Esas otras pequeñas cosas

Por debajo de la mesa. Y en los encuentros de carretera el cambio de las luces y una mano que se alza para el saludo en respuesta a otra mano levantada, mas el brillo de los ojos y sonrisa, que se mira a contraluz. La bufanda, hijo, no olvides la bufanda. O la sombrilla para el sol o en su vertiente de paraguas, para la lluvia pertinaz. Usted me olvida, dice mamá. Mientras el perro mueve la cola a la llegada. Una carta con letra bella y gota de perfume. Una hoja seca o pétalo de rosa atrapada en el poema veinte del libro. Somos construcciones de pequeñas cosas. Como los juegos de la infancia. Y el beso primero amado como el beso cien mil. Una malteada pedida, para risa, cuando lo normal debió ser un embotellado o café. Y miramos la luna otra vez, a la distancia. Yo también la miro, se llega a decir. Y llorar por la alegría de la vida, y esta fortuna del respirar. Manzanero que atañe al sentimiento en su canción. He comprado el libro maravilla. De instrucciones Maga para remar en viento. Atajo para la felicidad. Aquí va la página doblado para recordar, que son los versos aquellos. Palabra a palabra, en el ni nunca olvidar.

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