La perfección

Buscando lo mejor busqué la perfección. Y preguntaba por ella (la perfección). Las respuestas iban todas unificadas en que no existe. Miraba yo a las alturas. No existe, me repitieron como para que me lo grabara en piedra. Una simpática rana saltó. Y se vino la lluvia. Yo seguía buscando alrededor de mí. Siempre a mano a quién preguntar. Tuve siempre a la mano los cuentos y poemas de Borges. Y nadie sabía decirme. Ni pastores o doctores. Como si buscara la felicidad. Yo solamente buscaba la perfección. Las nubes seguían preñadas para seguir dejando el aluvión. En un balcón dos hombres charlaban mientras jugaban ajedrez. Un laberinto entre todo. Y la Torre de Babel, un diccionario extenso. Una gitana leía las cartas. Un saltimbanqui hacia reír a los presentes. El Yuma, tragando el fuego del tiempo rodeado de gente. Es faquir y mago, le dijo la madre al niño preguntón. Una mariposa, mel canto del grillo y el cenzontle. La numeración. Las tantas lenguas. El ojo por donde pasa la luz. He visto hoy pasar un verso por el ojo de la crítica, y un camello por el de  la aguja.

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