Chamaco Leyva

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Me parece ver a un flaco chamaco de 17 años llegando directo al Parque del Seguro Social en 1962 luego de un viaje desde Villahermosa, vestir el uniforme felino y hacer seis lanzamientos para que lo vieran los directivos de los Tigres del México. Me parece verlo asimismo recibir un homenaje nacional en Guaymas, Sonora, por haber conseguido en una temporada llegar a los 227 ponches, aunque le reconozcan oficialmente 203, récord que se mantiene vigente y al parecer se mantendrá "nadie más logrará superarlo porque antes lanzábamos las 9 entradas, y ahora solo cinco o seis, porque se cansan o se lastiman". ¿Y el homenaje en Tabasco, en Comalcalco? "Nadie es profeta en su tierra", dice con una calma, paciencia y tranquilidad de ángel.

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Pero hay de chamacos a chamacos, y nuestro ídolo es el grandioso José Chamaco Leyva, el fabuloso jugador de beisbol que realizó una carrera deportiva en el rey de los deportes y sigue con su ánimo inmejorable, memoria invencible, escuchando las preguntas como lanzamientos de bola, para dar el batazo con las respuestas. Enérgico, respetuoso y cordial. Preciso en las respuestas. Puntual en las palabras. Así es la formación de José Leyva, el famoso Chamaco que dio grandes satisfacciones a la fanatizada de todo México. Y al escucharlo hablar con esas características en sus expresiones, así lo imagino igualmente como jugador y manager: responsable en las actividades, disciplinado, preciso y claro en las indicaciones, enseñando con el ejemplo.´

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"Descubriendo el talento" es un programa transmitido por internet que coordina el abogado e historiador Joel Taracena, con el apoyo de su familia. Cada viernes a las 5 de la tarde  transmite su programa de entrevistas a personas que destacan de manera relevante en una actividad, y con sus charlas, entre preguntas y respuestas, nos permite conocer su trayecto, pero sobretodo dan a conocer sus estrategias que les ha permitido destacar en dichas actividades, tanto en el deporte, la cultura como en lo profesional.

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Ayer viernes le correspondió el turno al micrófono a José  Chamaco Leyva, orgullo de Tabasco, hijo predilecto de Comalcalco, quien en su vida deportiva salió de una ranchería de ese municipio antes de la mayoría de edad, recorrió distintos estadios de beisbol no solo de Tabasco sino asimismo algunos de ls grandes ligas de Estados Unidos.

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Me fue grato escucharlo. A través de la magia de la tecnología, vía Zoom, desde la casa de su hija en Coatzacoalcos, Veracruz, hizo un recorrido, con la chispa vivaz del recuerdo, la claridad, contó de tantas situaciones que vivió. Me da gusto decir que se le mira un hombre conciliado consigo mismo, tranquilo, en paz, que es un logro no menor en el tramo actual de su vida.

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Ya quisiera yo llegar en esa su edad, con esa memoria sobresaliente, que como bien dice Joel, de seguro le sirvió como pitcher al recordar a los distintos jugadores a los que enfrentó y la manera con la que se iban con un lanzamiento u otro para poncharlos, que es el objetivo del lanzador.

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Largo el trayecto y bien recorrido. Como el recorrido por las bases de la vida. Jugar de niño y de muchacho con pelotas hechizas con hilo, cortar una rama derecha de árbol, y ponerla a secar para que sirviera como bate y dar toletazos con ella en campos improvisados. Y dejar que sea el destino y las causalidades o casualidades que intervengan para lanzar en el juego de los equipos de Oriente 1a contra oriente 4a, los vecinos, y que llegara en esa ocasión el cubano Juan Bibi Crespo en 1960 para ver el partido y detectarlo e invitar a Juan Leyva, el flaco, a entrenar en la ciudad, a 10 kilómetros de distancia, junto con otros prospectos.

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Imagino verlo perder el avión en 1963, ya famoso jugador del Tigres, ya designado para hacer el lanzamiento inaugural del parque 27 de febrero de Villahermosa; imagino y creo escuchar la orden del gobernador Carlos Madrazo a sus ayudantes decir fúrico, con voz de trueno: "me lo traen a como de lugar, porque la inauguración con su lanzamiento será el orgullo tabasqueño, el Chamaco Leyva, nadie más". E 9magino las prisas, las órdenes, y la salida del avión de gobierno para ir al DF y regresar con el mejor jugador tabasqueño de todos los tiempos, y como picher, de lo mejor a nivel nacional.

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Lo del apodo de Chamaco se lo puso el Mago Septién, cronista de beisbol. Así decía cuando le tocaba presentarse: "tirará por Tigres (o por Guaymas) el chamaco de Tabasco, José Leyva". Y poco a poco así se le fue quedando". "No poco a poco", corregiría José Leyva, recostado en su cama, a causa de no poder caminar por las afectaciones que tiene en la cervical.  Y adelantó que le dijeron que va a ser invitado a la reinauguración del parque 27 de febrero, que está en ese proceso por ahora. "Iré, no sé como, porque no puedo caminar; pero allí estaré". Dios mediante le dijo Joel Taracena. "Tienes razón, Dios mediante, primero Dios".

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Claro, la vida es así, de decisiones. Me parece ver al hermano regresar solo a su casa para dar la noticia a su padre, luego de acompañar a José al parque de los Tumbapatos, que este se había ido a México contratado por los Tigres, por 1000 pesos, no por 800 a como querían hacerlo firmar. Luego que había iniciado con Cacaoteros de Comalcalco de manera gratis, porque estaba en observación. Para de allí realizar una carrera fulgurante que lo llevó a firmar con los media Blancas de las grandes ligas de Estados Unidos, equipo al que le lanzó diez entradas y ganó, siendo el primer tabasqueño de ser contratado por un equipo de Estados Unidos. 

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En su primera temporada como novato quedó en segundo lugar luego de haber logrado buen porcentaje como pitcher y bateador (en ese tiempo los lanzadores pitchaban), habiendo perdido ni más ni menos ¿con quién crees? No pues no sabemos. "Con el gran Héctor Espino". Luego de allí la memoria le hace recordar y reconocer a otros grandes tabasqueños como Miguel Pereyra, de Medellín y Madero (Centro), a Cecilio Ruiz, y al Colmoyote de Iquinoapa, Jalpa: Héctor Madrigal".  

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El Chamaco Leyva recuerda sus inicios como verlo en película y a todo color: el primer juego lo lancé con Cacaoteros de la Liga Tabasqueña contra Agua Dulce, que estaba en al Liga Tabasqueña. No. El primero lo lanzó un pitcher cubano zurdo Rafael Rivas; el segundo lo lanzó otro zurdo. "Y a quién metemos en el tercero?, preguntó el manager cubano. Y Manuel Antonio Ramón "El Barranco", sugirió: "mete al flaco ese".