Frente a una casa

Paso frente a una casa. Y de adentro se escucha la música de Debussy. Al instante imagino una persona en solitario, entrecerrando los ojos, y transportándose, en la nostalgia, a otro tiempo. Por la mañana acordeonistas, magos y un cantante veterano con la voz de Sinatra. Y pidiendo dinero de manera descarada. Veinte pesos la foto y cien el video, decía con un cartelón. A mi manera. Y liego extraños en la noche. Yo entré a un desierto cercano de los libros. Una eternidad de ideas en los tableros. Y sueños mas imaginación, Vagones de ferrocarril llenos de poesía como soporte de vida. El poeta no es la poesía, apenas instrumento mediante el cual alguien dicta. Sabines, Pessoa, Tackl. Vallejo. Una constelación refulgente. Pero volvamos a Debussy. Pasaba por esa casa y por la transparencia del cristal de la ventana, vi a una pareja de gente grande escuchando un disco de vinilo, y precisamente Debussy. Yo volví al tiempo ido. Que en gerundio se renueva ya sin nuestros pasos. Yo, descubierto, saludé desde la ventana. Era una casa antigua. Era un sueño. Y manaba agua de una fuente ahora cicatriz del paso por la vida. Polvo de estrellas. Mas insistía Debussy. Yo toqué, en la bolsa de mi pantalón, un diente, guardado, de mi infancia.

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