Me gusta mirar

 1

Me gusta mirar como distraído, todo lo que sucede frente a mí. A veces de manera directa, con fruición. En otras como de soslayo, para que no me cachen en mi interés ferviente por tomar detalles para luego utilizarlos en mis recuerdos, sean solo pensados o escritos. Y hay siempre tanto por ver. Me interesa lo sencillo y lo complejo, la hormiga en su recorrido, la hoja que cae, el hervir del agua, el pandemónium del fuego arrasador.

2

Me gusta mirar y soy mirón consuetudinario. No hay plano, curva o recta que no mire. EL filo del cuchillo, el botón de flor que se abre, los rayos de sol que se filtran entre las nubes oscuras. Todo es materia mirable, observable. Miraba a mi madre en su trajinar diario, a mi padre en sus trabajos y descansos. Robles ambos. Miraba calles de polvo, carros abandonados, casas derruidas. Nada escapa a mi mirada a ras de tierra.

3

Me gusta mirar y en sueños miro lo que he visto quizá en otras vidas, ciudades desiertas, pueblos monocolores, rojos o azul, personas que deambulan entre la realidad y la utopía, animales con nombres propio sedientos y hambrientos, encerrados en el laberinto de la existencia, almas que tratan de escapar a sus cuerpos, cuerpos sin alma que deambulan muertos por anticipado, vacunos, vacuos, vacíos, pusilánimes.

4

Miro ángeles que me rodean, almas viejas que disfrutan su existencia, personas de noble corazón que alegran y confortan otros corazones. Los miro y me deleito en su trajinar de hombres y mujeres buenos, que saludan y sonríen como soles que alumbran los caminos por donde quiera que andan.

5

Miro reyes analfabetas, mendigos sabios, compensado todo en la vida, cuyo destino es el mismo en un hueco del mismo tamaño donde se convertirán en polvo. Ah, pero cómo disfrutaron los reyes en vida en satisfacer como animales su cuerpo intrascendente. Miro pájaros de distintos colores que cantan y vuelan, hombres que vuelan y sueñan, mujeres que además de volar y soñar, sus manos acarician como bálsamo para las tribulaciones de la vida.

6

Miro la sangre derramada, qué desperdicio. Miro la floresta, el follaje, la hojarasca. Miro lo que se ve del infinito, la noche estrellada, la estrella permanente (no son tan fugaces), Miro la luna solitaria y miro las miradas que le han dejado huella de tanto. Miro los niños que juegan, los abuelos que juegan o tristean, las parejas que son únicas, las separaciones inevitables, las miradas extraviadas, las miradas bobas, las miradas esperanzadoras.

7

Miro al hombre en el triunfo y la derrota, al jabalí cazado, al hombre extraviado. El vacío miro y me atrae. La nada igual me atrae. El polvo animado me llama hermano. El polvo animado me ignora. Miro la cigarra., el ocelote, el cuervo de Poe con su miserable y rotundo Nunca más. Miro a Raskolnikov. A Mercader con su pico dañar la brillante y única cabeza de Trostki. Miro a los locos poetas en el manicomio y en el tejado.  Hombres ciegos disparan a otros hombres que disparan. Miro la guerra y la paz. 

8

Admiro un nombre. Muchos nombres. Cadencias. Olas de mar. Movimiento sensual. Hombres que levantan la voz. Las ujeres que levantan la voz y luchan. Tantas trincheras  miro ocupadas por personas en resistencia. Admiro a los amorosos, a los amantes, a los que aprovechan su tiempo. A los que juegan y hacen bombas de jabón. A los que cantan, declaman. A los que hacen camino al andar.

9

Yo fui el que miraba por rendijas en baños de mujeres. Yo fui el que hizo hoyos imperceptibles para el mismo fin. Yo soy el que ya no existe. Yo soy el que aún existe. Yo miro y admiro lo sencillo. Soy, eres,  somos. Yo te admiro porque luchas, porque oras, escribes, porque sueñas,  vibras, caminas, alientas, cantas, sonríes, ayudas, clamas y reclamas, callas calles, te ausentas, te haces presente, caes y te levantas. Porque existes. Porque somos todos. Porque no seremos.

10

Uno despierta al nuevo día. Y agradecer es fundamental. Estamos y un día no estaremos. Es algo sabido, es cierto. Pero es bueno tenerlo presente para disfrutar la vida. Escuchemos el sonido del viento. Miremos hacia nuestro interior. Y no perder de vista lo que sucede a nuestro alrededor. Un guiño y café viene bien. La vida era, es, va.

11

Me gusta mirar como distraído, todo lo que sucede frente a mí...

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