Hojas de otoño

 1

Muchas hojas en el patio, muchas hojas bajo los árboles. Fueron verdes, hoy forman la hojarasca que con la humedad y el sol, y un poco de tiempo aderezado, se volverá humus, tierra para fertilizar. Antes las juntaba en bolsas negras tamaño rumbo que se iban a la basura a buscar otro destino en otros rumbos. Ahora las junto y pongo al pie del tallo, para que su sea nutriente del mismo u otros árboles, como una atención y agradecimiento por todo lo que nos dan. 

2

Siempre hay muchas cosas por hacer en casa. Hay que cambiar un foco fundido. Hay que reparar un goteo  de agua que se fuga del lavabo, un cajón ya no abre o no cierra, se rompió un vidrio, al techo le falta una mano de pintura. Y el agua de lluvia por fin venció las resistencias que encuentra y entra ya al interior como visitante no deseado.

3

De veras. No hay un día en que te levantes, mires todo alrededor y digas: "por fin llegó el día feliz en el que nada hay que arreglar ni reparar en casa", ahora sí me puedo volver a acostar, me puedo poner a leer y escribir, sin la culpa de muchos pendientes por hacer en la casa. Anhelo fervientemente llegue ese día. Siempre ha de faltar reparar algo, siempre habrá un tornillo flojo, el pasto crecido, secas las plantas para regar, le falta la argolla de plástico a la manguera para que no tire agua al estar conectada en la llave. Y ni se diga el auto. Hay que llevarlo a lavar o lavarlo.

4

El otoño es la estación que representa la edad madura en su etapa para pasar al invierno, que en todo caso es la parte final aparente, porque como es un ciclo, viene de nuevo la primavera con sus cantos de esperanza y las hojas que visten de muchos matices de verde el paisaje. El invierno es mirarse al espejo y decir adiós. En todos los sentidos posibles.

5

"Que mis restos descansen en esta última iglesia San Sebastián Mártir, es mi voluntad expresada por escrito. Pero, si los feligreses de Jalpa de Méndez los reclaman, reitero, los reclaman,  para que descansen en la iglesia de San José, en el centro de dicha ciudad, porque quedó una urna asignada para un servidor, y allí serví por muchos años, ruego encarecidamente que sea ese lugar en que descansen eternamente mis restos".

6

Así dejó dicho en documento el padre Rubén Murillo Ponce De León, párroco de mucha estima por creyentes y no creyentes, recientemente fallecido. Una joya humana de ser y estar. De dejar obra tangible, como las reconstrucciones sobresalientes de las mencionadas iglesias, así como intangible en todos quienes tuvieron la fortuna de ser tocados por esa alma perturbadora para bien. 

7

Así hemos de irnos como las hojas, que cumplen su función y se van en silencio, dejando toda esa gama de posibilidades ara la vida. Como las hojas que caen en otoño luego de haber dado vida y aliento a todos sin igual. Solo que orar es bueno. Orar con inteligencia es mejor. Pero hacer es la mejor forma de decir, dijo en alguna ocasión José Martí. Y sin duda el padre Rubén es un claro ejemplo de congruencia.

8

Este día hemos de seguir con el concierto de vida, mirando y admirando. Viendo y recordando. Hemos de seguir los pasos de quienes nos antecedieron, seguir por caminos trillados y por nuevos caminos que hemos de hacer entre el cerrado matorral que nos pone al frente la vida.

9

Todos los días hay mucho por hacer. La casa es un claro ejemplo de ello. Y la casa de todos es una gran oportunidad de hacer cada día lo que nos corresponde, empezando por lo más cercano.

10

 hojas muertas

Me gustaría tanto que recordaras,
hace ya unos años, cuando tú y yo éramos amigos…
En aquel tiempo la vida era más bella
y el sol brillaba más que hoy.

Las hojas muertas se nos agarran a la piel—ya lo ves… no he olvidado nada…
Las hojas muertas se amontonan por las calles, y el viento del norte las arrastra por las calles...

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