Con estas manos

1

Sé que nos son las manos. Es el cerebro quien manda la orden. Y las manos obedecen. Por eso amo la orden y el cumplimiento en la dicha orden. Es entonces que las manos cumplen la caricia, hacen nudo, señalan, aplauden.

2

Las manos se relacionan directamente con el verbo hacer. El cerebro reconoce el asa y toma la taza con precisión; reconoce el mango de la herramienta y los ojos de la tijera. Y va realizando las actividades que el hombre requiere. 

3

Se sabe del dedo pulgar que se opuso a los otros cuatro dedos en anoche del tiempo, para amanecer recogiendo el fruto, asiendo la vara para la pesca, moviendo las piedras y luego friccionando el pedernal para la chispa que incendia la pradera y el rostro de todo los seres vivos. Nada es casual en este transitar por las especies, nebulosa de la biología,  hasta encontrar el trabajo buscado, a la vez que el trabajo paciente buscó al hombre.

4

Solo que no bastaba todo eso. Era necesario ocupar el dedo para dibujar en la arena el sol, la luna y dar brillo a las estrellas. Mirar el infinito en lo alto, Para luego reconocer el mismo signo y saber que dice sol,  luna y estrellas y lograr que todos los reconozcan.

5

La mano sujeta al hombre, y este queda sujeto a la mano. Sí, desde el cerebro. Sí lo mismo que los pies. Y más aún, cada una de las parts para el conjunto del ser con el objeto de hacer. Precisamente ese es el motivo, lo que da sentido a la existencia. Si bien el conjunto funciona a la perfección, las manos tienen parte relevante en el hacer.

6

Lo mismo para levantar, para cortar, para equilibrio en el correr, para golpear y acariciar. Lo mismo para indicar y señalar. El indiciado, se dice, en relación al señalado con el índice. Y el ciego sabe lo que existe en función de su oído, y también de sus manos, sobretodo cuando toma de la mano, cuando acaricia, cuando reconoce un rostro al palpar. Las manos necesarias para el abrazo, para caminar tomados de la mano. Para asir.

7

Nuestras madres nos tomaron de la mano para llevarnos a algún lado. Con sus manos nos peinaban. Nos vestían. Con sus manos nos alimentaban. Y desde esa vez, mano con mano, nunca nos soltaron. 

8

Los animales tienen patas, pezuñas, garras, aletas. El hombre tiene manos. Algunosparece que tienen garras con uñas largas. Eso es común más de lo que uno se imagina. A cambio, me tocó conocer un peluquero que cortaba el cabello solo con tijeras, no usaba máquina. Con el movimiento de sus manos y dedos al manejar la tijera, parecía como si uno viera como una Mariona volar por nuestra cabeza. Se lo dije y sonrío. ya grande de edad, se puso nostálgico.

9

He visto asimismo la destreza del carnicero para desollar un animal, generalmente vaca, cerdo o cordero. Desde que le hunde el punzón directo al corazón, hasta que le va quitando la piel, y poco a poco la carne en pedazos de sus restos. Me dicen que hay carniceros que lo mismo hacen con otros hombres o mujeres, como si lo hicieran con gatos o perros.

10

Con estas mismas manos, dice Roberto fernadez Retamar: "Con las mismas manos de acariciarte estoy construyendo una escuela./ Llegué casi al amanecer, con las que pensé que serían ropas de trabajo,/ Pero los hombres y los muchachos que en sus harapos esperaban/ Todavía me dijeron "señor"/ Están en un caserón a medio derruir,/ Con unos cuantos catres y palos: allí pasan las noches/Ahora, en vez de dormir bajo los puentes o en los portales./ Uno sabe leer, y lo mandaron a buscar cuando supieron que yo tenía biblioteca./...Y, fatigado, pensé en ti, en aquella vez/ Que estuviste recogiendo una cosecha hasta que la vista se te nublaba/ Como ahora a mí.../ No hay momento/ En que no piense en ti. / quizás más,/ Y mientras ayude a construir esta escuela/  Con las mismas manos de acariciarte".

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