Melquisadec

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Melquisadec, un amigo escritor, luego de casi 30 años de no vernos, y de interactuar casi nada en la red, me envió solicitud de amigos en Facebook. No se me hizo tan extraño. A veces algunos nos salimos de la red y luego entramos de nuevo así, que claro que sí, por supuesto. Y de nuevo Melqui y un servidor estábamos de contacto, y me dio gusto. Retomaríamos la comunicación, recordaríamos aquellos años cuando andábamos como faquires promoviendo la lectura, sacando libros de chisteras como conejos los magos, hacíamos esas lecturas públicas ante cinco soñadores como público, en la Pantera dormida, centro sideral de actividades culturales de esta ciudad Loma Hermosa, capital de Cerro verde.

 

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Como a las tres horas Melquisadec de que lo acepté, me saludó muy amable por la red privada Messenguer. Su foto de perfil, actual, el.paso de los años deja huella.  “Hola, Antonio, me da gusto saludarte de nuevo. Como has estado? A qué te dedicas ahora?” “Bien Melquisadec. Desde hace dos años me jubilé y ahora me dedico a mis cosas sin horario; o más bien con horario detrminado por mi orden y necesidad”. Y nos dijimos otras tres o cuatro mensajes más, en ese tono, de saber luego de unos muchos años de no saber uno de otro, aunque estábamos en la red de amigos. Y de vez en cuando un mensaje de propaganda que él me mandaba y yo le respondía, a veces. La política no es mi fuerte. Aunque reamente no sé qué es mi fuerte.

 

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“Me comunico contigo para pedirte un favor -escribió Melqui-. No sé si puedas. Fijate que le mandé unos regalitos a una amiga y como salió de viaje no los recibió, y quería ver si me puedes hacer el favor de recibirlos en tu casa, y ya luego los pasaré a recoger yo o ella. Quién más que tú por la confianza”. “Claro que sí, Melqui, por supuesto”. “Yo te aviso cualquier cosa, Antonio, tan pronto me digan cómo en la agencia y ver qué requisitos piden. Así quedamos”. “Así quedamos, estimado melqui”. Tan Tan. Nos despedimos. Yo con alegría por platicar con el gran Melqui..

 

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Melqui fue presidente de la Asociación de Lectores Independientes. A.C. Lo mismo yo. Siempre con un carácter tranquilo, afable. Amable igual, caballeroso. Siempre propositivo. Nunca lo vi enojado, aunque me dicen que en privado se enojaba, como cualquiera de nosotros. Sobretodo no toleraba la deslealtad, el chismerío y las mentiras. Como todos nosotros. Solo que en grupo mostraba una tranquilidad beatífica. Sí, como un Dala Lama, como un Gandhi, como cualquiera de esos prohombres que transmiten palabras de paz, y que irradian amor por el prójimo y la prójima.

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Por muchos años no supe nada de él en lo específico. Aunque en lo genral me asomaba a sus redes de vez en cuando. Lo veía activo, sonriente como siempre. Y muy activo políticamente. Me dije que cuando fuera a la capital, trataría de ponerme en contacto con él, para tomarnos un café, y platicaríamos  largo y tendido sobre los acontecimientos en esta ciudad de Loma Hermosa. Sólo que muy poco fui solo a la capital. Y esas veces anduve con agenda llena por asuntos de pasaporte y visa en la embajada rusa, y me dije que en la próxima lo localizaría. Y no hubo próxima hasta esta comunicación vía Messenger.

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Me mandó un mensaje que tardé en contestar. Y un segundo como de diplomático reproche: “Antonio?” Y claro le contesté. Le dije que tuviera buen día. Que eso a veces depende de uno, que hay que tener mucho ánimo y que hay que seguir escribiendo mucho. Yo en mi papel. Él en un papel que notaba atento aunque algo distante. Nada de lecturas, libro, actividades culturales. “Nos vendría bien un café cuando vengas”. “Seguro que sí”, contestaba y hasta allí. En esas horas de inter. Me legó un mensaje de DHL: “Esta empresa le manda un cordial saludo. Somos una empresa comprometida con sus envíos”. La verdad se me hizo raro. Si yo ni envíos hago., me dije a mí mismo. Si acaso recibo cuando compro mis tallarines, mariguanol para mis rodillas y cuerdas de guitarra y mandolina por internet.

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"Qué tengas excelente fin de semana, Antonio. Dios te bendiga", me escribió cristiano  Melquisadec el domingo. Se me empezó a hacer rara la mención religiosa. Y fue entonces que empecé a fijarme en la puntuación y sintaxis de sus mensajes. Y encontré comas mal puestas, ausencia de ellas. Signos de interrogación solo el de cierre. Acentos donde no corresponden y falta de ellos. Para eso ya le había dado mi teléfono para comunicarnos vía watsap. Y mi dirección acá en Casablanca para la llegada de los envíos.

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Hay muchos modos de hacer fraude. Los de moda están allí en internet y las redes. Un modo es ofertar mercancía que vale 50 mil pesos y ofrecerla de ganga y oportunidad en solo 999 pesos, porque "las bodegas están saturadas". Y ves la página con un logo conocido de home depot, wholco, sears y ferretera tu perico entre  muchas otras. Yo nunca he caído en eso ni volvería a caer. Pero un amigo sí, aunque no lo quiere reconocer. Otro amigo entabló hace años conversación con una rusa bailarina del Boshoi y le mandó él en tres envíos como el equivalente a mil dólares, para su pasaporte y visa, y me mostraba fotos de la rusa bellísima y sensual (que no es lo mismo). Pero fue fraude. Hasta la fecha guarda y presume la foto.

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Con el falso Melquisadec seguía en el punto donde estábamos, ya en confianza, me dijera que perdió su cartera y si le podía mandar unos tres mil pesos para unos gastos urgentes, y quedarían en prenda los regalitos por llegar, que en el origen de este intento de fraude, le había mandado a su amiga (yo le conozco como 3 al verdadero .Melqui), y eso podría quedar como garantía.

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Ya con la sospecha fundada y con temor por los datos dados, a una amiga común le pedí el número telefónico de Melqui para comunicarme directamente con él. Así lo hice. Hablé con él. Se sorprendió. Le pregunté si le habían usurpado su cuenta de Facebook.  Me dijo que sí, que tuviera cuidado. Ya lo había reportado a la policía cibernética, que igual no hacen nada, y tuviera cuidado. No me dijo: "Dios te bendiga". Ni yo le dije que estaba esperando el envío vía DHL de los regalitos y que se los guardaría hasta que viniera él o ella a esta ciudad bella y hermosa.


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