¿La vida es un sueño?


1
Me dicen y aseguran que hay personas que no sueñan. Yo creía que todos soñábamos. Que a todos nos pasaban algo parecido a películas dormidos y recorríamos pasado y futuro. Y muchos de esos sueños se hacían realidad. Ejemplo, si alguien soñaba velorio, a los dos o tres días siguientes, alguien del barrio se moría o un familiar lejano.

2
Y lo contrario. Me dicen y aseguran que todos soñamos, solo que no todos recuerdan sus sueños. Y que hay sueños recurrentes, -los que se presentan de manera periódica-, y que también cuando soñamos a personas amadas que ya murieron, es que nos visitan en sueños. 

3
A mi me gusta soñar. Y aunque no siempre me acuerdo bien de todo, me paso parte de la mañana reconstruyendo como si fuera rompecabezas los hechos suscitados cuando estoy dormido. El cuerpo está en calma, inerte, la respiración en su más bajo nivel, lo mismo que la sangre en su circulación, y el cerebro sigue trabajando en su Cinema nocturno.

4
De tal manera que si sueño a alguna hermana o hermano que viven en la frontera norte, o algún amigo o amiga que viven allá mismo o en otro lugar, busco la manera de comunicarme con ellos temiendo que les hubiera pasado algo.

A mi me gusta soñar y me divierte mucho navegar en esas visiones reveladas. Mi inquietan, sí. Me motivan. Y tengo la curiosidad sobre qué motiva que se presentan, cómo funciona esa máquina figurada de los sueños. 

6
Porque soñar no cuesta nada, es muy grato hacerlo. Y barato. Desde viajar, conocer otras personas, salvar vidas de incendios o que se estén ahogando, encontrarte cantidades grandes de dinero, besar sin medida y acariciar, cosechar frutos raros, entrar a un bar, nadar por mucho tiempo. Y claro hay otros temas de sueño feos, angustiosos, a los que se les llama pesadillas. En ellos te suceden cosas complicadas, difíciles, por lo que quieres despertar y no puedes, sientes que caes de un edificio muy alto, que te estás ahogando o que te come asado una sirena de agradable voz y ojos negros, verdes o café oscuros.

7
Sueño que estoy escribiendo y que tengo a mi lado un café. Sueño que recibo una carta de amor. Sueño que suena mi teléfono y es una llamada de Dios. Sueño que cultivo rosas blancas en junio y en enero. Sueño que hay paz en el mundo. Sueño que tengo un millón de amigos y que ya no hay contaminación. 

8
He soñado a mi madre y padre, quienes fallecieron. Me gusta que me visiten cuando estoy dormido. Y caminamos, platicamos, me abrazan. Y algo muy importante: sonríen mientras platicamos. Y eso no lo cambio por nada. 

9
Alguna sicóloga ha de descifrar mis sueños recurrentes: caminar desnudo entre la gente; tener la capacidad de ascender por fuera de un edificio, y asomarme al interior por las ventanas, piso 60, años 40 del siglo pasado, y mirar ropa de esa época, hatillo de cartas con corazones dibujados en los sobres, muebles de madera fina y finamente labrados. Y sueño asimismo que juego futbol nivel muy principiante y que uno de mis pies está al revés, con los dedos hacia atrás. Entre otras cosas.

10
Nunca he soñado que vuelo entre las nubes y con los pájaros. Nunca he soñado que estoy en peligro de muerte. Nunca he soñado que hablo con Dios y las vírgenes. Nunca he soñado que ande caminando por Estambul, Praga o París. No siento necesidad en la realidad de hacer esos viajes. Un tal vez, un quizás. Pero no siento desesperación por ir. A lo mejor sí me gustaría ir a la Atenas de Sócrates y Diógenes. Pero que no sea yo esclavo. Me gustaría estar de público en el Coliseo Romano, cosas así más sencillas y posibles. Pero andar con el dinero escaso por ciudades europeas o asiáticas, pues no. Sí, puede parecer envidia. Lo sé.

11
Me dicen que hay un tipo de sueños a los que llaman húmedos. Me imagino que han de ser cuando se sueña que llueve, se anda nadando en una alberca, río, laguna, arroyó o mar. 

12
Y cuando pude, en los grupos de telesecundaria con los que trabajé, siempre que había justificación en temas de la materia de Español, leímos o vimos la representación en película, de "La vida es un sueño", de Pedro Calderón de la Barca. Los sueños sueños son. He aquí un fragmento, que corresponde al monólogo de Segismundo, en esa obra emblemática:

13
"Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?
Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende."

Comentarios

Entradas populares de este blog

lecturas 20. Poemas de Carlos Pellicer Cámara

De cartas

¿Por qué así, señor periodista?