Entrégate
Entregate al sueño, a los delirios
Mucho nunca será suficiente
Entregate sin pensar en qué dirán
los de siempre, estultos
Los buenos para nada
Los de siempre
Los que miden con la tabla de su miseria
Entregate al sueño a los sueños a los ensueños
Que cada instante tuyo
sea en el querer sublime de lo humano
Sea en el grato destello de las almas
Los últimos no tiene nunca precio
No se cambia por monedas
Ni se compra ni se vende
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