Me quedo

Yo me quedo. Porque me he ido. Y vengo. Voy y regreso. Y me vuelvo a ir. Porque he sabido desde siempre, que mi lugar no es fijo. Y duele. Claro. Yo vi el rostro de mi madre mil veces cuando vio mi despedida. Yo con un nos vemos pronto. Y ella con sus palabras tibias de ve con Dios. Y asumía mi retirada. Dejando parte de mí mismo en esa casa de la infancia. Donde nos guarecimos de lluvia y viento. Donde tuvimos sombra y alimento. Frutos. Y fui ayudado por padres y hermanos a costurar heridas y tejer mis sueños. Me quedo. Me he ido. Y vuelvo. Trashumante pies de plomo. Ella me tiene abrazado y no me suelta. Y en sueños jugamos a que ambos estamos muertos pero vivos. Y me propone sonriente: o cruzo la frontera o la cruza tú. Cuando despierto tengo en mi lengua las palabras. Yo me quedo. Mientras escucho a Machado en la voz de Serrat el genio: todo pasa y todo queda. Pero lo nuestro es pasar. Y yo lo entiendo. Nos quedamos madre y yo en nuestros corazones. Lo demás es lo de más.

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?