No os preocupéis
No os preocupéis por mis palabras. No precisamente hablan de mí. Hablan de todos. El yo es un plural incandescente. Piropo humano. Si escribo de soledad es que somos solos como destino. Allí hay que trabajar para no sentirse solo. Necesitamos de otros por las palabras. Estas u otras. Solo por eso. No del ayunte. Eso es banal y biológico. Solo que sea por eso de las generaciones y regeneraciones. Solamente. Soñemos eso sí en un destino mejor. Pero qué es mejor. El aire si. El agua si. El poema lo mismo. En eso es que se clasifican las palabras. No os preocupéis. Todos absolutamente somos polvo. Génesis y destino de una molécula que significa un tiempo, pero en general es insignificante. Las palabras son sangre y guiño. Son esperanza. Son medicina. La palabra es la vida misma. La vida humana, me refiero. No os preocupéis por el libro. Lo guardo bien. Lo subrayo. Y sueños.
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