El milagro de existir
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Ayer fui con el médico. Me hizo un lavado de oídos. Al terminar me levanté y por poco me caigo. El equilibrio no lo podía mantener. Me senté, y me dijo: "es normal, en unos quince minutos se le va a pasar". Así que le pagué, salí y me senté ese tiempo en la sala de espera.Luego me fui hacia mi auto, pero me sentía raro como si me hubiera tomado dos caballitos de tequila o tres.
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La palabra "milagro" la hemos escuchado muchas veces y la relacionamos con algo extraordinario que sucede para bien de las personas. Si está grave, un "milagro" es que se haya aliviado. Si el carro dio muchas volteretas al salirse de la carretera y no le pasó nada a los que iban dentro, decimos que es un "milagro". Si reprobaba las materias y pasó año, decimos asimismo que es un milagro. Y así decimos con todo lo que nos sorprende. Hasta a algunas personas les pusieron de nombre Milagros, y cuentan que al nacer 3staban muy enfermos, y les pusieron ese nombre precisamente porque sobrevivieron.
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Para sorpresas extraordinarias, nuestro cuerpo es un conjunto de muchos milagros que se suceden en su interior de manera coordinada para que todo marche a la perfección. Pongamos por ejemplo la reacción instintiva cuando vemos que de pronto un objeto es lanzado hacia nosotros y reacciona nuestro cuerpo esquivándolo, ya sea agachándonos, haciéndonos a un lado, o levantando un brazo para que en todo caso nos pegue allí y no en otra parte de mayor vulnerabilidad.
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O cuando nos enamoramos y evadimos de manera defensiva para no involucrarnos en una relación que sabemos será un martirio por los encantos y desencantos, engaños y desengaños, encuentros y desencuentros, para decirlo de una manera suave. Y luego vienen los gritos, los reclamos, y otras lindezas, que recordamos y luego, en caso de esa experiencia, decimos "pero lo bailado ya nadie nos lo quita".
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Si reflexionamos sobre todas las funciones de nuestro cuerpo, no terminaríamos hoy, pero sobre algunas sí, nos daríamos cuenta de lo extraordinario de todo, y quizá lo cuidaríamos más. Reflexionamos por ejemplo que algunas personas viven hasta más de cien años y con calidad de vida óptima, y otros a los sesenta ya andamos caminando lento, encorvados y miramos borroso, además de gastritis, dolores musculares y de huesos. Por supuesto que tiene que ver la genética, sumado al cuidado (o descuido) en el consumo de alimentos saludables o chatarra.
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Y decía al inicio, de la experiencia de perder el equilibrio, porque aunque ya sabía que es en los oídos donde radica la parte, pequeña por cierto, que nos hace que podamos mantener el equilibrio en cualquier circunstancia, al estar dañada o estropeada (como en el caso de la limpieza algo brusca) no podemos mantenernos en pie de manera normal o caminamos de manera irregular como si hubiéramos ingerido bebidas alcohólicas. Y yo no lo había experimentado hasta ahora.
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El equilibrio del cuerpo se mantiene mediante un conjunto de interacciones entre diversas partes del cuerpo. Esencialmente tres: el oído interno, la vista y el conjunto de músculos y tendones. Las tres partes proporcionan información al cerebelo. Y entre todos ellos ocurre el milagro de caminar erguidos, de saltar y no caernos, de sentarnos y levantarnos, de caminar, correr, abrazarnos levantar a alguien o algo, y de echar marometas.
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Por eso el niño cuando recién empieza a caminar o el anciano que tiene que usar bastón, su caminar es torpe. En el primero es porque su sentido del equilibrio está en desarrollo y en el del anciano porque está en fase de deterioro dicho sentido.
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Sería muy extenso detallar sobre todos los milagros que se entrelazan para el funcionamiento del ser vivo. Un complejo de interacciones y secuencias para que todo lo que sucede al interior de nuestro cuerpo nos permita definir colores, distancias, olores, sonidos, circulación de la sangre, respiración rítmica en el inhalar y exhalar, las señales eléctricas que manda el cerebro hacia todo órgano para decirle la cantidad exacta de lo que requiere proveer a otros órganos y que la vida del ser vivo continué hasta su muerte natural.
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Ejemplo del milagro en la alimentación: cantidades a ingerir, seleccionar tipo de alimentos, la secuencia de prepararlos, servirlos, ingerirlos, masticarlos, deglutirlos, tragarlos, y el complejo de químicos que actúan en la separación de nutrientes y deshechos, para luego conducirlos a través de las vías correspondientes para su utilización o su exteriorización. Un verdadero milagro de milagros. Y que de todo ello depende el crecimiento y desarrollo del ser en su temprana edad. Y la salud y bienestar de los adultos.
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El milagro de la reproducción, sea amorosa o solo por atracción. Cómo se ensamblan dos órganos, se producen células de ambos sexos, se unen en el vientre de la mujer, se alimenta vía cordón umbilical, se desarrollan todos los órganos, crecen hasta que a los nueve meses es expulsado al exterior. Y tan bien que estaba en la tibieza interna.
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El milagro de la genética, que transfiere características específica de cada uno de padre y madre. El chiste bobo del niño que sueña que va a morir su padre y se preocupa por él. Y quien muere es el vecino. No hay pierde con los genes.
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Y otro milagro es el del amor y la amistad; de esa atracción por alguna persona, por ese coincidir y estar a gusto con unas personas y no con otras. Y cómo se genera la sensación de nuestro bienestar interno que se exterioriza en paz, tranquilidad y sonrisas. "Son todo un amor", decimos para expresarnos de esas personas que transmiten lo que llamamos "buenas vibras".
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Y ello es, por supuesto, porque su cuerpo genera suficiente endorfina, serotonina, dopamina y otras llamadas de la felicidad. Nada es casualidad. Así que a reír como poseídos. La risa libera muchas de estas hormonas. Y su ausencia nos genera intranquilidad, estrés, preocupaciones, nostalgia, tristeza, etcétera.
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Y con Serrat: "El milagro de existir/ El instinto de buscar/ La fortuna de encontrar/ El gusto de conocer/ La ilusión de vislumbrar/ El placer de coincidir/ El temor a reincidir/ El orgullo de gustar/ La emoción de desnudar/ Y descubrir, despacio, el juego/ El rito de acariciar/ Prendiendo fuego/ La delicia de encajar/ Y abandonarse/ El alivio de estallar/ Y derramarse/...Y el amor/El amor..."
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