Hoy domingo

Hoy domingo es tiempo de ciruelas. Déjame recordar el sueño antes de que siga y lo olvide: mi madre con una hermanita cargada camina, yo atrás de ella. Firme y segura de sí. Sobre un bordo de río. Y de allí toma la decisión de bajar. Y segura de sí, también, baja en los datos que piedra a piedra para su pie se encuentra ya fija. Yo la sigo, hasta que llega al agua. Y ya con el agua a las rodillas, sigue en su caminar con alegría. Otro momento del sueño: en una de esas casas donde fue nuestro refugio como trabajadores. Donde pasamos días y noches entre el trabajo y la dicha del juego. Por sus amplios jardines árboles de frutas, guayabas, sobre todo. Me subo a un árbol y desde allí miro estrellas agrupadas que pasan cerca de la tierra y la gran vía láctea. De la casa de atrás, que también conozco, se asoman para verme, en ese disfrutar del espectáculo del cielo. Y decía que hoy domingo es oportunidad de nuevas horas, Para endulzar el ambiente con guiño y sonrisa. Y la mirada claridosa para reconocer belleza en todos los encuentros. Unas palabras. Otras más y los saludos en los encuentros. Démosle la oportunidad a la alegría. Que cubra en nosotros algo de literatura en los hechos.

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