Instrucciones para escribir (1)
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No se me había ocurrido escribir instrucciones para escribir. He escrito otras, por ejemplo: para leer en público, para hacer llorar un león (si no tiene a la mano, un gato, mas aclaro que es hacerlo llorar -metaforicamente- con poemas), para olvidar, para desenamorarse.
2
Para empezar a escribir, sería reiterativo decir que hay que aprender a hacerlo. Y no precisamente me refiero a tener letra bonita, sino a poder elaborar recados breves como ""Compren pan", "Despierta, ya son las 6" (este es cuando no se hablan); "te amo, nunca lo olvides" (este para alguien que ya nos olvidó); y el clásico "Fui por cigarros", (de alguien que ya se fue).
3
Lea, sí. Para escribir hay que saber leer también, como si fueran dos caras de la misma moneda. Leer es asomarse a otras formas de juntar palabras, sobretodo si son escritores importantes, pero no megalómanos, de los que se creen muy sabelotodos, esos aburren mucho, sino a los sencillos, como B. Traven, por lo claro; a Rulfo, por los modismos regionales directos; a Monterroso por el ingenio; a Daniel Sada, por el ritmo vertiginoso de los octosílabos entrelazados. Leer es un preludio de escribir cada vez mejor.
4
Si buscas leer, escribirás; pero si buscas escribir, lee. Es encomiable el pretendiente a escritor que antes de hacerlo es lector, y no deja de hacerlo en su vida, leer, para saber que se ha escrito de todo; para saber que se puede jugar con las palabras; para saber cuándo nos sobra o falta alguna palabra,; para saber que alguien cuenta, que los personajes tienen vida en los escritos.
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Escribir es una forma de ejercitar el pensar; y esta es una manera de sobrevivir comprendiendo más nuestro transitar por el mundo, en esta vida fugaz, efímera e intransferible.
6
Eso de leer mucho y vivir mucho, no garantiza que se escriba y sobretodo que se escriba bien. Pero esos, te da un mayor panorama de tramas, conductas, desvaríos, delirios, fobias, ingenuidades, genialidades, sencillez, soberbia y muchas otras características con las que se conducen los personajes.
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Empiece por una palabra. Y a esta vaya agregándole otras. Luego leerlas cuando ya lleve varias, y donde sienta que termina una idea y empieza otra, póngale punto y coma (no de hambre, sino de respiración), y si es un tema muy distinto, aunque estén relacionados, entonces ponga signo y seguido. Y punto final cuando termine.
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La ortografía es secundaria al proceso de escribir, pero se va aprendiendo conforme se forme como lector abusado y aveso. Y a esta forma de aprender se llama memoria de fotografía. Que en liso y llano significa que como se ve en la lectura, la memoria la fija y luego reconoce cuando una palabra está mal escrita porque la confronta a como la ha reconocido y grabado desde antes.
9
Trate de contar cosas, algún suceso, algún sueño. O de recordar personas, por ejemplo, algún maestro o maestra que con su trato y forma de ser, o algunos consejos, o la forma con la que impartía la clase, fue como una brújula que le dio sentido o ruta a su vida; que le emocionaba con la clase, y quería al día siguiente ir a la escuela con emoción tan solo recordar que le hacían sentir bien esas pláticas de su maestra. Y dígaselo a distancia del tiempo y geografía, a través de una carta, que en literatura ese género se llama epístolas.
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O recuerde una novia antigua, de esas que amó mucho (o novio si el que quiere escribir es mujer), y que por circunstancias del destino a ambos llevó por otro sendero. Mas si hay enojo, entonces invente otros personajes, para que no se note que es quien escribe el protagonismo de esos desaguisados, abandono, traición o indiferencia. Mas si hay recuerdos gratos, como besos de tornillo, abrazos de película (donde se encuentran, abrazan efusivos y riendo como locos dan muchas vueltas). Y deje ir la pluma deslizándose suave mientras saborea un café y entorna los ojos, y siga recordando por escrito esa película. de allí luego sacan quienes para película tipo Puentes de Madison, El tigre y la nieve, Casablanca, Diario de una pasión, Cinema Paradiso y muchas otras.
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Ahora bien: si intenta escribir y empieza algo, y luego deja de hacerlo y no pasa nada en su interior, de inquietudes y desazones, entonces ya no escriba más, no es lo suyo. En cambio, si anda inquieto y siente volverse loco si no lo hace, si escribir es una manera de extasiarse aunque sufra escribiendo, si no encuentra tema, y anda que nadie lo aguanta, y solo escribir lo calma, entonces siga escribiendo como loco, como poseído. Que escribir no le resuelve sus problemas, pero su alma anda como jubilosa y hay un brillo que nadie más nota (uno cree), mas usted sí, ese brillo, esa luz, es lo que le alumbra su existencia.
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