escuela primaria. Y el cura le echaba su agüita representando el lavatorio de pies, como a todos los actores apóstoles. Otro de los recuerdos es, exactamente, la elaboración de capirotada y tortas de camarón que hacía mi madre Leonor. Verdadero festín para nosotros niños. Cuando nos tocaba nuestra porción de capirotada, la comíamos lentamente para evitar que se acabara...

Ante los atentados perpetrados en Bélgica

Se dice que hace años daba conferencia el Dalai Lama. Reitero, hace años. El tema era la independencia del Tíbet. El soguzgamiento de China ante ese pequeño país, ancestral en historia y tradiciones. El público estaba integrado, en su mayoría, por señoras de la alta sociedad. Al término de la sosegada charla, el Dalai preguntó si había alguna pregunta o comentarios. Una de ellas, de las señoras, alhajada y vestida con ropa de diseñador  reconocido en el mundo de la moda, alzó la mano y preguntó muy preocupada e interesada: "¿Excelentísimo señor, podría sugerirnos cómo podríamos ayudar a la independencia de su país?" "Por supuesto, estimada señora. Primero resuelva las diferencias y problemas en su familia y vecinos. Luego en su colonia y ciudad toda. Después en su país. Y llegará el tiempo en que nos ayudará a resolver nuestros problemas en la lejana región del Tíbet".

No os preocupéis

No os preocupéis, si te vas y me quedo. Pasta el vacuno en el florido campo rumiando su alimento. O al revés, si te quedas y me voy. Lo importante fue el tiempo mirando la luna y las estrellas. Algo grande nos llevamos en el corazón, la luz de las imágenes y palabras que juntos construimos.  La abeja discreta sigue su destino ante la flor. Lo mismo el colibrí. El aire traslada el polen. Si me voy y te quedas, el detalle es lo mismo. No hay dolor. Lo que se sienta no es el dolor. Será parte del apego. Tiempo tuvimos suficiente para mirar de manera distinta a nuestro alrededor. Platicamos de la infancia. De lo que podría ser no en función de nosotros, sino de la vida misma. Unos niños juguetones cortan flores. No olvidar esta imagen. Ahora por ejemplo este aromático café. Ni pensado hace algunos meses. Parecía imposible el estar de nuevo frente a frente. Sé lo que siento. Y la transparencia de tu mirada me dice que sientes lo mismo. La hormiga no tiene plan. Carga la hoja seca. El ca...

Me preguntan ¿por qué Debussy?

Me preguntan con afán y curiosidad ¿Por qué Debussy tanto nombras? Tiene su explicación. Cuando andaba de ojeroso, esas tardes de pesadumbre y noches cerradas en lo oscuro. Cuando las estrellas se ocultaron y la luna puso cortina a mi vista. Cuando las pulgas del perro se amotinaron en mi contra. Cuando monstruos y cíclopes me tuvieron a raya, replegado en las esquinas. Cuando rotas mis alas pensé en la vida. Y sentí mi futuro como un crédito imposible de pagar. Sacaba cuentas (es una imagen) y no me daba para el gasto en sentimientos. Y ese condominio que fue mi corazón quedó en casita de interés social. Y cada perro al pasar junto a mi, ladraba. Y cada cerdo me gruñía. Y las ojeras parecían disfraz de zorro melancólico y apesadumbrado. Yo escribía, y parecían aullidos a la luna. Y me dolían los textos como si fueran producto de machacar mis dedos. Entonces un mago amigo, magro en oro, rico en bondad, me sugirió yoga y escucha a Debussy, dijo. A cualquier otro de esa talla, pero creo ...

Es domingo y llueve

Es domingo (de Ramos), de noche y llueve. Oigo a Debussy, mientras tomo café olvidado de la tarde. El día se fue entre razonamientos lógicos y nostalgia por ausencias y visitas. Extraño otros días. Y trabajo por los que vienen. La cuadrícula de lo diario someto con trazos libres a lápiz. Dibujé un cometa y un monótono grillo. Había dejado un anzuelo con carnada en la pecera para ver si atrapaba algo, a manera de juegos metafísicos. Escribí unas cuantas palabras, como datos del exilio.  Y apareció como magia una carta de respuesta olvidada con el tiempo. Sigue lloviendo. Debussy juega con las notas del piano. Imagino como en sueños bosques con luces y sombras, luna nocturna y mar en revuelo. Yo me creo lo que imagino con sus notas. Y un claro porvenir viene en avalancha. Ni busquéis claves en estos dictados del insomnio, me digo ante el espejo. Nada hay en escondrijo o líneas. Solo que es domingo. Es de noche. Y llueve. Mientras, sigo empecinado en escuchar a Debussy. Recorren sus n...

Domingo de Ramos

Cierro los ojos. Nubes tornasoladas. Caídas de agua en pendientes. Campos verdes con altos árboles. Manzana y mango con limón. Y las palabras de brillo con historias de ilusión. Otros domingos, alegría. Ahora también. Pero digamos otros. Cuando la infancia y juventud. Y los días de playa. Camarones a secar. Y bracear en el agua salada. Y sumergirse. Pasa una peregrinación. Como la entrada bíblica de Jesús. En Jerusalem.  Y los ramos de palma en cada casa. Júbilo y algarabía. La fé irredenta reflejada en los rostros. Ojos cerradas. Escucho una canción.  Las palabras de ocasión. Son mi escudo. Y arco a la vez. cada flecha es la palabra. Y llega a donde se lanza. A vces lanzo las flechas a la luna. Este domingo es especial. Y aquí me pongo a cantar.

Feliz cumpleaños, Alejandra Tavera

Alejandra Tavera cumple años. En este domingo de Ramos. Sacro día, mas bien de algarabía. Por la entrada triunfal de Jesús a Jerusalem. Mas también anuncio de la primavera, Y lo que todo ello significa. Por eso es anuncio de fiesta, Alejandra, este tu cumpleaños.  Y hay que sacar la casta, para ser feliz. Porque nadie de los que nos estiman, nos quieren ver serios. Cumples años. Y es preciso la sonrisa. Recuperarse de todo mal pensamiento de tristeza. O de nostalgia, La vida no es para estar tristes. Y menos en nuestro trabajo. Que ha sido ser maestros. Y en ese nivel especial, de los niños chiquititos. Aunque ahora has salido. Tu corazón lo dejas por donde se necesita. Para aliviar de desdichas. Como ese alumno que una vez me platicaste. Un abrazo desde lejos, amiga Alejandra Tavera.

Domingo de Ramos

Unas palabras se cuelan en el teatrino. Hombres y mujeres, también niños, se mueven en sincronía. Poética del movimiento. Unos hilos invisibles, los que nadie mira, pero presienten, por sobre una maqueta de cristal y barro, como en sueños. Y las palabras, verbo del origen. No olvidar las palabras. Sarcasmo. Vanidad. Orgullo. Afán de tenerlo todo. Chistes bobos. Guiños con miradas. Lucro y lascivia. Sueños de futuro en un espacio que ya no es. No olvidar las palabras y los hilos invisibles. El amor justificando la carnada. La guerra mortal por una tarjeta de crédito. Un cerdito mas la policía. Juegos de gendarmes y policías. Censores de la edad media. Alquimistas. Profetas. El incienso con olores de Mesopotamia. Luchas permanents entre el concepto Esparta y Atenas. Las utopías. La obra ha durado tanto tiempo. Que el público se divide entre los que quieren que termine. Y los que ríen y aplauden para que siga. La vida es belleza. Y hay finales con puntos suspensivos. Todo ha terminado. Y ...

Noche de sábado

Una oscuridad total. Y un sonido leve de chicharra en el cerebro. Ya no sueño con serpientes. A veces las acaricio, especialistas del halago, y vituperan mientras en su reptar se alejan. De ellas habla bien Silvio en su sueño. Este sábado es distinto a otros. El recuerdo es la medida de las cosas. Un tiempo efímero se burla en retirada. Come chocolates, me dijo, de esos cuyo nombre es beso. Látigo del templo. Ofrenda de la buenaventura. Y la oscuridad es solo oportunidad para el tentar del falso ciego que seduce con palabras de luz y risa. Noche de sábado de mensajes cifrados. De volutas de humo para los ojos. De canciones calladas. De carta al norte donde cementerios abiertos esperan el bronce de un discurso. Es de noche. Y soñar despierto es una convocatoria para que la realidad ficticia se imponga. Andamos en este paréntesis, donde un tiempo nos sentimos inmortales. Y el efecto ante el espejo parece hecho a propósito. Composición de una narrativa de imágenes borrosas.

Tarde de sábado

Tarde de sábado con miradas y gestos de bienvenida. Un café en la delicia de la espera. Y también un libro visto de reojo en la librería. Tarde de canciones. De mirar desde lejos y cerca. De mojar la mirada ruiseñor con café y pan. Tarde de sábado para visitar al enfermo de melancolía. Para echar a volar la imaginación, de la historia no se repite. Para soñar despierto y alunizar con la sonrisa a flor de piel. Colibrí de los encantos. Naranja con chilito piquín. Entonación de serenata. Hemos vuelto a la costumbre de ser felices. Sin reparar exactos en los tiempos que ya no existen. Aunque insistan. Tarde de sábado conscientes que nunca más el tiempo pasado estará aquí. Como nosotros mismos, porque seremos otros. O nada.

Yo miraba fijo la flor

Llego porque me voy, dice. Diálectica, pensé. Como todas y ninguna. Yo me puse a recordar otros momentos. La condición de los dos polos. Y los poemas. Esos que recortes guardaba entre los libros . La flor, la exacta. Yo miraba fijo la flor. Para ver si sucedía el milagro de hacer llover sin que hubiera nubes. O al menos el rocío, como humedad. Y los pétalos entre naranja y azul. Tránsfuga del tiempo, Chopin en el ambiente. Antes era Debussy. Pero la calma de Chopin. Y se quitaba el sombrero de semana Santa.  Eran sueños. Nadie quiere creer la realidad de los sueños. Mas yo me entiendo. Como encender los faroles de noche. Y de día. Y se fue. Mas luego animosa vino. No por otra cosa. Sino por eso de la dialéctica. Que filosofar es bueno. Y lo de los polos, dicen que a todos les pasa, es otra cosa. Cuando la filosofía es la manera de encender el cerillo alrededor de una fuente de gasolina, que es la vida. O yo no sé.

Yo tuve

Yo tuve un papalote. Gallo de cinco alas. Allá andaba en lo alto, papel de China. Y era soberbio en las alturas. Hasta parecía escuchar el kirikiki. Una mañana en la escuela, de esos días en los que no entras al salón, te quedas en el patio, atrás de los edificios. Y echas a volar el papalote. Va con él la imaginación. Y las alturas mágicas te hacen mirar hacia abajo, terrenal la vida, como maqueta pequeña a la vista de todos. Y de las sombras unas tijeras cortan el hilo fino que sostenía en las alturas mi juguete animal. Y se soltó, cayendo más allá del canal, que estaba atrás de la escuela. Yo tuve un papalote. Como decir el amor. Y era el viento mismo que hoy ha vuelto. Y doy la bienvenida a todos esos recuerdos. Que me hacen ser lo que soy.

Los días son distintos

Para cada quien por varias razones los días son distintos. Si pregunto al escolar sobre si prefiere un viernes a un sábado dirá que el sábado. Y entre el jueves y viernes, preferirá este último. A mí me dan igual los días. Su paso entre la rutina y la incertidumbre de la llegada de lo nuevo, me motiva. Y romper rutinas es un reto diario. De cada uno de ellos guardo el mejor sabor. La fruición por sorber la sabia de la vida, la aplico en cada uno.  Hoy por ejemplo, diría Serrat, puede ser un buen día. Lo será. Oh, viernes, decir, como decir del lunes.

La ciudad amanece

La ciudad amanece. Y es otra muy distinta a la de anoche. Las prisas y los rostros cansados han quedado atrás. Inicia lento  el nuevo día. Y hasta pareciera que de pronto ha de quedar suspendido el tiempo. A paso lento con sonrisas. Y los buenos días que andan por todos lados. Los titulares de los diarios hablan de tanto. Que solo uno debe concentrarse en lo vital. Tanto de los otros y todos. Como de nosotros mismos. La sola palabra guerra produce un no sé qué de desvaríos. Y la palabra amor produce sí sé qué de los delirios. Es un decir, solo para llamar la atención sobre los libros. O la amistad. O los bellos árboles y las plantas con las flores. La ciudad amanece. Y todo se renueva. Hasta la sonrisa de ayer es distinta a la de hoy en la vendedora de frutas. Y el panadero. Y la que atiende en el café. Es hora de hacer alto y vislumbrar lo que queremos en los próximo cincuenta o cien años. Y hacer lo propio en este instante. Albricias el nuevo día. Por lo pronto frutas. Y un aromá...

Irse

"Irse no es lo mismo que venirse. Ella vino porque se fue. Más no dijo nada. Solo se fue. Mas antes vino". Cita. Yo andaba en un mar de libros de viejo. Quiero decir que una librería de viejo es como un mar a la deriva. La brújula rota, entonces qué sucede. El vidrio de la calle decía: "que sus ojos no sean imanes. Retírese del vidrio para que otros también puedan ver. Mejor entre y vea, a ver si compra, pero ya dentro". Yo me quise reír. Pero estaba bien fundamentado. Psicología de la mercadotecnia. Entré, claro que sí, era como un reto, y salir sin comprar nada, no caer en sus redes. Pero había como cien mil libros acomodados en estantes hasta como de seis metros de altura. Y escalera rústicas para que uno las utilizara. Yo quería salir sin nada. Pero había libros que tenía tiempo que andaba cazando. Hay una colección de premios Nobel. Creo que es de Editorial Aguilar. Y claro, algo de poesía. Y Psicología infantil. Entre estos encontré La Ley de Herodes. Y de p...

Recuerdos y olvido

Olvido escribió su nombre, recuerdos se los borró. Y en lucha cuerpo a palabra, el olvido un buen día llegó. Un malecón. Un parque. Un camino. La oscuridad. El olvido hizo su parte. El recuerdo lo mismo intentó. Se discutieron con versos de canciones. Con libros. Juramentos Y sueños de futuro. La eternidad fue simplemente breve, y breve todo acabó. Ha pasado tanto tiempo. Más de cien años. De aquel hermoso dolor. Caballitos de madera. Papalotes en el aire. Y figuras de nubes de ensoñación. Tantos nombres fueron. En ninguno algo quedó. Los tantos rostros marchitos. El tiempo no perdonó. Cien años parecen muchos. Y más si son de dolor. Para la alegría son tan poco. Y ese poco acabó. Olvido hizo su parte. Recuerdos bien lo imitó. El tiempo se construye con instantes. Todo aquel que llega. Es porque de otro lugar se fugó. El instante anterior es ya lejano. De un tiempo que de buen modo llegó. La memoria queda entre recuerdos y olvido. Y el tiempo aquel nunca volvió.  Poco o mucho. Y pa...

Frente a una casa

Paso frente a una casa. Y de adentro se escucha la música de Debussy. Al instante imagino una persona en solitario, entrecerrando los ojos, y transportándose, en la nostalgia, a otro tiempo. Por la mañana acordeonistas, magos y un cantante veterano con la voz de Sinatra. Y pidiendo dinero de manera descarada. Veinte pesos la foto y cien el video, decía con un cartelón. A mi manera. Y liego extraños en la noche. Yo entré a un desierto cercano de los libros. Una eternidad de ideas en los tableros. Y sueños mas imaginación, Vagones de ferrocarril llenos de poesía como soporte de vida. El poeta no es la poesía, apenas instrumento mediante el cual alguien dicta. Sabines, Pessoa, Tackl. Vallejo. Una constelación refulgente. Pero volvamos a Debussy. Pasaba por esa casa y por la transparencia del cristal de la ventana, vi a una pareja de gente grande escuchando un disco de vinilo, y precisamente Debussy. Yo volví al tiempo ido. Que en gerundio se renueva ya sin nuestros pasos. Yo, descubierto,...

La vida se va

La vida se va a pasos gigantescos. Mientras tanto, esperamos que sucedan los milagros. Y suceden, mas no nos damos cuenta.

De ti

Llegaste porque dijiste que te ibas. Y te fuiste pensando dijiste en regresar. Han pasado ya cien años. Polvo convertido en polvo. Generación tras generación con sus pequeñas historias Y el viento me habla de ti. Y el cielo me habla de ti. Eres el camino y eres humedad que viene con la lluvia. Canto de los pájaros. Miel de la colmena. De flor a fruto, de fruto a semilla. Y el humus con lo tibio del sol hace germinar la vida. Llegaste con un adiós. Y te fuiste con una bienvenida. Recuerdo aquellos años. Perdón la referencia. El concepto del tiempo era distinto. En esa sensación de eternidad que es la juventud. Las iglesias permanecen. A pesar del tiempo. Los rostros son distintos entre bautizos, primeras comuniones, matrimonios y misas para los difuntos. Mas hay constancia que llegaste. Y antes que el mar se seque. Antes de la muerte del último de los judíos. Has de volver. Porque la vida es un devenir. Solo por eso. No seremos nosotros. otros estarán festejando el nuevo día. Entre la ...

Me quedo

Yo me quedo. Porque me he ido. Y vengo. Voy y regreso. Y me vuelvo a ir. Porque he sabido desde siempre, que mi lugar no es fijo. Y duele. Claro. Yo vi el rostro de mi madre mil veces cuando vio mi despedida. Yo con un nos vemos pronto. Y ella con sus palabras tibias de ve con Dios. Y asumía mi retirada. Dejando parte de mí mismo en esa casa de la infancia. Donde nos guarecimos de lluvia y viento. Donde tuvimos sombra y alimento. Frutos. Y fui ayudado por padres y hermanos a costurar heridas y tejer mis sueños. Me quedo. Me he ido. Y vuelvo. Trashumante pies de plomo. Ella me tiene abrazado y no me suelta. Y en sueños jugamos a que ambos estamos muertos pero vivos. Y me propone sonriente: o cruzo la frontera o la cruza tú. Cuando despierto tengo en mi lengua las palabras. Yo me quedo. Mientras escucho a Machado en la voz de Serrat el genio: todo pasa y todo queda. Pero lo nuestro es pasar. Y yo lo entiendo. Nos quedamos madre y yo en nuestros corazones. Lo demás es lo de más.

Aquella vez

Aquella vez, azul. Con la mirada fija a veces, y luego lanzada en el recuerdo. También en el porvenir. Sobre no saber exactamente lo que es y será. Ya en camino a otro derrotero. Y la mano solidaria. En la caricia. Nos volveremos a ver en las canciones, dijo. Mi madre sabía lo que hacía en cada instante. Su azul era un matiz de cielo. Su mirada era de una tristeza no personal, de una tristeza por la vida misma. Aquella vez era el adiós. La fugacidad del tiempo se hizo más que presente. El adiós se va escribiendo a diario, explicó. Y su sonrisa de sándalo era una alegoría de su vida. Azul la mañana es azul. Oigo en la radio. Y mi madre se fue discreta una noche de diciembre.

Mirad las nubes

Allí afuera están la nubes. No estas, no estoy. Brillan luces a lo lejos. Una total oscuridad en el cosmos micro que miro. Allí te ocultas en este tiempo sin tiempo. La distancia es el lugar común del olvido. Y las canciones del ayer se cantan siempre en tiempo presente. Apurad la vuelta a la hoja. El capítulo terminó. Decías de la oscuridad. Yo de su derrota ante el fósforo o la luciérnaga. Eso somos acaso en la vida de penarás. Luces en palabras sin descanso. O las palabras sean la definición mayor de carnada. Nos bajamos de la nube de sueños y aterrizamos. El paseo cósmico ha terminado. Mi pude descifrar el enema de la vida. Suena un eco milenario.. Bienvenido. La dicha es una pistola de agua, para niños.

La tarde

Recordás la tarde aquella de hace años. Llevabas un libro de poemas o teoría política. Hubo un sol quemante. Y bajo la sombra de un pirul pensabas sobre el porvenir. Aquí pasó una sombra de abril. Y un pez se esacabuia como en una pintura chic. El futuro era la carrera mar atómica del tiempo. Y leíste el poema o una lección común sobre los pueblos. Era la manera de pasar las tardes. Melocotones y sonrisas. Palomas al vuelo. Esa tarde olí durazno en el poema o pan en la lección. Los pueblos tienen razón. En el deber ser supimos adelantar la mirada. La tarde se fue rápido. Los libros están amarillos. El cabello blanco. La vida es el recuerdo que de ella tenemos. Y el alucine de lo que será una vez más. Repeticiones del disco de vinilo. Una vez más, toca la Melodía, Sam. El tiempo nunca pasa en vano. Jamás. Recordad la tarde. Soy el recuerdo que Me habita.

Todos

Faquires y malabaristas, taberneros y vendedores de aguas frescas, payasos y cantantes, artistas de cine y radio, maestros de escuela y cocineros, vamos a caminar juntos, el camino es largo y venturoso, la vida es única y bella. Aún con piedras y de lágrimas. Vamos a juntar nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestras manos. Cantantes de barrio, mineros, vendedores de frutas, jardineros, panaderos, magos de magia blanca, vendedores de baratijas, lava coches, carniceros. Vamos jugar nuestro juego, el juego de la vida. Con mejores sueños, mejor salud y bienaventuranzas. Nuestro tiempo es único, es el instante cósmico, y el polvo encarnado con el que existimos. No hay otro tiempo. Perdonad a quienes han hecho de su vida tedio y rutina, perdonad a los indiferentes, a los que se arrastran y pululan en los pasillos de la nada, a los que tienen apego a la vanidad ya la perra fama. Ellos no saben de lo humano en la existencia. Ellos no añoran ni el tiempo de los esclavos. Ellos no miran, no sie...

El presente

El ayer existe solo como recuerdo, percusión en la memoria. Por cierto ayer, un calor extremo. Un sol cuyos rayos reverberaron todo el día. Ni en la sombra se evitaba el bochorno. Fuerte el sol, eh. Y aún así, nadie escapaba a lo seductor de las sonrisas. La alegría a flor de piel. Quizá por ser domingo. Quizá por la cercanía de la primavera. Es cierto, viene ya la primavera con el anuncio principal de, nuevamente, lo verde, el renacer de hojas. Los frutos en flor. Las aves en el esplendor de su canto. El presente es el imperio del tiempo. Raíz de la esperanza. Templo del pasado. Aquí vamos. Aquí seguimos cantando con Amaury. No lo van a impedir.

Esquinas

  La distancia es el olvido cuando la definición de olvido es un débil recuerdo. Por ejemplo si el perro ladra cuando llego. O mueve la cola. Es que me reconoce por olor o mirada de tedio. Yo me entiendo. Y no es asunto de filosofía. Es la circunstancia específica de coincidir con algunos nombres que acuden al llamado de la memoria. Sabina repercute en sus palabras de encontrarla donde habita el olvido. Y es quejumbre permanente. Por eso habrá que bajar del tapete de los sueños. La esperanza es una líquida manera de mirar el mañana. Y hablar a plata limpia que el dolor no es necesario para reconocer al prójimo. Me busco en las palabras para definirme. Y encuentro solo números. Número de carnet. Tarjeta de la usura. Fechas y más fechas que refieren acaso puntos ciegos y fijos. Nómina de los fantasmas. Me entiendo, sí. Mas no basta. Estoy frente a ti. Espejo de misericordia. Incluidos los mil perdones. El tiempo ha sido. El paso va lento en búsqueda de lo que realmente somos. Las hoj...

Extraña nota

Extraña nota la del diario. Punto y aparte. Conociendo el camino a marchas alegres. Un poco de viento, polvo. A la vera del día, de las horas. Plenitud en el asombro de encontrar la nota en el diario. Y ese sol distintivo a la espera del futuro. Un pasado perpetuo permanece. Aliciente de los tiempos. Por si hubiera dudas del sentir. Un libro con celofán. Neruda. Y los sonetos conocidos. Hemos vuelto de la infancia. Un patinete con el que rompimos vientos. Nuestro cabello hacia atrás. Y los datos cuando la adolescencia. Aquellas tardes de otoño. Las hojas, admirad las hojas. Y luego discos, perfumes, balones de basquetbol. Extraña nota la del diario. Hoy sábado. Admirad la luna nuevamente. Y la canción en la radio. Just like (starting over). Volviendo 1980. Abrazad la nostalgia. Volved a mirad las hojas. En referencia a la multitud con prisa por el no vivir. No tienen punto de visión a dónde dirigirse. Hemos vuelto de nuevo la mirada. El camino es hacia adelante. Estamos listos. La tard...

Los libros

Los libros. Los tantos libros de diversos temas. Aquí y en todas partes. Nombrados. Señalados. Adulterados. Ligeros o pesados. Utilizados. Ignorados. Los libros, contenedores de ideas, pensamientos, sueños, palabras. Que han viajado libres o a escondidos. Que han alentado y profetizado. Que han sugerido cambios. O que han calumniado. Venturosos y aventurados. Clásicos y de moda. Los que nos han hecho ser como somos. Pozos de agua, manantiales donde hemos abrevado. Los que han enamorado, conquistado. Los que han perdurado en el recuerdo. Los que tienen una página marcada, un verso señalado, un nombre escrito, un corazón dibujado. Los libros inquietantes. Los prohibidos. Los que han dirigido vidas. Los que han consumido ojos y corazones. Los libros galantes que hablan del amor y sus ocasos. Los que han forjado corazones fieles. Los que nos han hecho volar y cabalgar en caballitos de madera. Los que nos han subido al tapete mágico del pensamiento lógico. Los que nos han desarrollado la im...

No lo impedirán

Levantaron hogueras con los libros. Y pervirtieron los diarios con noticias de tedio y sangre. Han levantado calumnias increíbles y lanzado piedras y escondido la mano. Lapidaron honores. Alzaron muros. Alimentaron la serpiente del odio. Y prohijaron a la indiferencia. Crearon condiciones para horrores. Han cambiado de bando. Y siguen su ruta cubriendo con arena sus posiciones. Han trasquilado a las ovejas por generaciones. Quebraron los remos de los otros. Hicieron huecos en el barco. Reventaron caballos. Lapidaron a hombres y mujeres inocentes. Hicieron estropicios en cristalería. Sembraron rencores. Han aumentado la generación de intereses por sobre intereses. Quitaron las pieles de bellos animales para bolsos y abrigos. Mas no impedirán la entrada de la luz. El recambio de hojas. El circular del aire. El arrastre de hojas por el viento. El canto de los pájaros. La caída de la lluvia. La flor seca en el libro. No detendrán el triunfo de la imaginación. La llegada de la primavera.

Alebrijes

Alebrijes en el cielo, rayos. Así tan de pronto y repetidas veces. Alámbrame y alúmbrame tan solo el corazón. Jinetes apocalípticos en el cielo. Golpes de luz, donde se vislumbran rendijas del añorado cielo.

Alguien

Ráfagas de luces. Alguien toma fotos desde lo alto. Nuestros momentos terrenales se vislumbran como oscuridades en fragmentos.

Punto de llegada

Tuve hace años un punto de llegada. Tendré más temprano que tarde un punto de salida. En ese lapso atesoro abrazos, sonrisas, silencios y palabras. También el  pasto recién cortado,  el olor a libro y a durazno. 

Gris la tarde

Gris la tarde de lluvia. Nostalgia que se cierra de pronto ante el tiempo. "Cayó granizo", me dicen. Y miro algunas fotografías al respecto. Piedras de agua en caída libre. Desvelos de las nubes en su trayecto cotidiano. Gris es un buen matiz. Entre el blanco y el negro. Y algo de frío viene bien para recordar los inviernos en el que por estos días aún estamos. Recuerdo otros días de granizo. Piedras transparentes del tamaño de  una pelota de beisbol. Fotografía del diario. Viene bien un pan y café. Como para dilucidar diferencia de palabras. Héme aquí. Recordando. Mas pensar en las sonrisas del recuerdo siento tibio en la piel. Y algo es algo. Dijimos basta. Gris la tarde. Ahora vamos de nuevo a la vida. Flor de higo.

Hoy me iré a dormir

Hoy me iré a dormir sin escribir un texto. Tú, que lees, sabes lo que digo. Refiero un poco la nostalgia. Abocarme al silencio. Dejad de lado las palabras y callar. Como todo, el instante lo ha determinado. Me he quedado buen rato frente a la página en blanco. Y buscando una palabra o idea que detone un texto, me he quedado sin nada a qué asirme. Hoy me voy a dormir. Y queda pendiente un texto que justifique el vacío de hoy. Tú, que me lees, etcétera. Perfume de gardenias.

Con su mirada

Con su mirada, vida y obra, dan luz, entre la tanta oscuridad. Felicidades a todas las mujeres que entre lo feroz del mundo se levantan a diario por una vida mejor.

Charlas

Uno.  Coincidentes en edad promedio y en alegría. Muy mayores de edad y en plenitud de palabras y sonrisas. Cuatro  mujeres. Más allá del tiempo y circunstancias. Los recuerdos vivos. El liderazgo de una de ellas. De pronto saca unas hojas con textos. Los lee. La felicitan. Platican sobre lo que aguantan las mujeres a los hombres y casos concretos. Y de los amores de juventud que no vuelven pero siguen vivos.  Piden la cuenta. La dividen. Pagan y se van. Con la seguridad que se verán pronto.   Dos. Mujeres y hombres. Ya grandes. Más allá lo mismo de la juventud y madurez. Digamos en plena despedida. Pero que humor. Gritos. Besos. Tomarse de las manos. Llega un trío musical. Piden canciones. La nostalgia en brasa viva. Los recuerdos del amor. Una de ellas canta. Se levanta y también baila. Abraza y besa a uno de ellos. Te amaré siempre. Mi amor imposible. Hace magia el que sabe. Los demás aprenden. Que bonito se siente reunirnos, dice una de ellas. Pagan. Se van. C...

A cuenta del día

A cuenta del día las noticias. El pronóstico de lo tibio del sol. Un poco de neblina. Y el trayecto por recorrer en buenas condiciones para transitarlo sin prisas. Un saludo viene bien. Y recordar el vuelo aquel del otro día. Las mariposas saben de su ruta. Es la emoción de la vida.  Y está pendiente revisar el texto que ha quedado de tarea. Escribir cincuenta veces buscar  a la belleza del tiempo. Que justifiqué la estancia. Un venturoso amanecer. El agua fresca en corriente. El libro por leer. El entuerto por corregir. La paz habitar desde la caverna. El fruto en su flor. La canción del vendaval. Más que el lucro es la belleza lo que realmente importa. La belleza de la vida.

Me olvidé de vivir

Los tantos discos. En las canciones van las historias del amor pretendido, logrado, anhelado, extrañado, y finalmente olvidado. Cenizas. La música del disco de vinilo sigue terca repitiendo en el tornames que Me olvidé de vivir.

Nada y todo

Quitadle  la tarjeta de crédito. La credencial de identificación. El carnet del partido. El del equipo de fútbol. Las fotografías que le acompañan. Quitadle  la corbata. Los certificados de estudios. La brújula para su ubicación. Quitadle la música. El tic tac del reloj. Dejadle sólo la mirada. Quitadle la ilusión. La memoria de los hechos. La fecha en que nació. Quitadle el saludo. El con permiso. El por favor.   Quitadle el árbol genealógico. Lo que heredó.   La noción del tiempo. Del más allá. Y del infierno. Quitadle los gritos. El aullido del dolor. Quitadle la pluma. Los zapatos. El collar. Quitadle el catalejos, el microscopio y todo lo de motor. Quitadle el gobierno. La iglesia. El camino. La torre. Y el peón. Quitadle las postales. El perfume. El circo romano. El paraguas. Y el bastón.  Quitadle la silla. El sanitario. La cama. La imaginación. Dejadle los valores, el reto de la existencia, la posibilidad del verso, la amistad y el amor.

La alameda

Domingo. Altos álamos del parque. Como vislumbre del tiempo ido sosteniendo el que es y el que vendrá. Rostros con las prisas. Vendedores de elotes y biznagas. Río de pueblo con parias, lúmenes de barrio,  lúmpen solitario, damas chinas.  Cilindro.con bésame mucho. Y el globero con las risas. A tomar el sol han salido a la Alameda central. Un bosque con fronda alineada. Bancas para dos que fijan su mirada con el habla citado a, cotidianas. Ha parido pueblo el tiempo que se escapa. Heme aquí con la música en el corazón y los pies danzando. Cantantes de ópera hacen ronda al cuadro.

Me sucede

Me sucede siempre con el cinturón de seguridad que el anterior usuario es flacucho. Es preciso que todos se alimenten

Cuando hoy, por ejemplo

Cuando hoy, por ejemplo, canto, es que me acuerdo del pasado. Son canciones de nostalgia por la manera que transitamos sobre algodón de azúcar. Entonces varias melodías me hacen recordar los hechos concretos de la lluvia o un paraje oscuros. Y las repito entrecerrando los ojos. Y vuelco a este día domingo en aterrizaje forzoso. Se rompe el tren de aterrizaje. Y dando tumbos poco a poc me recupero. Hoy por ejemplo te nombro. Cruz derrotada por el tiempo. Mariposas amarillas.  Y me detengo para valorar mejor la sonrisa de la infanta en el hecho de rosas. Ha pasado el tiempo ya. Cuando hoy por ejemplo recuerdo. Es cuando me reporto al futuro. Es allí la causa y casa común donde estaremos. Unos y otros. Casa con polvo en los espejos. Maravilla del tiempo. Cincuenta flechas ha tirado Cupido. Cincuenta veces para no dejar que haya duda. Oportunidades hubo. Sin embargo derrochado el tiempo albricias de valorar la vida para un nuevo amanecer rotundo. Navegando vamos cuando hoy la memoria s...

Hoy domingo

Sabiéndolo acomodar, todo cabe en el hoy, este instante, estrella del presente. Un libro de poemas me espera mas un aromático café. La mañana es fresca. Una sonrisa de buenos días aparece como si nada. Y la música suave como fondo de nube blanca. Abril en Portugal. Y Cómo pasan los años. El hoy es el tesoro mejor. El tiempo perfecto para la vida. Donde aterrizan recuerdos del ayer y visiones del mañana. El hoy te saca de la cama plácida. En ese despertar que aterriza los sueños. Y el suspiro se sobrepone al respiro, y ya es ganancia. Todo cabe en el hoy: un desayuno suculento. Las risas de algarabía con vuelo inesperado. Un sol tímido se aparece. Las flores están a pleno. La hoja en blanco se ha convertido en barquito de naufragio juguetón. Yo refiero del disfrute como las cosas pequeñas. Las que están a nuestro lado. La hilera de hormigas. Hacer la llamada pendiente. El foco fundido para cambiar. Lavar la bicicleta. Bañar al lebrel que se revuelca en polvo. La campana llama a misa. Lo...

Los amigos

Pocos los amigos son. Pero buenos. Son esos que tienen la palabra precisa en el momento justo y necesario. Ancla y ala por, ejemplo. Ancla para detener al ego. Ala para los pies de barro o plomo. Y tienen canciones en sus corazones, que acompañamos con guitarra. Están en el momento que se requiere y no abruman con cartas a los reyes magos. Son colibríes para las ideas o palabras. Abejas en la colmena del diálogo. Y sueltan risas unos para inquietar el silencio de la iglesia. Y otros están ensimismados en las fiestas. Aunque los pies en automático se les muevan. Valoran la transparencia del agua. Y en mares o ríos navegan con sus barcos de papel de la infancia por los todos los puntos cardinales. Los amigos rinden pleitesía al sueño, al verso, a la nada. Nuestros temas de charla no andan aferrados a política ni a religiones. Alimentamos con la amistad a la esperanza. De que todo cambie. Y buscamos un grano de arena para poner nuestra parte. Mas recuerdan sus pleitos en sueños contra el...

Años luz 2

El tiempo no vuelve ni vuela. Solo transcurre. Y no hay vuelta atrás. Un segundo en años luz del futuro, está mucho más cerca que un segundo del pasado.

Años luz

Años luz tu ausencia. Esa reverberación de la memoria que se niega al olvido. Grabado en piedra tu nombre, fuente de lluvia. Me preguntaron de niño sobre el significado y la magnitud de años luz. No no sé lo que dije. Ahora lo entiendo: tu ausencia.

Cantemos esperanza

Cantemos esperanza. Todo tiempo y momento son necesarios para el canto. Porque sabemos de las piedras lanzadas. Del filo que busca la carne. Del respiro que se agita. De las prisas por alcanzar lo que no existe. Cantemos esperanza. Es necesaria mantener el fuego de los días. Hay tiempo suficiente. El tren sigue su ruta. Los pueblos fantasmas quedan para la historia. Las voces han terminado. El silencio reina. La esperanza está más viva que nunca. Cantemos historia.

Cantemos esperanza

Cantemos esperanza. Todo tiempo y momento son necesarios para el canto. Porque sabemos de las piedras lanzadas. Del filo que busca la carne. Del respiro que se agita. De las prisas por alcanzar lo que no existe. Cantemos esperanza. Es necesaria mantener el fuego de los días. Hay tiempo suficiente. El tren sigue su ruta. Los pueblos fantasmas quedan para la historia. Las voces han terminado. El silencio reina. La esperanza está más viva que nunca. Cantemos historia.

Cantemos viajes

Cantemos viajes. Tenemos el reto de la vida. El transitar por parajes desconocidos. Cantemos mientras haya memoria del pasado y vislumbremos parajes del futuro. El meridiano hacia el norte. La sombra augusta de la planta del cacao. Los sabores de la vida y la sal adherida a la piel grabada en los sueños. Viajemos sueños. Exploradores de la nada, del todo, de lo probable. Lo posible. Moviéndonos o desde las palabras recorramos Atenas, Oh  Diógernes. Catulo, la Roma callejera, de las musas bajo el farol en las esquinas. Viajemos rostros  imperturbables al tiempo. Poemas en hojas amarillentas de libros como canto de los siglos. Discos de vinilo, huella de la soledad y el hastío. Calles llenas de plásticos. Corazones donde habitan los sueños con visiones de futuro. Instalados en la nada, el espectáculo de lo obvio, los lugares comunes, las repeticiones de palabras monosilábicas. El viaje es otra cosa. Transitar vida, sorber savia. Reír a carcajadas. Referir que soledad es lo mismo...

Brindemos sueños

Brindemos sueños, nocturnos o diurnos. Levantemos la copa por tener imágenes del futuro a donde arribaremos. Los sueños han sido bujía de la vida. Tornillo del ancla suelta. Han sido los motivos que dan sentido a la existencia. Adorad al pájaro. Deslumbrad sirenas. La luciérnaga no está en mi mano. Los sueños son el tesoro intangible. Son el viento a favor de la dicha, de la plenitud. Nada hay si no se construye en sueños. En siete días se materializaron todos los sueños del universo. Un café para la charla. Los guiños esos del recuerdo. Y las palabras pastel al oído. Sin olvidar la música. Brindemos sueños, los que nos mueven al camino y a la luz. Los que nos permiten nos alumbren en sombras. La Torre de Babel, el amaranto, las cincuenta mil guirnaldas. Y no olvidar el maratón. Hemos recorrido caminos precisos. Tu nombre. Tu preciso nombre. Y al alba el nuevo día, como promesa del tiempo a favor. Brindemos sueños navegando con brío en los procelosos mares del presente.  Brindemos ...

Cantemos soledad

Vamos a cantar mañana soledad. Mas no esa soledad lastimera y quejumbrosa en la que nos sentimos aislados. Y con angustia aborrecemos en los días la existencia misma. No. Cantemos soledad creativa. Esa en la que nos asomamos a nosotros mismos. En la que refleja el espejo destellos de conciencia. Y coincidimos en el punto magnético del ser. Albricias de la vida. Creamos nuevas maneras de sonreír a otros. Transitamos los días elucubrando nuevos pareceres. A veces la sonrisa de los otros no es más que una máscara donde algunos ocultan las desdichas. Cantemos soledad fijando la mirada en la oruga. Y con paciencia veremos la transformación en mariposa al vuelo del instante. La soledad es el punto de encuentro con ese cercano extraño que es uno mismo.

Sin título

Y tú me lo preguntas, insumisa. Esa pregunta bien viene del alma. Béquer apuesta a la memoria. Cuando acudimos al foro a declamar las rimas vertidas de miel. Los poetas son ilusionistas de la mentira, había dicho la profesora de español. Y reía segura de sus palabras. Su perfume era un dulce adherido a sus labios. Un círculo de espera por si acaso. La espera a terminar la clase. Y acudía a mi cuaderno para asomarse a mis apuntes. Carta a una maestra. A ver, chiquitín, ahora qué has escrito. Y estaban mis palabras a punta de timidez mostradas para verle su sonrisa. Breves textos narrativos. Y algunos versos con rima como espinas. Insumisa la memoria, que tiene datos fijos, finos, como nunca. Un detalle, su voz. Otro detalle más, ese manera de caminar entre pupitres. Éramos niños y teníamos sueños de pájaro con nubes. Arribamos luego a otros años. Y recodábamos a nuestra maestra de los primeros años. Azogue el tiempo. Y está nítida su mirada. Ahora a lo lejos. Hemos cantado en las campiñ...

Quien fuera

Quien fuera faquir que al instante ilusiona de lo que no fue o será, magia de la vida sencilla. Papel o pluma. Y flecha de Cupido para llegar poco a poco a ti. Remembranzas de lo obvio. Quien fuera el tejedor de ilusiones. Para recorrer el sentido común de no alterar los instantes. Por ahora me contento con esta mañana de miércoles. La poesía anda por todas partes.

El sueño

Anoche el sueño de tantos sueños congregados en un instante breve. Las cien mil imágenes nítidas, y sobrepuestas en el alma. La sonrisa de mamá, los besos. Las risas de Juan alegrando el tiempo. Los tantos nombres. La musicalidad de  las palabras, y lo no dicho en un silencio que se extenderá por siempre. En una crónica donde se relatan hechos de los tantos instantes. Y donde habrá un punto final. Y a partir de allí el silencio. El que nos abrazará a todos desde el futuro que viene adherido al presente.

Ahora Marzo

Otro más en la historia personal. Marzo se ha portado maravilla en la escala del tiempo. Arrebol de las flores y las hojas renacidas. A golpe de timón la primavera otra vez. Para renovar la esperanza. Y saber por otra vez más como lugar común, que al invierno le sigue primavera. Y estamos prestos para volver en la neblina, de este sol que se asoma poderoso. Porque hemos cantado, soñado, blasfemado. Porque estamos viviendo a razón de luz y de palabras. De vez en vez nos asomamos a la caverna. A recordar el origen de las cosas. Y limpiar las imágenes de padres. Que nos acompañan en la vía del estilo, la novedad y la esperanza. ¿Qué hacer en la ruta del año? Tener siempre en la memoria, que con marzo, la primavera llega. Quedan atrás desvelos  y sinsabores. De fondo en el soundtrack música de Morricone. Vienes bien, marzo. Suspiro. Estos días pueden ser un gran mes. Plantéatelo así. Simplemente.