Cuando nadie nos ve
Cuando nadie nos ve cada quien sabe lo que hace. Escribo un nosotros, por si al caso, leen. Cada quien actúa la parte de su película. Y de pronto un nombre sale sin querer de nuestros labios. A manera de conclusión de beso, o sonado verso. Nadie nos ve. Por eso aprovechamos. A hacer con libertad lo que nos gusta. Por ejemplo pensarnos. Y recordar pasados con sabor a humo de fuego presente, pretendido. Tomamos el libro. Siempre aparece el libro. Y lo hojeamos para llegar a poemas que leímos. Nos gustan. Mueven nuestro corazón y conciencia. Cuando nadie nos ve nos entra humo en los ojos por el recuerdo. O basura, como esta. Palabras que se van acomodando para un decir, para un callar, y dejarlas solo en el pensamiento de recuerdos. Y la tecnología o el destino, juntará pedazos de nuestras películas separadas para hacer una sola. Y embriagarnos de miradas o luces de puerto. Kavafis rema con Marcel Proust, en busca de los tiempos bajo al sombra de las muchachas en flor.
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