Todos

Faquires y malabaristas, taberneros y vendedores de aguas frescas, payasos y cantantes, artistas de cine y radio, maestros de escuela y cocineros, vamos a caminar juntos, el camino es largo y venturoso, la vida es única y bella. Aún con piedras y de lágrimas. Vamos a juntar nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestras manos. Cantantes de barrio, mineros, vendedores de frutas, jardineros, panaderos, magos de magia blanca, vendedores de baratijas, lava coches, carniceros. Vamos jugar nuestro juego, el juego de la vida. Con mejores sueños, mejor salud y bienaventuranzas. Nuestro tiempo es único, es el instante cósmico, y el polvo encarnado con el que existimos. No hay otro tiempo. Perdonad a quienes han hecho de su vida tedio y rutina, perdonad a los indiferentes, a los que se arrastran y pululan en los pasillos de la nada, a los que tienen apego a la vanidad ya la perra fama. Ellos no saben de lo humano en la existencia. Ellos no añoran ni el tiempo de los esclavos. Ellos no miran, no sienten sus cadenas. El alfabeto les ha servido de poco. La búsqueda en diferenciar la luz de lo oscuro, les es indiferente. El polvo de estrellas lo confunden con carbonato o sodio. Sienten que la música es secundaria, lo mismo que la belleza. Todos juntos vamos a cantar, a caminar, a sudar.  Vamos a guiñarle un ojo a la vida. La vida es poesía. O no lo es. Así de simple y sencillo. Compañera, compañero. Cambiar el plástico por el saludo de manos. Por los besos y abrazos. Aquí vamos caminando. Y somos más que muchos. Vamos la vida está con nosotros. Y nos nos espera.

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