Irse

"Irse no es lo mismo que venirse. Ella vino porque se fue. Más no dijo nada. Solo se fue. Mas antes vino". Cita. Yo andaba en un mar de libros de viejo. Quiero decir que una librería de viejo es como un mar a la deriva. La brújula rota, entonces qué sucede. El vidrio de la calle decía: "que sus ojos no sean imanes. Retírese del vidrio para que otros también puedan ver. Mejor entre y vea, a ver si compra, pero ya dentro". Yo me quise reír. Pero estaba bien fundamentado. Psicología de la mercadotecnia. Entré, claro que sí, era como un reto, y salir sin comprar nada, no caer en sus redes. Pero había como cien mil libros acomodados en estantes hasta como de seis metros de altura. Y escalera rústicas para que uno las utilizara. Yo quería salir sin nada. Pero había libros que tenía tiempo que andaba cazando. Hay una colección de premios Nobel. Creo que es de Editorial Aguilar. Y claro, algo de poesía. Y Psicología infantil. Entre estos encontré La Ley de Herodes. Y de poesía me compré dos. Uno de Wislawa. Y otro del narrador ahora, en ese tiempo poeta juvenil, Eusebio Ruvalcaba. Cuando lo vea le diré de ese libro de fuegos juveniles. Y seguro se va a reír. Y querrá comprármelo para desaparecerlo. Y había uno muy bien editado. Que el vendedor me lo acercó. No sé por qué. Me sugiere: "ande, cómprese este´. Ire nomás: Irse no es lo mismo que venirse". Y lo compré nomás por no dejar. Valía diez pesos. Y uno de regalo.

Comentarios

Entradas populares de este blog

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?

Libro: "La palabra provocada"