Vamos, anda

Vamos, anda. El día ha llegado de nuevo. Con nuevas oportunidades de tiempo para la dicha. Desterrad la tristeza o lo amargo. Deja fuera de ti la ira, el odio. Eso nada deja. La soledad es un bicho raro que no debemos dejarlo volar dentro de nosotros. Estando solo y no sentirse solo, es la clave. Disfrutar el silencio. Viajar al interior de uno mismo. El trayecto ha sido en el pasado y seguirá con el nuevo día. Habrá lo que nos procuremos con nuestro esfuerzo: ensaladas, cortes, besos, palabras, café, el libro. Recordad los subrayados clave de los versos. Vamos, anda. El fuego de la amistad y el amor circunda. No es exactamente nuestro. Pero es nuestra posibilidad. No yo, precisamente. O tú. El espejo no nos juega bromas. A menos que deliremos. La vida es un permanente traslado hacia la última estación. Hacia el mítico Itaca.  Los recuerdos son posibilidades que fueron. Que sucedieron. Y nos queda al frente el puerto del destino. Somos los mismos. Nos emocionamos con el verso. La hoja seca. La película. Las palabras sonoras. Y aquella vieja canción del hotel tibio y húmedo. Siempre California fue un buen destino.

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