Convocatoria
A los recuerdos convoco para cuando me duermo. A ver si llegan, al no haber recompensa alguna, solo el no dejar llegue el olvido. Han venido a veces. Preciso ahora convocarlos. Porque me nutren en el exceso de los días, en los que se cultiva olvido. Sueños rotos, esperanzas fallidas, derrotas silenciadas por las charlas. Desde un pozo las voces aquellas como perdidas. Los amigos que hace años no encuentro en las rutas que sigo. Mis padres que andan a caza de nubes. Mis abuelos a quienes no conocí, pero seguro en sueños podrían presentarse: yo soy Bernardina, madre de tu padre. Yo soy Jacinto, padre de tu madre. La sensual romana viene a alcanzarme cuando me marcho. La gitana abre sus brazos y ofrece leer la palma de mi mano. Llegará el perro sin nombre moviendo su cola. Preciso convoco a los recuerdos: amores idos; locos momentos de juicio retardado; momentos donde se movió el tornillo; y el olor a comino y tomillo de la casa. Soy solo los recuerdos que poseo. Preciso por eso.
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