Despertar
Despertar no es abrir los ojos en la mañana. O en la madrugada. Los sueños se presentan de muchas formas. Yo no espero el beso o verso. Lo busco. Beso por ejemplo a la pared. O una hoja de árbol. Pasa un gato blanco frente a mí. No es abrir los ojos. Aún con los ojos cerrados nos trasladamos a otros tiempos y momentos. Imaginamos que escribimos cartas. Nos metemos al río o mar por eso de la humedad. Desperar es apreciar la flor. Metáfora o realidad. La belleza no es el oro. Ya está dicho. Las tantas canciones escuchadas. Y sentir en la piel la tibieza a causa del recuerdo. El viento esparce el polen. La nueva vida. Y la Vía láctea nunca fue real si no en la tierra. Despertamos cuando vemos hambre e injusticias. La pasarela es como farándula. Y está bien. Recuerdo de lo que también se es. Lo decía Buendía. Alto, asesinos, perdón. Lo decía Buendía: las páginas de sociales nos hablan de la inequidad. Y decía de los grises que te rodean. Y expulsan del reino de lo vacuo. He despertado al día. A la nobleza del canto. A la belleza de la vida. ¿Tienes tiempo de caminar? Vamos a sentir la naturaleza. El aire se cuela entre las ramas de los árboles. Cantan los diversos pájaros. Has vuelto, gorgean. Despertar es poner "ojo al chícharo".
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