"Me equivoqué contigo

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El abogado Jesús, de 79 años de edad asesinó a la cantante Lydya, de 23 años. Acostumbrado él, dicen, a cegarse, sacó la pistola y le dispara tres tiros. Dos en el tórax y uno en la cabeza. Son. Eran esposos. Lo anterior sucedió el jueves pasado ya casi al anochecer en el Suntory, prestigioso restaurant de comida china de la Ciudad de México. Él, influyente abogado trata de huir. Pero lo detiene un policía bancario que en ese momento estaba de escolta al servicio de otro comensal. El abogado asimismo tenía escolta. Este, previo le acercó una bolsa a Jesús, de donde tomó la pistola, y salió. Y luego de los hechos ingresó de nuevo al área de privado, metió la pistola en la misma bolsa y huyó. A la fecha se desconoce su paradero y el arma está desaparecida. 

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Me equivoque contigo/ me equivoque a lo macho/como muy pocas gentes se habrán equivocado.../ Con tu carita buena, con tu mirada clara/ Con tantas otras cosas hubiera yo jurado

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El hecho es que la bella y prometedora cantante falleció en ese lugar minutos después. Cuando llegaron los socorristas ya no pudieron hacer nada por salvarle la vida. Ella tenía apenas 21 años. Y muchas cualidades como cantante, una voz bella. Y andaba en esa lucha, como muchos, para sobresalir en ese medio artístico tan complejo, tan tramposo, laberíntico, engañoso.

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A Lydya, desde niña, su madre le dedicó tiempo y dinero a su educación. Ella estudió gimnasia, y no teniendo el cuerpo del prototipo estándar, se esforzaba con disciplina para sobresalir, lo cual logró al llegar a ser campeona mundial. La música le latía y empezó a cantar asimismo desde chica. Su voz espectacular, con fuerza y con histrionismo, le permitió grabar varios discos principalmente de música ranchera. Todo eso se lo comentó en entrevista a Carmen Salinas en su programa "Aquí, platicando". Su mamá prácticamente le dedicó todo el tiempo posible para llevarla a los ensayos. Por tal de manera reiterada le agradece a su madre y a su abuela todo el apoyo recibido.

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El abogado Juan es un tipo que presumía de su influyentismo. Sin haber estudiado la carrera de derecho usurpaba la carrera, lo cual se podía antes. Así anduvo durante mucho tiempo. Pero adquirió fama de peleonero, a tal grado que a los mismos ministerios públicos les gritoneaba. Presumía de ser amigo de magistrados. Y entre sus clientes famosos tenía a Onésimo Zepeda, el monseñor, y a el Chapo Guzmán, actualmente preso en Estados Unidos, acusado de traficar estupefacientes en calidad de jefe de una red mundial dedicada a esa actividad lucrativa y en el mayor de los casos tolerada.

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Hoy sábado estaba invitada a cantar en el magno espectáculo de las GranDiosas en Los Ángeles, california, pero ya había cancelado, como otras cuatro veces anteriores canceló. En este concepto de evento musical se presentan a cantantes que hace más de veinte años lograron destacar de manera muy important en este medio de la cantada. Entre ellas está la matamorense Dulce, la venezolana María Conchita Alonso, la norteña Alicia Benavides, entre otras. Y la única joven, la telonera por decirlo así, que es la figura así nombrada que abre el espectáculo de alguien famoso, era ella Irma Lydya, el nuevo valor de la música ranchera. 

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Lo anterior lo cuenta el productor de dicho espectáculo, el de las grandes diosas del canto popular. Dice que a él se la recomendó una casa de discos, que la incluyera. Él sin comprometerse la escuchó en prueba y quedó fascinado. No puede creer la noticia de su muerte. Y cuenta que de hecho Juan la acompañaba en los ensayos, y que tuve él un breve enfrentamiento con el Li Juan, porque quería mandar en el ensayo. "Y no, tuve que decirle que tenía dos minutos para bajarse". Y agrega que se notaba que tenían problemas. "De hecho, cuando me canceló para esta vez, le dije: no tienen es que depender de nadie, toma un anillo y empéñalo, compra tus boletos y vente, aquí siempre te voy a dar espacio para que brilles; a mí Dios me ha ayudado mucho, y lo mismo a ti, vas a ver".

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Juan llegó como a la una de la tarde a comer; le acompañaba una pareja de Eddas aproximada de cincuenta años. Pasaron al tarde en ese espacio privado, exclusivo para personas con alto poder. Le llama la burbuja. Del arrea general donde están la mayoría de mesas se alcanza a ver hacia adentro. A eso de las seis se fue la pareja y entró Yerma Lydya. Una de las versiones es que luego de unos minutos de estar platicando empezaron a discutir. Lo cual al subir de intensidad, en el momento Juan sacó el arma y le disparó los dos balazos. Desde ese primer disparo sin alterarse todos voltearon a ver hacia la burbuja. Y un testigo cuenta que vieron con claridad el tercer disparo a la cabeza. Y el intento de huida de Juan, el abogado. Porque ya era abogado, luego de litigar más de cuarenta años sin título, vía rápida consiguió un título y una cédula profesional. Lo cual ante era muy fácil. Ahora, por ejemplo son algunos doctorados Honoris causa tipo patito que ofrecen por veinte mil pesos algunas desconocidas instituciones. Pero ese es otro tema.

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Solo que el ahora abogado Juan estuvo casado, y hace más de veinte años su primera esposa falleció en circunstancias no muy claras. Cayó de una escalera. Se había disparado dos tiros. Y las autoridades de esa época determinaron que había sido suicidio. Eso se dice. Y con todo lo que ahora se conoce de Juan, que digamos  es presunto hasta que se demuestre lo contrario, la presunción, los testigos, los hechos, las circunstancias, el modo, apuntan a que sea él el asesino, pero tendrán que demostrarlo demandar científica los peritos en criminalística.

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Permítanme que me salte en el tiempo hacia atrás. Por la edad de ambas que casi coinciden. Selena Quintanilla fue asesinada en Corpus Christi, Texas Estados Unidos el 31 de marzo de 1995. Tenía cumplidos 24 años. A ella la asesinó a balazos  Yolanda Saldívar, que era como la presidente de los clubes de fans, y gerente de los boutiques de la cantante. Selena aparte de cantante era diseñadora de modas, y tenía una cadena de boutiques. Solo que antes de ello el padre de la malograda cantante acusaba a Yolanda de robarle dinero. Ya la habían despedido. Yolanda se hospedó en un hotel y allí concertó reunirse con Selena, quien necesitaba unos documentos para la declaración de impuestos. Traía ya una pistola, de esas que no se pueden disparar accidentalmente, de las que requieren fuerza aplicada por el dedo en el gatillo (dijo el juez). Y luego de una discusión, y en el momento que Selena iba de salida hacia la puerta, le disparó artera y cobardemente Yolanda. Selena llegó con esfuerzo, desangrándose hasta la recepción. Y solo alcanzó a decir  antes de caer"Yolanda Saldivar habitación 108".

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Por supuesto con circunstancias muy distintas ambos casos de Selena e Yerma. Siempre un caso de asesinato nos sacude, sea en la edad que sea. Y más siendo tan jóvenes las víctimas y llenas de proyectos. A eso me refiero al acudir en el tiempo y recordar el caso de Selena Quintanilla. Y estando en los reflectores de los espectáculos. Ninguna razón válida le asiste a quien las mata, a quien trunca sus vidas. Nada justifica sus crímenes.

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Nadie juzgue las vidas personales. Solo las autoridades competentes con base a declaraciones y periciales, tendrán los elementos para determinar la aplicación de las leyes correspondientes para el castigo de cárcel.

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Vi anoche  dos videos en Youtbe sobre Yrma. Uno donde de manera maravillosa se gana a un público abúlico y displicente, que a quienes esperaba era a Dulce, María Conchita Alonso y Alicia Villarreal y no a ella. Empieza a cantar "Señor amor", de Armando  Manzanero. Y en dos partes alarga la nota con poder sobrehumano, que es cuando el público se sorprende y aplaude. Y al final todos la acompañan en coro con las dos palabras finales. Canten conmigo el final. Y se escucha una tromba de voces: "señor amooooooor". 

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En el otro  video está siendo entrevistada por su madrina Carmen Sakinas. Y en un momento le pide cantar a capella, sin acompañamiento de música, y ella despliega su encanto de voz: "Pero qué triste realidad me has ofrecido/ Qué decepción tan grande haberte conocido/ Quién sabe Dios por qué te puso en mi camino...Me equivoqué contigo/ después de tantos años/ de tantas amarguras/ y tantas decepciones..."


 






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