Con el poeta Balam Rodrigo en La Cueva de los Alebrijes

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El taller La cueva de los Alebrijes de este sábado fue fenomenal y de gala: estuvo con nosotros Balam Rodrigo, el poeta  chiapaneco multipremiado, quien por casi dos horas hizo un recorrido verbal y de memoria por su trayecto personal como hombre de letras, voz de la tribu. No escatimó ni palabras ni oído. De manera paciente escuchó los comentarios y sus respuestas siempre fueron con la intención de coadyuvar con el trayecto inicial de los talleristas.

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¿Cómo nace tu trabajo poético, cómo se da ese momento?, le preguntan. Y sonriente, responde con entusiasmo y vehemencia como si respondiera por primera vez dicha pregunta. Esbosa una sonrisa y sus ojos mantienen el brillo del maestro quien contribuye con sus ideas para el crecimiento de los otros. Mi trabajo está determinado en su origen por las dos vertientes profesionales. Una, la de futbolista profesional en Chiapas y con los pumas. Y la otra la de mi formación académica como paleobotánico. Tardo años para configurar en mi pensamiento el libro, pero cuando me dedico a escribirlo tardo diez días o un poco más, hasta un mes o dos.

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Oye, Balam Rodrigo, permite que lo diga de esta manera: ha ganado todos los premios de poesía del país, por mencionar solo uno: el de Aguascalientes.2017. Y de broma sus amigos dicen que van ir creando otros para él. Y ha publicado diversos libros, entre ellos El libro centroamericano de los muertos; Braille para sordos, Desmemoria del Rey sonámbulo; Cuatro murmullos y un relincho en los llanos del silencio"; "Bitácora del árbol nómada" por mencionar solo algunos.

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Balam nació en 1974, un once de octubre (mismo día que Jaime Ruiz), en Villa Comatitlán, Chiapas. Es licenciado en biología por la UNAM, tiene maestría en Ciencias biológicas y en Teología pastoral. Se ha desempeñado como docente en el sector salud; ha coordinado talleres de lectura y de creación literaria. Y ha publicado tanto textos académicos  como literarios.

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Esta vez viajó el poeta Balam a Villahermosa con su familia, con motivo de impartir un taller de poesía con la particularidad del doloroso tema "Migrantes", que impartió durante cuatro días, en la Casa de la Cultura Popular del Instituto de Cultura estatal. Y se efectuó al final un compartir pan y sal en Casa Alebrijes, sede del taller y de un agenda cultural de crecimiento y solaz humano muy interesante, con lecturas, teatro, talleres, sala de lectura y taller literario.

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Radica en esa maravilla de lugar, San Cristóbal de las Casas, ambiente más que propicio, de ensueño, para dar rienda a la creatividad e imaginación. Y es de ese lugar que se desplaza por los distintos caminos del país para cosechar premios, impartir talleres, charlar con grupos y leer su poesía como un antiguo juglar, que lo hace muy bien como con música, excelente dicción y énfasis y además se apoyo de un brazo como remo para navegar a través del mar de la poesía y el otro como atril para sostener el libro.

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En el taller estábamos emocionados. Su entrega y paciencia fue notoria. A la seña de que ya era hora de ir a prepararse al hotel, con el respectivo baño del trópico húmedo y caluroso, decía "cinco minutos más", lo que desde antes se notaba que no se mueve en base a prisas. Cuando el silencio hizo ver que los nervios no permitían otras preguntas, dijo de manera sencilla "Uqé les parece si leo algo. Yo no acostumbro leer de lo mío, porque no se trata de hacerme promoción, siempre leo de otros, pero esta ocasión, por ser día de presentación de mi reciente libro, y porque me lo pidió mi amigo-hermano Jaime, leeré de mis libros". Palabras más, menos.

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Difícil resumir en este espacio todo lo dicho. Destaco de la lectura de sus poemas, uno sobre los migrantes, otro sobre el poeta burocrático, (quien a lo sumo llegará a la Secretaría de Incultura),  otro sobre la venta por las calles de su padre, a quien acompañaba, en pueblos de este y del otro lado del río Suchiate. Y otro más sobre uno de los trabajadores de su padre, que un día dejó de llegar atraído por mejor paga, aunque por una actividad muy diferente, y al parecer no de buenos pasos, aunque sí de moneda mejor. Una delicia escuchar la lectura de sus poemas del autor Balam Rodrigo. 

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Interesante y aleccionador su planteamiento sobre los géneros literarios. Se dividen para su estudio. Pero el escritor hará uso de ellos, aún en mezcla, si su necesidad de expresarse por escrito así lo requiere, la creatividad e imaginación no puede ceñirse a límites, (jaulas) aunque sí es necesario conocer las particularidades de cada género. 

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Y como platillo fuerte, que cierra un "día redondo", diría Jaime, la presentación de su libro "Tañedor de cadáveres", con lleno total, hecha de manera magistral por nuestra amiga, poeta multipremiada asimismo, Betariz Pérez Pereda, a cuyo nombre yo cambio como Beatrice. Solo que ese evento en Casa Alebrijes merece texto propio. Y eso será mañana.