Las palabras

He aquí que tengo unas palabras. Nada dóciles. Respingan y se desacomodan si no las acaricio. Vidas mías, las palabras. Se acercan a una flor. Por allí andan en vuelo. Y quiero traer algunas para iniciar mi texto. Y se alejan como bruma. No hay musa, responden socarronas. No me explico. Si saben de mi historia. A veces se revelan como terapia. En otras se rebelan y quedan congeladas, para que no las mueva a ninguna parte. Y quedo perplejo ante la tanta travesura que me hacen. Y me resigno y dejo la pluma en descanso y me acuesto. Y vienen sensuales a provocarme. Andan por mi piel y sueños. Anidan las palabras en mis oídos y sensuales se muestran de cuerpo entero ante mis ojos. Y me despiertan, lúbricas. Así andamos de hace mucho tiempo, aventureras, viajeras que van. Y vienen. Ahora por ejemplo utilizo algunas que se encuentran rezagadas. Amor y amistad. Guerra y paz. Pase usted por aquí. Les tengo unas rosas de mar. Homenaje al grande Luis Eduardo Auté.

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