Yo miraba fijo la flor

Llego porque me voy, dice. Diálectica, pensé. Como todas y ninguna. Yo me puse a recordar otros momentos. La condición de los dos polos. Y los poemas. Esos que recortes guardaba entre los libros . La flor, la exacta. Yo miraba fijo la flor. Para ver si sucedía el milagro de hacer llover sin que hubiera nubes. O al menos el rocío, como humedad. Y los pétalos entre naranja y azul. Tránsfuga del tiempo, Chopin en el ambiente. Antes era Debussy. Pero la calma de Chopin. Y se quitaba el sombrero de semana Santa.  Eran sueños. Nadie quiere creer la realidad de los sueños. Mas yo me entiendo. Como encender los faroles de noche. Y de día. Y se fue. Mas luego animosa vino. No por otra cosa. Sino por eso de la dialéctica. Que filosofar es bueno. Y lo de los polos, dicen que a todos les pasa, es otra cosa. Cuando la filosofía es la manera de encender el cerillo alrededor de una fuente de gasolina, que es la vida. O yo no sé.

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