El presente

El ayer existe solo como recuerdo, percusión en la memoria. Por cierto ayer, un calor extremo. Un sol cuyos rayos reverberaron todo el día. Ni en la sombra se evitaba el bochorno. Fuerte el sol, eh. Y aún así, nadie escapaba a lo seductor de las sonrisas. La alegría a flor de piel. Quizá por ser domingo. Quizá por la cercanía de la primavera. Es cierto, viene ya la primavera con el anuncio principal de, nuevamente, lo verde, el renacer de hojas. Los frutos en flor. Las aves en el esplendor de su canto. El presente es el imperio del tiempo. Raíz de la esperanza. Templo del pasado. Aquí vamos. Aquí seguimos cantando con Amaury. No lo van a impedir.

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